Invocación de un Berserker (Lancelot)

Ar... Tu...

El vacío inexistente de ésta dimensión no era nada para Lancelot. No era importante, no era existente. No contenía ni a el ni a su alma propiamente dicho. No era ni siquiera un espacio con el que se sintiera identificado. Era un vacío, un blackout en su mente. Había una cosa que tenía que enmendar aún. ¿Estaría ella en ésta guerra? ¿Sería ella parte de ésta confrontación? ¡Ah! ¡Lo que daría por volver a pelear a su lado!... O Contra ella. Oh sí... Aún si aquello hubiera sido la mortificación de su existencia por tener que dañar a su 'rey', Lancelot había disfrutado cualquier segundo de pelear contre "El Rey".

Ah, lo sentía. Sentía como su mana resonaba. Una vez más alguien le había elegido. No tenía problema con participar en la guerra cuantas veces tuviera que hacerlo, todo era al fin y al cabo, lo que Angra deseaba, ¿No? Una risa seca se cruzó en sus labios mientras sentía como todo a su alrededor se convertía en nada más que un recuerdo. "Otra vez" pensó para sí mismo. Una vez más pelearía y una vez más sería un maldito gigante sin poder articular una jodida palabra lógica. Lo sabía, podría no ser el amo de la adivinación, pero lo sabía. Lo siguiente que observó al abrir sus ojos de nuevo fue a una chiquilla parada frente a él.

...

El grial tenía que estar Jodiéndolo. ¿Una niña participaba en la Guerra? Y lo que faltaba, una niña alb— ¿Porqué tenía una sensación de familiaridad con ella? Hmm... No importaba. Su pecho se alzó en un ligero suspiro y el sonido gutural y sedoso de su voz escapó de su boca.

Master...

Fueron las pocas sílabas que se le permitían articular a un Berserker antes de que le arrebataran su cordura. Inclinó ligeramente la cabeza, esperando indicaciones.

Su cabeza se inclinó a un lado en reconocimiento. De verdad... ¿El Grial dejaba que una chiquilla peleara en una guerra tan importante como ésta?. Saltaba como un grillo en éxtasis, en cierto modo le parecía fastidioso, pero hey... ¿No sería más fácil obedecer de una vez por todas? Serenó su semblante y le miró con un poco de educación; Era una doncella después de todo.

Sir Launcelot du Lac. Mejor conocido como El Caballero del Lago.

Asintió. En Efecto, era un Berserker. Ya había visto eso venir, a nadie le gustaba un servant rampageador que no puede... bueno, romper unas cuantas cosas, y por más que le afectara, obedecería tan pronto como pudiera. Era una guerra. Así era, una guerra, tenían que ganarla y tenían que aprovechar cualquier pequeña ventaja que pudiera darle un adelanto entre los demás... y los Command Spell eran eso precisamente, no podría permitirse que su master perdiera uno de sus hechizos de comando. Suspiró ligeramente abatido, aquello no le hacía feliz, Perder la cordura era tan agraciado como arrancarle un brazo o una pierna. Arondight estaría guardada, y su Noble Phantasm le permitiría permanecer oculto a ojos curiosos. Resopló y sujetó el casco que ella vilmente había arrojado al suelo como si fuera poca cosa, y con un último vistazo a su alrededor, acomodó este en su cabeza, antes de que un fulgor rojizo comenzara a emanar de la rendija de visión. Ahí estaba él, años después de que siquiera pudiera razonarlo, reviviendo sucesos que no recordaría.

Y sí, ahora estaba loco.

Escuchó a la chiquilla con atención. Su cabeza se inclinó ligeramente mientras sus brazos, antes firmes, colgaban ligeramente, sin prestarles mucha atención. Un Servant indefenso. ¿Por qué sonaba tan tentador aquello? Podría incluso haber jurado curvar sus labios en una ligera sonrisa, esperando por la próxima Orden.