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La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
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La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Ahí me encontraba, dentro los muros de una casa empolvada. Tenia tiempo que no me pasaba por esta, o sinceramente, ya no le prestaba atención. Prefería estar en un hotel o algo así, que pasearme por una residencia que ya no me transmitía nada.
Definitivamente era mejor invocar a alguien ahí que en un cementerio. Mi mente se perdió unos instantes en la vez que había convocado a mi Berserker.
“De verdad que era una amateur”
Una sonrisa siniestra se dibujo en mis labios, que podía denotar ironía y sarcasmo contra mi propia persona.
“No he cambiado mucho…Y mucho menos, me considero un magi fuerte.”
Una y otra vez, me reprendí por pensar cosas que no debía, sorprendiéndome lo idiota que era hace tiempo, cuando participe en la quinta guerra. Mis motivaciones habían cambiado dramáticamente, ahora mi deseo era mas cursi. Volví a regirme, entre la sombras, pareciendo las reacciones de una mujer desquiciada y peligrosa.
Me di unas palmadas leves en mi mejilla derecha, como para espabilar de mis recuerdos traumaticos de la adolescencia. Después de todo, si estaba ahí, no era para recordar cosas sin sentido, sino para algo mas importante.
Había perdido la cordura? Volver a participar si que lo era. Es obvio que con mi capacidad actual no era un oponente fuerte. Vivir en la idea, ilusión de poder ser la victoriosa del encuentro parecía un sueno de un infante.
Creo que en cuanto a la opinión de mi persona, me había vuelto mas realista: Conocía mis debilidades, y mis limites. No me sobrestimaba, ni tampoco me valoraba como cualquier basura. Había aprendido a mantenerme en la mitad.
Mire la hora de mi reloj de muñeca, era tarde y al parecer todo estaba en silencio. Mejor, últimamente me gustaba la tranquilidad y cualquiera que me molestara lo pagaría.
Mi carácter seguía siendo el mismo, de joven, aunque a veces tenia mis ratos dulces, solo era con ciertas personas. Yo soy de las que se cierran a otros y solo me mostraba o abría con aquellas personas de corazón puro.
Sakura Matou, una chica sencilla, la mujer del destino; dulce y un ángel en todos los aspectos. Hasta ahora, mis únicos deseos eran de venganza, bañarme en la sangre de los responsables de mi miseria, deleitarme en su sufrimiento, segundo tras segundo. Al conocer a Sakura, eso había cambiado, ahora mis deseos, por muy ocultos que fueran, mostraban algo mas que sentimientos vengativos.
Después de tanto, encendí unas cuantas velas, las suficientes para poder ver un poco y no sufrir ningún clase de desafortunado accidente.
“aquí vamos…”
Y ahí estaba, trazando un pentagrama con sangre. Fue sencillo conseguir gallos, no gallinas, pues era feminista. No me importaba el sufrimiento de el sexo opuesto. No hice mueca alguna de asco mientras los degollaba sin piedad y dibujaba aquel circulo,. Incluso arroje el cuerpo seco contra un bote de basura, como quien lo hace con una lata de refresco.
Limpie el desastre de las plumas como si nada, llegándome a la mente la vez del cementerio, como me había atacado mi servant tan ponto como le invoque.
“Por supuesto que no se repetirá esta vez…si no me encargo de forzarlo a que se suicide..”
Pensé sin ningún temor, prácticamente me valía. Si este no era el adecuado, pues buscaría otros medios para entrar en la guerra.
Me asegure que todo estuviese en orden, repasando los paso que había hecho una y otra vez, solo para estar segura de que no estaba cometiendo errores.
Respire hondo, y me mentalice para mi siguiente paso. Deje mi mente en blanco por una fracción de segundo y cuando creí seguro, saque de mi bolsillo un objeto diminuto envuelto en una tela roja con algunas inscripciones rúnicas. Según donde había conseguido esta reliquia, era una especie de amuleto escandinavo. A simple vista, para mi solo era un vil colmillo de lobo. Pero bueno, que mas podía reclamar? Sabia que esos países nórdicos tenían mucho potencial en cuanto a magia antigua. Un ejemplo perfecto podrían ser las runas. Si me había jugado el todo por el todo, pues que al menos fuera por algo que valiese la pena.
Antes de ponerlo en el circulo, mire la reliquia , dedicándole una miradilla de reprobación que se acentuó al momento que alce mi ceja.
“que se e va a hacer..’’
Una vez depositado, arroje mi cabello detrás de mi hombro con ayuda de una sola mano, volví a respirar hondo , dejando ver que estaba desanimada. Al final, cuando creí conveniente, inicie con la ceremonia, aquel ritual de convocación. Me asegure que en mi corazón no hubiese nada de duda para no equivocarme a la hora de la invocación. Aquellas recitaciones, aquella aria, fue liberada de mis labios. Mi voz no titubeo, ni se amedrento. Tenia la voluntad de aceptar el riesgo, de sobrellevar las consecuencias. Desde el momento que acepte el ser un magi, había dado la bienvenida a la muerte, fin del asunto.
Aquel fenómeno de la convocación de un servant se manifestó en esa habitación solitaria del segundo piso de mi residencia, no había ventanas, de lo contrario, creo que se habrían quebrado con tremendo movimiento. Algunos de los muebles se cayeron, tirando su contenido al suelo, marcando una sinfonía de desastre. Las velas se apagaron de golpe y mis ojos se abrieron para contemplar lo que sucedía a mi alrededor. El polvo se disperso por aquel cuarto y el pentagrama se ilumino. Mis ojos parecían perdidos en aquella luz. Combinado con las tonalidades del símbolo, mis ojos brillaron de una forma especial, mostrando una mirada agresiva como el fuego, despiadada y preparada para lo inesperado. Mitsuru Kirijou, enfrentaba al destino con valía…Cualquiera que acudiera a su llamado, sabría que su peor enemiga se encontraría frente a el o ella si osaba cuestionarle…
Definitivamente era mejor invocar a alguien ahí que en un cementerio. Mi mente se perdió unos instantes en la vez que había convocado a mi Berserker.
“De verdad que era una amateur”
Una sonrisa siniestra se dibujo en mis labios, que podía denotar ironía y sarcasmo contra mi propia persona.
“No he cambiado mucho…Y mucho menos, me considero un magi fuerte.”
Una y otra vez, me reprendí por pensar cosas que no debía, sorprendiéndome lo idiota que era hace tiempo, cuando participe en la quinta guerra. Mis motivaciones habían cambiado dramáticamente, ahora mi deseo era mas cursi. Volví a regirme, entre la sombras, pareciendo las reacciones de una mujer desquiciada y peligrosa.
Me di unas palmadas leves en mi mejilla derecha, como para espabilar de mis recuerdos traumaticos de la adolescencia. Después de todo, si estaba ahí, no era para recordar cosas sin sentido, sino para algo mas importante.
Había perdido la cordura? Volver a participar si que lo era. Es obvio que con mi capacidad actual no era un oponente fuerte. Vivir en la idea, ilusión de poder ser la victoriosa del encuentro parecía un sueno de un infante.
Creo que en cuanto a la opinión de mi persona, me había vuelto mas realista: Conocía mis debilidades, y mis limites. No me sobrestimaba, ni tampoco me valoraba como cualquier basura. Había aprendido a mantenerme en la mitad.
Mire la hora de mi reloj de muñeca, era tarde y al parecer todo estaba en silencio. Mejor, últimamente me gustaba la tranquilidad y cualquiera que me molestara lo pagaría.
Mi carácter seguía siendo el mismo, de joven, aunque a veces tenia mis ratos dulces, solo era con ciertas personas. Yo soy de las que se cierran a otros y solo me mostraba o abría con aquellas personas de corazón puro.
Sakura Matou, una chica sencilla, la mujer del destino; dulce y un ángel en todos los aspectos. Hasta ahora, mis únicos deseos eran de venganza, bañarme en la sangre de los responsables de mi miseria, deleitarme en su sufrimiento, segundo tras segundo. Al conocer a Sakura, eso había cambiado, ahora mis deseos, por muy ocultos que fueran, mostraban algo mas que sentimientos vengativos.
Después de tanto, encendí unas cuantas velas, las suficientes para poder ver un poco y no sufrir ningún clase de desafortunado accidente.
“aquí vamos…”
Y ahí estaba, trazando un pentagrama con sangre. Fue sencillo conseguir gallos, no gallinas, pues era feminista. No me importaba el sufrimiento de el sexo opuesto. No hice mueca alguna de asco mientras los degollaba sin piedad y dibujaba aquel circulo,. Incluso arroje el cuerpo seco contra un bote de basura, como quien lo hace con una lata de refresco.
Limpie el desastre de las plumas como si nada, llegándome a la mente la vez del cementerio, como me había atacado mi servant tan ponto como le invoque.
“Por supuesto que no se repetirá esta vez…si no me encargo de forzarlo a que se suicide..”
Pensé sin ningún temor, prácticamente me valía. Si este no era el adecuado, pues buscaría otros medios para entrar en la guerra.
Me asegure que todo estuviese en orden, repasando los paso que había hecho una y otra vez, solo para estar segura de que no estaba cometiendo errores.
Respire hondo, y me mentalice para mi siguiente paso. Deje mi mente en blanco por una fracción de segundo y cuando creí seguro, saque de mi bolsillo un objeto diminuto envuelto en una tela roja con algunas inscripciones rúnicas. Según donde había conseguido esta reliquia, era una especie de amuleto escandinavo. A simple vista, para mi solo era un vil colmillo de lobo. Pero bueno, que mas podía reclamar? Sabia que esos países nórdicos tenían mucho potencial en cuanto a magia antigua. Un ejemplo perfecto podrían ser las runas. Si me había jugado el todo por el todo, pues que al menos fuera por algo que valiese la pena.
Antes de ponerlo en el circulo, mire la reliquia , dedicándole una miradilla de reprobación que se acentuó al momento que alce mi ceja.
“que se e va a hacer..’’
Una vez depositado, arroje mi cabello detrás de mi hombro con ayuda de una sola mano, volví a respirar hondo , dejando ver que estaba desanimada. Al final, cuando creí conveniente, inicie con la ceremonia, aquel ritual de convocación. Me asegure que en mi corazón no hubiese nada de duda para no equivocarme a la hora de la invocación. Aquellas recitaciones, aquella aria, fue liberada de mis labios. Mi voz no titubeo, ni se amedrento. Tenia la voluntad de aceptar el riesgo, de sobrellevar las consecuencias. Desde el momento que acepte el ser un magi, había dado la bienvenida a la muerte, fin del asunto.
Aquel fenómeno de la convocación de un servant se manifestó en esa habitación solitaria del segundo piso de mi residencia, no había ventanas, de lo contrario, creo que se habrían quebrado con tremendo movimiento. Algunos de los muebles se cayeron, tirando su contenido al suelo, marcando una sinfonía de desastre. Las velas se apagaron de golpe y mis ojos se abrieron para contemplar lo que sucedía a mi alrededor. El polvo se disperso por aquel cuarto y el pentagrama se ilumino. Mis ojos parecían perdidos en aquella luz. Combinado con las tonalidades del símbolo, mis ojos brillaron de una forma especial, mostrando una mirada agresiva como el fuego, despiadada y preparada para lo inesperado. Mitsuru Kirijou, enfrentaba al destino con valía…Cualquiera que acudiera a su llamado, sabría que su peor enemiga se encontraría frente a el o ella si osaba cuestionarle…
Mitsumona- Mensajes : 301
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Nivel: 1
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(300/300)
Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Mi ultima herida fue un diabólico puñal en mi corazón, algo que calzo perfecto en mi vida, después de todo era tan como yo... tan frió, tan veloz, tan certero... casi sin sentimientos un autentico monstruo solo haciendo lo que debe hacer.
Mi ultimo pensamiento fue un delirio de la muerte, verlos a mi lado, aquellas sonrisas, verlos junto a mis hermanos esperando más allá de los pórticos negros que separan esta vida de la otra, solo ilusiones de la mente, solo sueños de una mente apagándose, eludiendo el dolor y las infinitas preguntas o el maldito cliche de la vida frente a tus ojos.
Mi ultima mirada fue a ella, Hela, mi hermanastra, quien más odio cargo hacia mi, mi mirada no fue de resentimiento, no le odie solo la mire calmo antes de que el mundo se pusiera negro.
Mi ultimo gesto fue una sonrisa de verdad, esa que solo apareció dos veces en mi vida, frente a mi amada y frente a aquel maestro que se volvió mi padre, fue paz verdadera, fue fraternidad, no fue por aquella ilusión, solo fue por un pensamiento, cumplí mi palabra, los protegí con mi vida, di mi vida, ya era libre.
Cuenta una vieja leyenda, aun más vieja que el reino del norte, una historia solo admirada por viejos, ebrios y críos, que una vez existió un bondadoso arquero que salvo por si solo el norte, cuenta que en el momento de su muerte los lobos del mundo aullaron con tal furia que el sol y la luna se escondieron de los grandes Hati y Skoll, dicen esos sabios de taberna que el propio Fenrir casi se libera hinchado por la furia y la rabia espumante que sintió al escuchar que mi ultimo aliento escapaba ya sin fuerzas de mi cuerpo frió, maltratado y cubierto de sangre, cuentan los viejos que aquel bosque que rodea el reino, esa espesura tan grande y espesa llora mi muerte cada luna llena, cuentan que en mi nombre miles de arqueros se levantaron, continuando mi legado por los bosques del norte, cuentan que los pueblos del norte me veneran tanto como alguna vez temieron, tanto como una vez temieron a los lobos. También dicen que mi numero fue el mil, el numero que más veces apareció en mi vida, esas fueron mis victorias, esos fueron los lobos, mil veces fui herido y mil veces me levante. Tantas cosas cubrieron mi nombre, verdades y mentiras, la mitad de la historia era verdad, la otra solo era un malentendido, no comprendieron por que protegí a los pueblos, al bosque... no lo hice por bondad, lo hice... solo por mi promesa.
Los seres humanos siempre tratamos de volver dioses a nuestros héroes, siempre negamos su lado oscuro, siempre tratamos de cambiar quien fue de volverlo un prócer. La verdad es mas oscura que mi leyenda, pero eso realmente no me importa.
No me arrepiento de nada, no lamento no haber sido una estrella, ni me entristece mi muerte, ni de mi vida, arrepentirme seria mentirme a mi mismo, seria tan hipócrita como contar chistes negros de discapacitados y dar caridad a hospitales, después de todo seria lamentar que fui, quien soy y por que aun existo, no, no lamento haber muerto...ni mucho menos el sacrificio que hice, no lamento haber matado, ni el no haber podido tener una vida común.
Suelen vendernos el más allá como el gran sitio turístico... el gran orgasmo de las vidas después de la muerte, el Valhalla, el gran palacio donde solo te preocuparías por comer, cojer y matar para pasar el tiempo... que gran mentira, solo me espero la inmensidad, un bosque, la eterna noche y mil lobos.
En aquella oscuridad, cuantos años pasaron, tal vez ninguno, tal vez cientos, pero en aquella oscuridad, donde el tiempo se me hizo infinito, todo fue tan claro, tan simple o incluso poético, el arquero del norte, el campeón de los lobos murió junto a sus hermanos, murió con una sonrisa, junto a mil lobos, en su victoria numero mil.
Cuanto había pasado, que había pasado, que era eso, me sentí con propósito, me sentí por primera vez como si estuviera apunto de despertar...
Me sentí atraído, casi arrastrado por una fuerza increíble y abrumadora, llamado por una voz tan suave, que nunca había escuchado, sentí como despertaba de un largo sueño tan abruptamente como una cachetada en medio del rostro mientras mi mente absorbía todo lo que ese flujo me enviaba, ¿tanto había cambiado el mundo?, el bosque desapareció, mi mundo se apago como un televisor al que le disparas, me vi rodeado por luz, tenia un propósito nuevamente. Resucite con una sonrisa en el rostro, mis ojos brillaron luego de mucho tiempo.
Permanecí hincado durante algunos segundos en aquel circulo de invocación, oculto bajo aquella capa, mis garras provocaron cierto sonido tétrico de acero al rasguñar el piso apoyándose, respire, el aire estaba pesado lleno de polvo y un ligero olor a sangre derramada, mi cuerpo parecía estar de cierta manera entumecido, pero solo duro unos cuantos segundos mientras la luz desaparecía.
A través de aquella luz es que pude verla por primera vez, solo una mirada superficial, esa mujer de cabellos rojizos, ¿ella es quien me dio la oportunidad?, ¿mi master?, era un mujer hermosa, podía verse tranquilamente. Sereno mire a los lados mientras aquella luz se disipaba, el lugar parecía haber sido destrozado, muebles caídos, cosas por el piso, ¿donde me habían invocado?
-- Entonces a quien debo el honor de mi existencia -- pregunto mi voz áspera y grave con mi mirada aun apuntando al piso -- siempre y cuando seas tu quien me invoco, aunque si mataste a quien lo hizo -- me encogí de hombros mostrando una sonrisa ligera donde mis dientes brillaron por unos segundos -- solo puedo ofrecerte ser mi master-- agregue estirándome, mi cuerpo ya había perdido el adormecimiento, poco a poco me incorpore aun bajo las sombras de aquella capucha mi rostro permaneció oculto -- Soy el Servant de la categoría Archer, puedes llamarme Hunter o Archer como prefieras -- agregue para luego retirar aquella capucha develando mi rostro a ella, la mire de arriba a abajo dedicándole una buena mirada por primera vez, era una mujer pequeña, debía medir por los 1,60, ¿acaso la gente se volvía mas pequeña cada año?.
Suspire y volvi a respirar llenando los pulmones, aquel polvo, aquel sabor que le daba al aire, aquella pesadez, no era nada de lo que yo sentía, estaba vivo, aquel aire sabia a vivo.
Mi ultimo pensamiento fue un delirio de la muerte, verlos a mi lado, aquellas sonrisas, verlos junto a mis hermanos esperando más allá de los pórticos negros que separan esta vida de la otra, solo ilusiones de la mente, solo sueños de una mente apagándose, eludiendo el dolor y las infinitas preguntas o el maldito cliche de la vida frente a tus ojos.
Mi ultima mirada fue a ella, Hela, mi hermanastra, quien más odio cargo hacia mi, mi mirada no fue de resentimiento, no le odie solo la mire calmo antes de que el mundo se pusiera negro.
Mi ultimo gesto fue una sonrisa de verdad, esa que solo apareció dos veces en mi vida, frente a mi amada y frente a aquel maestro que se volvió mi padre, fue paz verdadera, fue fraternidad, no fue por aquella ilusión, solo fue por un pensamiento, cumplí mi palabra, los protegí con mi vida, di mi vida, ya era libre.
Cuenta una vieja leyenda, aun más vieja que el reino del norte, una historia solo admirada por viejos, ebrios y críos, que una vez existió un bondadoso arquero que salvo por si solo el norte, cuenta que en el momento de su muerte los lobos del mundo aullaron con tal furia que el sol y la luna se escondieron de los grandes Hati y Skoll, dicen esos sabios de taberna que el propio Fenrir casi se libera hinchado por la furia y la rabia espumante que sintió al escuchar que mi ultimo aliento escapaba ya sin fuerzas de mi cuerpo frió, maltratado y cubierto de sangre, cuentan los viejos que aquel bosque que rodea el reino, esa espesura tan grande y espesa llora mi muerte cada luna llena, cuentan que en mi nombre miles de arqueros se levantaron, continuando mi legado por los bosques del norte, cuentan que los pueblos del norte me veneran tanto como alguna vez temieron, tanto como una vez temieron a los lobos. También dicen que mi numero fue el mil, el numero que más veces apareció en mi vida, esas fueron mis victorias, esos fueron los lobos, mil veces fui herido y mil veces me levante. Tantas cosas cubrieron mi nombre, verdades y mentiras, la mitad de la historia era verdad, la otra solo era un malentendido, no comprendieron por que protegí a los pueblos, al bosque... no lo hice por bondad, lo hice... solo por mi promesa.
Los seres humanos siempre tratamos de volver dioses a nuestros héroes, siempre negamos su lado oscuro, siempre tratamos de cambiar quien fue de volverlo un prócer. La verdad es mas oscura que mi leyenda, pero eso realmente no me importa.
No me arrepiento de nada, no lamento no haber sido una estrella, ni me entristece mi muerte, ni de mi vida, arrepentirme seria mentirme a mi mismo, seria tan hipócrita como contar chistes negros de discapacitados y dar caridad a hospitales, después de todo seria lamentar que fui, quien soy y por que aun existo, no, no lamento haber muerto...ni mucho menos el sacrificio que hice, no lamento haber matado, ni el no haber podido tener una vida común.
Suelen vendernos el más allá como el gran sitio turístico... el gran orgasmo de las vidas después de la muerte, el Valhalla, el gran palacio donde solo te preocuparías por comer, cojer y matar para pasar el tiempo... que gran mentira, solo me espero la inmensidad, un bosque, la eterna noche y mil lobos.
En aquella oscuridad, cuantos años pasaron, tal vez ninguno, tal vez cientos, pero en aquella oscuridad, donde el tiempo se me hizo infinito, todo fue tan claro, tan simple o incluso poético, el arquero del norte, el campeón de los lobos murió junto a sus hermanos, murió con una sonrisa, junto a mil lobos, en su victoria numero mil.
Cuanto había pasado, que había pasado, que era eso, me sentí con propósito, me sentí por primera vez como si estuviera apunto de despertar...
Me sentí atraído, casi arrastrado por una fuerza increíble y abrumadora, llamado por una voz tan suave, que nunca había escuchado, sentí como despertaba de un largo sueño tan abruptamente como una cachetada en medio del rostro mientras mi mente absorbía todo lo que ese flujo me enviaba, ¿tanto había cambiado el mundo?, el bosque desapareció, mi mundo se apago como un televisor al que le disparas, me vi rodeado por luz, tenia un propósito nuevamente. Resucite con una sonrisa en el rostro, mis ojos brillaron luego de mucho tiempo.
Permanecí hincado durante algunos segundos en aquel circulo de invocación, oculto bajo aquella capa, mis garras provocaron cierto sonido tétrico de acero al rasguñar el piso apoyándose, respire, el aire estaba pesado lleno de polvo y un ligero olor a sangre derramada, mi cuerpo parecía estar de cierta manera entumecido, pero solo duro unos cuantos segundos mientras la luz desaparecía.
A través de aquella luz es que pude verla por primera vez, solo una mirada superficial, esa mujer de cabellos rojizos, ¿ella es quien me dio la oportunidad?, ¿mi master?, era un mujer hermosa, podía verse tranquilamente. Sereno mire a los lados mientras aquella luz se disipaba, el lugar parecía haber sido destrozado, muebles caídos, cosas por el piso, ¿donde me habían invocado?
-- Entonces a quien debo el honor de mi existencia -- pregunto mi voz áspera y grave con mi mirada aun apuntando al piso -- siempre y cuando seas tu quien me invoco, aunque si mataste a quien lo hizo -- me encogí de hombros mostrando una sonrisa ligera donde mis dientes brillaron por unos segundos -- solo puedo ofrecerte ser mi master-- agregue estirándome, mi cuerpo ya había perdido el adormecimiento, poco a poco me incorpore aun bajo las sombras de aquella capucha mi rostro permaneció oculto -- Soy el Servant de la categoría Archer, puedes llamarme Hunter o Archer como prefieras -- agregue para luego retirar aquella capucha develando mi rostro a ella, la mire de arriba a abajo dedicándole una buena mirada por primera vez, era una mujer pequeña, debía medir por los 1,60, ¿acaso la gente se volvía mas pequeña cada año?.
Suspire y volvi a respirar llenando los pulmones, aquel polvo, aquel sabor que le daba al aire, aquella pesadez, no era nada de lo que yo sentía, estaba vivo, aquel aire sabia a vivo.
Matt Ironwill- Servant - Caster
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Aquel caos que se había cernido sobre aquella invocación donde había hecho el ritual, ceso. Las paredes dejaron de temblar y soltar polvo, los muebles ya no chirriaban ni se caían, quizás eso ultimo no se dio ya que todos se habían caído; prácticamente seria el colmo que se cayeran desde el techo, aunque poco no falto.
Me cubrí con el brazo mi cara, colocandolo en mi frente para poder ver y para cortar la polvadera que se ciño en aquel sitio. El pentagrama de invocación, brillaba bastante y gracias a eso podía ver que ocurría en aquel cuarto obscuro, ya que las velas se habían apagado, volviéndose mi única fuente de luz aquello.
Poco a poco aparte el brazo de mi rostro, pudiendo contemplar el milagro que se encontraba frente a mi. Pude ver una figura agachada, encapuchada que había provenido de aquel pentagrama místico. Lo mire atentamente, sin tener palabra alguna que compartir con el extraño que tenia ante mi. Aun cuando hablo, permanecí en silencio, sus preguntas me irritaban y de cierta forma me lastimaban. Insinuaba que era de esa clase de personas?...
Me reí con sorna, cruzándome de brazos, sin intimidarme siquiera que se levantaba, mostrando su inmensa figura. –Muy mal, que insinuaciones haces…Acusaciones infames para lacras. Te pido respeto…- Comente con un tono ligero que denotaba ironía. De verdad que este sujeto había cometido el primer error conmigo, subestimarme. Ya lo pagaría…
No pude agregar algo mas al sujeto ya que la sensación de hierro caliente siendo posado contra el dorso de una de mis manos se hizo notorio. Cubrí mi mano al instante como para menguar el dolor, viendo al poco como parecian las macas que me sellaban como un Master de la sexta Guerra por el grial: los Command Spell. Contemple esa marca santa que me daba el derecho de competir por el santo grial antes de volver al hombre que se presentaba ante mi como Archer, el caballero del arco.
Nada mal, no me podía quejar…había logrado convocar a una de las tres clases de caballeros.
“Eso es un progreso…bien hecho Mitsu” Pensé un poco contenta de esto, sin quejarme mas sobre la reliquia que había conseguido.
Me fije que se descubrió el rostro y le mire a los ojos. Vaya! Este tipo era alto, mas no me intimidaba. Cruce mis brazos y alce una ceja, sonriendo de lado al sujeto que se identificaba como Archer. Suspire después negando a su nombre. –Archer me basta…-
La verdad, no tenia intenciones de llamarle así, no quería divulgar su verdadera identidad en cada batalla. Después de todo, eso era lo mas preciado que un Servant tenia, o al menos así lo veía yo. Sacudí el polvo que había en uno de mis hombros y luego mire al sujeto que se decía llamar Hunter, asignado a la clase Archer.
-y dime, Archer, cuales son tus intenciones de participar por el santo grial?- Decidí preguntarle eso ahora, dejando atrás las presentaciones.
Me cubrí con el brazo mi cara, colocandolo en mi frente para poder ver y para cortar la polvadera que se ciño en aquel sitio. El pentagrama de invocación, brillaba bastante y gracias a eso podía ver que ocurría en aquel cuarto obscuro, ya que las velas se habían apagado, volviéndose mi única fuente de luz aquello.
Poco a poco aparte el brazo de mi rostro, pudiendo contemplar el milagro que se encontraba frente a mi. Pude ver una figura agachada, encapuchada que había provenido de aquel pentagrama místico. Lo mire atentamente, sin tener palabra alguna que compartir con el extraño que tenia ante mi. Aun cuando hablo, permanecí en silencio, sus preguntas me irritaban y de cierta forma me lastimaban. Insinuaba que era de esa clase de personas?...
Me reí con sorna, cruzándome de brazos, sin intimidarme siquiera que se levantaba, mostrando su inmensa figura. –Muy mal, que insinuaciones haces…Acusaciones infames para lacras. Te pido respeto…- Comente con un tono ligero que denotaba ironía. De verdad que este sujeto había cometido el primer error conmigo, subestimarme. Ya lo pagaría…
No pude agregar algo mas al sujeto ya que la sensación de hierro caliente siendo posado contra el dorso de una de mis manos se hizo notorio. Cubrí mi mano al instante como para menguar el dolor, viendo al poco como parecian las macas que me sellaban como un Master de la sexta Guerra por el grial: los Command Spell. Contemple esa marca santa que me daba el derecho de competir por el santo grial antes de volver al hombre que se presentaba ante mi como Archer, el caballero del arco.
Nada mal, no me podía quejar…había logrado convocar a una de las tres clases de caballeros.
“Eso es un progreso…bien hecho Mitsu” Pensé un poco contenta de esto, sin quejarme mas sobre la reliquia que había conseguido.
Me fije que se descubrió el rostro y le mire a los ojos. Vaya! Este tipo era alto, mas no me intimidaba. Cruce mis brazos y alce una ceja, sonriendo de lado al sujeto que se identificaba como Archer. Suspire después negando a su nombre. –Archer me basta…-
La verdad, no tenia intenciones de llamarle así, no quería divulgar su verdadera identidad en cada batalla. Después de todo, eso era lo mas preciado que un Servant tenia, o al menos así lo veía yo. Sacudí el polvo que había en uno de mis hombros y luego mire al sujeto que se decía llamar Hunter, asignado a la clase Archer.
-y dime, Archer, cuales son tus intenciones de participar por el santo grial?- Decidí preguntarle eso ahora, dejando atrás las presentaciones.
Mitsumona- Mensajes : 301
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Mis palabras parecían haber dado en el clavo equivocado aun así eso me divirtió un poco por lo que solo pude sonreír mirándola contestarme, tenia actitud eso era bueno, tenia fuerza en su carácter no seria una mujer que se dejaría matar a mitad de la guerra. No podía terminar de saber si estaba disgustada con mi presencia o le alegraba haberme invocado, rayos, ni siquiera me había dicho su nombre aunque en realidad no tenia mucho interés en cosas tan mundanas como un nombre o las especialidades de cada uno, casi como un acuerdo tácito pasamos directo al tema que nos tenia en aquella casa venida abajo, la guerra.
-- Mis intenciones -- pregunte mirándola con una de mis cejas arriba tratando de descifrar que podría buscar ella -- mis intenciones son quebrar mi cráneo luchando contra otros servants, ganar el grial y luego pedir mi deseo, supongo que eso es lo que te interesa, a menos que tu tengas un deseo en ese caso podría cedértelo pero tendría que realmente valer la pena -- mencione como si fuera lo más natural del mundo y de cierta manera lo era, el grial escogía héroes que desearan obtenerlo, pero como escogía a los masters?, que motivación movía a la pelirroja frente a mi, era una mujer interesante de hecho, lo suficiente como para serme difícil de descifrar a simple vista, comencé a caminar saliendo del circulo que me había dado vida, camine hacia ella lentamente -- la pregunta que quedaría por responder es -- hice una corta pausa dando otro paso hacia ella --que es lo que tu buscas en este matanza y si tienes el poder para tomarlo, para matar de ser necesario -- agregue antes de quedar frente a ella, a solo un paso de distancia con mi mirada clavada en sus ojos, estos son las ventanas del alma dicen, los de ella solo se mostraban fieros por lo que le sonreí tranquilo...
-- Antes que nada... solo quiero que sepas que mi respeto es tuyo, que como todo servant protegeré tu vida aun al costo de la mía y que mis poderes están a tu llamado... pero más allá de eso... mi lealtad seguirá sin pertenecer a nadie mas que a mi propia persona -- mencione con cierto frió en mis palabras -- así que no termines de confiarte de mi y siempre ten listo un sello de comando por las dudas... no volveré a advertirte esto -- termine para comenzar a alejarme dando unos cuantos pasos atrás.
-- Mis intenciones -- pregunte mirándola con una de mis cejas arriba tratando de descifrar que podría buscar ella -- mis intenciones son quebrar mi cráneo luchando contra otros servants, ganar el grial y luego pedir mi deseo, supongo que eso es lo que te interesa, a menos que tu tengas un deseo en ese caso podría cedértelo pero tendría que realmente valer la pena -- mencione como si fuera lo más natural del mundo y de cierta manera lo era, el grial escogía héroes que desearan obtenerlo, pero como escogía a los masters?, que motivación movía a la pelirroja frente a mi, era una mujer interesante de hecho, lo suficiente como para serme difícil de descifrar a simple vista, comencé a caminar saliendo del circulo que me había dado vida, camine hacia ella lentamente -- la pregunta que quedaría por responder es -- hice una corta pausa dando otro paso hacia ella --que es lo que tu buscas en este matanza y si tienes el poder para tomarlo, para matar de ser necesario -- agregue antes de quedar frente a ella, a solo un paso de distancia con mi mirada clavada en sus ojos, estos son las ventanas del alma dicen, los de ella solo se mostraban fieros por lo que le sonreí tranquilo...
-- Antes que nada... solo quiero que sepas que mi respeto es tuyo, que como todo servant protegeré tu vida aun al costo de la mía y que mis poderes están a tu llamado... pero más allá de eso... mi lealtad seguirá sin pertenecer a nadie mas que a mi propia persona -- mencione con cierto frió en mis palabras -- así que no termines de confiarte de mi y siempre ten listo un sello de comando por las dudas... no volveré a advertirte esto -- termine para comenzar a alejarme dando unos cuantos pasos atrás.
Matt Ironwill- Servant - Caster
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
No me agrado para nada la sonrisa que mostró en su rostro aquel que ahora se decía llamar mi Servant. De alguna forma no me agradaba así que decidí confrontarle ya que de ninguna manera permitiría que alguien reaccionara as de la nada, porque lo tomaba como una mofa hacia mi persona. No cambie mi expresión severa con aquel sujeto y sin ningún freno le hable en tono natural. –Y dime, Archer, que es lo que te ha causado tanta gracia? Donde esta el chiste en mis palabras?... para que yo también pueda reírme..- Comente mirándole fijamente.
Una vez que solté esa pregunta, me dedico a escuchar al individuo en cuestión. Por que tanto misterio? Esperaba que demostrara asombro o que me quedara adulandole por ser quien es? Ni de broma, ese no era mi forma de actuar y menos con un Sevant con esa actitud. –típica respuesta, supongo…..- Murmure suspirando al poco mientras cruzaba mis brazos y negaba con mi cabeza, denotando que no necesitaba sus caridades. –Recuerda que gracias a mi estas aquí así que deja de hablar como si yo fuera aquí la sirviente.- Aclare un poco enojada con este sujeto que de la nada ya empezaba a darme ordenes. O al menos, así lo veía yo.
No baje la mirada al momento que me hizo otra pregunta, esta vez acerca de lo que estaba yo dispuesta a hacer. Guarde silencio y mirándole fieramente me mantuve así hasta que me diera la gana responderle. Me gustaba intimidar y ademas, soy de las orgullosas así que de cierta forma no quería parecer muy dadivosa. Cuando creí necesario respondí aun con mi tono relajado pese que internamente me daban ganas de explotarle con la mente, cosa que obviamente no podía hacer. – Mi voluntad es mi voluntad; mis deseos, son mis deseos. No debes cuestionarlos así como yo no cuestiono los tuyos. –
Así era, no deseaba compartir algo mas hasta que este hombre, mi servant demostrara que merecía saberlo. Hasta ahora su actitud me estaba irritando y como castigo, eso le daría, una actitud hermética y cerrada.
Sin lugar a dudas, lo que dijo acerca del respeto, hizo que soltara una sarcástica carcajada. Pero que le ocurría a este Servant?
-Vaya, ahora resulta que me respetas pero no me tienes lealtad. Muy bonito, muy bonito..gracias, lo mismo digo…- Respondí sonriendole y me acerque a el en el momento que retrocedió, queriéndole acorralar. -Por que te alejas?...Apenas nos conocemos y ya te intimido?-. Lo mire de forma intensa y aun con una sonrisa de lado, me quede quieta contemplándole. De manera súbita, me entran las ganas de castigarle porque esto ya había sido la gota que había derramado el vaso, por lo que alce mi mano con los Command Spells y le proporcione una bofetada a Night, con todas mis fuerzas.
-No me subestimes...-
Una vez que solté esa pregunta, me dedico a escuchar al individuo en cuestión. Por que tanto misterio? Esperaba que demostrara asombro o que me quedara adulandole por ser quien es? Ni de broma, ese no era mi forma de actuar y menos con un Sevant con esa actitud. –típica respuesta, supongo…..- Murmure suspirando al poco mientras cruzaba mis brazos y negaba con mi cabeza, denotando que no necesitaba sus caridades. –Recuerda que gracias a mi estas aquí así que deja de hablar como si yo fuera aquí la sirviente.- Aclare un poco enojada con este sujeto que de la nada ya empezaba a darme ordenes. O al menos, así lo veía yo.
No baje la mirada al momento que me hizo otra pregunta, esta vez acerca de lo que estaba yo dispuesta a hacer. Guarde silencio y mirándole fieramente me mantuve así hasta que me diera la gana responderle. Me gustaba intimidar y ademas, soy de las orgullosas así que de cierta forma no quería parecer muy dadivosa. Cuando creí necesario respondí aun con mi tono relajado pese que internamente me daban ganas de explotarle con la mente, cosa que obviamente no podía hacer. – Mi voluntad es mi voluntad; mis deseos, son mis deseos. No debes cuestionarlos así como yo no cuestiono los tuyos. –
Así era, no deseaba compartir algo mas hasta que este hombre, mi servant demostrara que merecía saberlo. Hasta ahora su actitud me estaba irritando y como castigo, eso le daría, una actitud hermética y cerrada.
Sin lugar a dudas, lo que dijo acerca del respeto, hizo que soltara una sarcástica carcajada. Pero que le ocurría a este Servant?
-Vaya, ahora resulta que me respetas pero no me tienes lealtad. Muy bonito, muy bonito..gracias, lo mismo digo…- Respondí sonriendole y me acerque a el en el momento que retrocedió, queriéndole acorralar. -Por que te alejas?...Apenas nos conocemos y ya te intimido?-. Lo mire de forma intensa y aun con una sonrisa de lado, me quede quieta contemplándole. De manera súbita, me entran las ganas de castigarle porque esto ya había sido la gota que había derramado el vaso, por lo que alce mi mano con los Command Spells y le proporcione una bofetada a Night, con todas mis fuerzas.
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Mitsumona- Mensajes : 301
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Algo me dijo que me había sobrepasado y rebalsado el vaso, esa ligera sensación de haber cruzado la linea imaginaria que te hace ganar el desprecio de otro, la impresión de que la había puesto realmente molesta, fue casi como el famoso sentido arácnido, pero a mi simplemente no me importo molestarla, a decir verdad quería ver quien era, y si algo he aprendido, uno muestra quien ante las provocaciones.
Sus palabras casi cargadas de fuego, su expresión confiada aunque combativa y aquella mirada desafiante así como temeraria, todo un paquete de mujer, maldita sea mi suerte y al mismo tiempo bendita sea, después de todo, mi máster tenia fuerza, tenia actitud, tenia aquello que yo valoraba en las personas. Solo la miraba a los ojos, escuchándola atento, mi atención se vio enfocada en ella tratado de descifrar a la mujer frente a mi. Tal vez pudiera seguir sus ordenes, esa intencidad de cierta manera me recordó a mi pasado, maldita era mi suerte con las mujeres, todas quieren matarme.
No tarde descubrir que tanto estaba en lo cierto, mi mejilla ardiendo y mi rostro inclinado ligeramente hacia un lado, ese dolor tan característico de la mano de una mujer, mi sonrisa seguía en su lugar, no esperaba nada menos de quien pudiera invocarme, esta seria una divertida experiencia, por un segundo recordé el pasado, recordé mi vida, recordé un golpe muy similar, si, "maldita sea mi suerte", pensé y no pude hacer más que reír durante unos segundos para luego volver a mirar aquellos ojos intensos y sonreír, pero más honestamente que mis sonrisas anteriores, una sonrisa real, leve apenas visible.
-- Realmente me alegro de que seas mi master, se que nos llevaremos bien y que a pesar de este comienzo, descubrirás que estas a salvo conmigo aun cuando dije que mi lealtad me la reservo, el respeto y el vinculo que tengo contigo me atan a protegerte, aun así se... que terminaras odiándome pero no me importa -- menciones tranquilamente abandonando ese pequeño tono hostil que traía mientras la miraba para luego dedicarle una mirada a mi alrededor, aquel lugar, verdaderamente estaba abandonado, mire el suelo y patee suavemente un libro que estaba tirado, que lugar tan maltrecho, pensé mientras caminaba hacia una pared y termine apoyando mi espalda en esta cerrando mis ojos por unos segundos, había llegado la hora de empuñar mi arco nuevamente
-- pero dejando de lado todo el tema traición y lealtad... que es lo que sabes de esta guerra, cual es el plan o que es lo que quieres hacer, sabes algo de contra quienes combatimos o de alguno de los servants invocados, tienes alguno como objetivo -- solté pregunta tras pregunta, dejando solo pausas cortas entre estas, ya estaba un poco cansado de aquellas presentaciones y tanteos, quería saber cual era el plan, después de todo no servia de nada seguir perdiendo el tiempo en aquella conversación sin sentido, prefería preguntar lo necesario y comenzar a dibujar las cosas en mi cabeza.
La guerra por el grial, era el combate entre "espíritus heroicos", aunque yo no entraba en aquel estándar, yo solo protegí mi bosque, fui mas una bestia que un héroe pero aun así aquí estaba un archer, el campeón de los lobos... Contra quien me enfrentaría? ganaria o simplemente comería tierra antes de desaparecer.
Sus palabras casi cargadas de fuego, su expresión confiada aunque combativa y aquella mirada desafiante así como temeraria, todo un paquete de mujer, maldita sea mi suerte y al mismo tiempo bendita sea, después de todo, mi máster tenia fuerza, tenia actitud, tenia aquello que yo valoraba en las personas. Solo la miraba a los ojos, escuchándola atento, mi atención se vio enfocada en ella tratado de descifrar a la mujer frente a mi. Tal vez pudiera seguir sus ordenes, esa intencidad de cierta manera me recordó a mi pasado, maldita era mi suerte con las mujeres, todas quieren matarme.
No tarde descubrir que tanto estaba en lo cierto, mi mejilla ardiendo y mi rostro inclinado ligeramente hacia un lado, ese dolor tan característico de la mano de una mujer, mi sonrisa seguía en su lugar, no esperaba nada menos de quien pudiera invocarme, esta seria una divertida experiencia, por un segundo recordé el pasado, recordé mi vida, recordé un golpe muy similar, si, "maldita sea mi suerte", pensé y no pude hacer más que reír durante unos segundos para luego volver a mirar aquellos ojos intensos y sonreír, pero más honestamente que mis sonrisas anteriores, una sonrisa real, leve apenas visible.
-- Realmente me alegro de que seas mi master, se que nos llevaremos bien y que a pesar de este comienzo, descubrirás que estas a salvo conmigo aun cuando dije que mi lealtad me la reservo, el respeto y el vinculo que tengo contigo me atan a protegerte, aun así se... que terminaras odiándome pero no me importa -- menciones tranquilamente abandonando ese pequeño tono hostil que traía mientras la miraba para luego dedicarle una mirada a mi alrededor, aquel lugar, verdaderamente estaba abandonado, mire el suelo y patee suavemente un libro que estaba tirado, que lugar tan maltrecho, pensé mientras caminaba hacia una pared y termine apoyando mi espalda en esta cerrando mis ojos por unos segundos, había llegado la hora de empuñar mi arco nuevamente
-- pero dejando de lado todo el tema traición y lealtad... que es lo que sabes de esta guerra, cual es el plan o que es lo que quieres hacer, sabes algo de contra quienes combatimos o de alguno de los servants invocados, tienes alguno como objetivo -- solté pregunta tras pregunta, dejando solo pausas cortas entre estas, ya estaba un poco cansado de aquellas presentaciones y tanteos, quería saber cual era el plan, después de todo no servia de nada seguir perdiendo el tiempo en aquella conversación sin sentido, prefería preguntar lo necesario y comenzar a dibujar las cosas en mi cabeza.
La guerra por el grial, era el combate entre "espíritus heroicos", aunque yo no entraba en aquel estándar, yo solo protegí mi bosque, fui mas una bestia que un héroe pero aun así aquí estaba un archer, el campeón de los lobos... Contra quien me enfrentaría? ganaria o simplemente comería tierra antes de desaparecer.
Matt Ironwill- Servant - Caster
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Me lleve una gran sorpresa en el momento que oí el sonido que mi palma hizo al chocar con la mejilla de el. Fue un ruido bastante perturbante. Mi mano sintió el ardor del golpe, me había pasado, pero eso era lo que menos me importaba en esos momentos lo único que era vital para mi mente y cuerpo era el poder descargar toda la rabia que ese Servant había ocasionado en mi. Se había atrevido a molestarme y eso, tenia un precio. Me quede quieta aun con mi mano en la misma posición que tenia después de haber proporcionado la bofetada, mi labios estaban torcidos en una mueca que indicaba fastidio y frustración, de verdad que estaba de un humor en esos momentos que hasta me entraron ganas de ordenarle que se suicidara. Aun así me pude controlar y logre retroceder. Incline mi rostro un poco de tal forma que mis cabellos cubrían parte de mi rostro. Mi mano derecha se coloco sobre la izquierda, la cual estaba a la altura de mi pecho, la masajee un poco, permaneciendo en silencio unos instantes. No quería decir nada, y quería calmarme la verdad, en esos momentos estaba a punto de perder la cordura.
Gane fuerza y pude controlar a la ira que se desbordaba por mi corazón y mente, alzando la vista hacia el detalle de Servant que tenia. Mi mirada era seria en esos momentos, fría como el hielo. No tenia humor para mas de sus tonterías. Escuche al hombre quien ahora me decía que le alegraba que fuese su Master. No le dije nada de momento, solo cerré mis ojos y cruce mis brazos, frunciendo el entrecejo. De verdad que este sujeto era un fastidio.
-No cambiaste en nada…Si eso quieres, eso tendrás. Mas deberás mostrarme que de verdad mereces mi confianza. Porque hasta ahora, me pareces otra cosa, mas que un aliado o mi Servant. Tu actitud da mucho que decir- Comente con honestidad y sin un gramo de misericordia. Pese a que ahora parecía no ser tan hostil.
Pude percatarme que miraba a los alrededores por lo que sonreí sarcásticamente
-Que? Ahora vas a comentar algo acerca del lugar? Dejame decirte que si esta hecho un desastre, es por tu culpa. Así que te pediría que lo limpies antes de cualquier cosa.- Ordene sin ninguna consideración, yéndome a sentar a uno de los muebles tumbados. Hice un movimiento con mi mano para indicarle que se moviera rápido y que no teníamos todo el tiempo del mundo para hacerlo.
-quiero irme a descansar lo antes posible, así que mueve tu existencia de Servant y recoge este desastre.-
En esos instantes como anhelaba tener mi látigo conmigo. Aunque tenia varios instrumentos de tortura, ese en particular me fascinaba. Y algo lo suficientemente perfecto para una situación como esta. Me acomode mejor en aquel mueble, cruzando mis piernas, dedicándole una Mirada severa a NH que estaba hacienda otra cosa. Volví a ponerle atención y con un tono de voz neutral le respondí. Podía aguantarme un poco a mis quejas por ahora, ya que el hablaba de las cosas relacionadas con la Guerra.
-La verdad, no tengo ningún objetivo claro. Ya se vera que hacer.- Conteste colocando mi dedo indice sobre mi mentón antes de continuar. – Lo mejor ahora es investigar en vista que estoy en blanco acerca de quienes están participando. Al ser de la clase Archer, asumo que me servirás un poco con tus habilidades de “arquero”. Así que ponte a trabajar y ve que encuentras…Solo te aclarare algo, no quiero que cometas estupideces. Y para estupideces, me refiero a que es actuar sin mi consentimiento. Por muy espíritu heroico que seas, recuerda que yo te mantengo aquí en este mundo, ten un poco de consideración ya que no me darás tu lealtad.-
Gane fuerza y pude controlar a la ira que se desbordaba por mi corazón y mente, alzando la vista hacia el detalle de Servant que tenia. Mi mirada era seria en esos momentos, fría como el hielo. No tenia humor para mas de sus tonterías. Escuche al hombre quien ahora me decía que le alegraba que fuese su Master. No le dije nada de momento, solo cerré mis ojos y cruce mis brazos, frunciendo el entrecejo. De verdad que este sujeto era un fastidio.
-No cambiaste en nada…Si eso quieres, eso tendrás. Mas deberás mostrarme que de verdad mereces mi confianza. Porque hasta ahora, me pareces otra cosa, mas que un aliado o mi Servant. Tu actitud da mucho que decir- Comente con honestidad y sin un gramo de misericordia. Pese a que ahora parecía no ser tan hostil.
Pude percatarme que miraba a los alrededores por lo que sonreí sarcásticamente
-Que? Ahora vas a comentar algo acerca del lugar? Dejame decirte que si esta hecho un desastre, es por tu culpa. Así que te pediría que lo limpies antes de cualquier cosa.- Ordene sin ninguna consideración, yéndome a sentar a uno de los muebles tumbados. Hice un movimiento con mi mano para indicarle que se moviera rápido y que no teníamos todo el tiempo del mundo para hacerlo.
-quiero irme a descansar lo antes posible, así que mueve tu existencia de Servant y recoge este desastre.-
En esos instantes como anhelaba tener mi látigo conmigo. Aunque tenia varios instrumentos de tortura, ese en particular me fascinaba. Y algo lo suficientemente perfecto para una situación como esta. Me acomode mejor en aquel mueble, cruzando mis piernas, dedicándole una Mirada severa a NH que estaba hacienda otra cosa. Volví a ponerle atención y con un tono de voz neutral le respondí. Podía aguantarme un poco a mis quejas por ahora, ya que el hablaba de las cosas relacionadas con la Guerra.
-La verdad, no tengo ningún objetivo claro. Ya se vera que hacer.- Conteste colocando mi dedo indice sobre mi mentón antes de continuar. – Lo mejor ahora es investigar en vista que estoy en blanco acerca de quienes están participando. Al ser de la clase Archer, asumo que me servirás un poco con tus habilidades de “arquero”. Así que ponte a trabajar y ve que encuentras…Solo te aclarare algo, no quiero que cometas estupideces. Y para estupideces, me refiero a que es actuar sin mi consentimiento. Por muy espíritu heroico que seas, recuerda que yo te mantengo aquí en este mundo, ten un poco de consideración ya que no me darás tu lealtad.-
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Mire el libro que había pateado, era negro y ancho, no podía saber que contenía o si era importante, tampoco me pareció relevante con mi cara aun ardiendo por su golpe, sonreí de medio lado, ella se estaba controlando, me hubiera divertido verla explotar pero al mismo tiempo, en mi interior, no podía evitar pensar que no quería ver eso....
¿Limpiar la casa? ¿quien pensaba que yo era?, ¿alguna especie de criada fantasmal? una sonrisa de "no puedo creer la porquería que esta hablando" se poso en mi rostro, francamente no podía imaginarme alguna situación donde yo me pusiera a limpiar ese desastre, "debe estar bromeando", pensé por un segundo mientras la miraba y le sonría ligeramente, mi máster podía ser bastante intimidante.
Escuche todo lo que tuvo que decir sobre la guerra, parecía que aun no había ocurrido nada demasiado importante pero al mismo tiempo ella no tenia ningún tipo de información por lo que suspire con fuerza.
-- Veo -- murmure casi como hablándole a una tercer persona en el cuarto, me abstraje en mi mente volviéndome poco a poco de hielo, hasta que al cerrar mis ojos una cortina de hielo había caído sobre mi, aquella era tal vez mi apariencia más común, como una estatua de mármol o un robot sin sentimiento alguno. Contra aquella pared me comencé a deslizar hasta quedar sentado en el suelo, mi mente pensaba repasando todo lo que tendría que revivir, carburaba viejos métodos mientras incógnitas aparecían por mi mente, quienes, como, donde. Las cosas que siempre tuve que plantearme antes de cazar, debería volver a ser aquel que me volvió una leyenda.
Suspire, tendría un gran trabajo por delante después de todo... me enfrentaría a gente posiblemente más poderosa que yo, de eso estaba seguro, pero aun así yo tenia una ventaja, tal vez mi mayor arma, el saber que yo no soy ni el más fuerte ni el más malo del bar.
-- Master -- mencione frió, incluso mi tonalidad de voz se cubrió con hielo, aun sumido en mis pensamientos dibujandome y planteándome situaciones -- creo que rechazare tu idea de limpiar tu casa en este momento, después de todo soy un arquero no un sirviente profesional -- continué mientras mis garras empezaban un suave tamborileo en el piso -- pero aceptare tu idea de ponerme a trabajar, tengo mucho que descubrir sobre nuestros nuevos amigos...
Abrí mis ojos con resolución ya ya sabia que hacer, o por lo menos ya sabia cual seria mi próximo paso, respondería a mis preguntas y la mejor manera de hacerlo, sonreí, muy levemente...
¿Limpiar la casa? ¿quien pensaba que yo era?, ¿alguna especie de criada fantasmal? una sonrisa de "no puedo creer la porquería que esta hablando" se poso en mi rostro, francamente no podía imaginarme alguna situación donde yo me pusiera a limpiar ese desastre, "debe estar bromeando", pensé por un segundo mientras la miraba y le sonría ligeramente, mi máster podía ser bastante intimidante.
Escuche todo lo que tuvo que decir sobre la guerra, parecía que aun no había ocurrido nada demasiado importante pero al mismo tiempo ella no tenia ningún tipo de información por lo que suspire con fuerza.
-- Veo -- murmure casi como hablándole a una tercer persona en el cuarto, me abstraje en mi mente volviéndome poco a poco de hielo, hasta que al cerrar mis ojos una cortina de hielo había caído sobre mi, aquella era tal vez mi apariencia más común, como una estatua de mármol o un robot sin sentimiento alguno. Contra aquella pared me comencé a deslizar hasta quedar sentado en el suelo, mi mente pensaba repasando todo lo que tendría que revivir, carburaba viejos métodos mientras incógnitas aparecían por mi mente, quienes, como, donde. Las cosas que siempre tuve que plantearme antes de cazar, debería volver a ser aquel que me volvió una leyenda.
Suspire, tendría un gran trabajo por delante después de todo... me enfrentaría a gente posiblemente más poderosa que yo, de eso estaba seguro, pero aun así yo tenia una ventaja, tal vez mi mayor arma, el saber que yo no soy ni el más fuerte ni el más malo del bar.
-- Master -- mencione frió, incluso mi tonalidad de voz se cubrió con hielo, aun sumido en mis pensamientos dibujandome y planteándome situaciones -- creo que rechazare tu idea de limpiar tu casa en este momento, después de todo soy un arquero no un sirviente profesional -- continué mientras mis garras empezaban un suave tamborileo en el piso -- pero aceptare tu idea de ponerme a trabajar, tengo mucho que descubrir sobre nuestros nuevos amigos...
Abrí mis ojos con resolución ya ya sabia que hacer, o por lo menos ya sabia cual seria mi próximo paso, respondería a mis preguntas y la mejor manera de hacerlo, sonreí, muy levemente...
Matt Ironwill- Servant - Caster
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Note el gesto que puso cuando le di la orden, alce una ceja aun estando sentada en el mueble, cruzada de brazos y piernas. Parecía que no le había gustado lo que le había mandado…Pero que esperaba? Me destruye mi casa y después se pone en el plan de “Servant que respeta mas no te es leal”, claramente me estaba colmando la paciencia. –Sonriendo no se limpiara el cuarto Archer..o es que acaso tienes un Noble Phantasm que se active con tu sonrisa?- Pregunte con cinismo total, sonriendo de forma torva a mi Servant. Este hombre me desesperaba. Apenas había sido invocado y parecía que aquí, el Servant era yo. Imperdonable sin duda pero..Que podía hacer? Lo hecho, hecho esta. Quisiera o no, este tipo seria mi Servant durante la Guerra.
Suspire resignada , mas para mi que para NH. En medio de mi tragedia, pude oír a NH decir un “Veo” lo cual ocasiono que saliera de mis asuntos. Le mire confundida, y lo observe como se sentó en el suelo. –Ves que?...- Pregunte intrigada con un aire malhumorado, como era de esperarse de mi persona.
Permanecí en silencio, observándole como quien esta contemplando una especie de arte abstracta que aunque el guía del museo te explica el significado de los colores, formas y demás, y tu quedas callado por el hecho que con todo y sus argumentos no logras entender nada porque crees que eso solo es un pedazo de chatarra que hizo alguien bajo la influencia de sustancias alucinógenas.
En esos momentos de incomodidad, lo único que me atreví a hacer es tamborilear mis dedos en uno de mis antebrazos y chasquear la lengua, porque al parecer mi Servant estaba metido en sus propios asuntos.
“No puedo creerlo..”
Era lo que pensaba en ese preciso instante. Ya ni lamentarse me era bueno y la verdad, no deseaba gastas mis preciados Command Seals para algo así como cambiarle el carácter.
Archer por fin me hablo lo que hizo que entrara al ataque en la conversación. No le dedique una Mirada furiosa, es mas le sonreí encantadora mente. Me puse de pie con estilo y lleve una mano hacia mi cabello.
-Ya veo, si eso quieres hacer, esta bien. No limpies. Así lo quieres, así se hará- Respondí tranquilamente dándole la espalda dirigiéndome a la puerta.
-Supongo que te gusta vivir en basureros, allá tu. Si no deseas limpiar tu nueva habitación, por mi esta bien. No seré yo la que duerma aquí.-
Aun dándole la espalda sonreí siniestramente, relamiendome los labios por lo que acababa de hacer. Gire la perilla de la puerta y me dispuse a subir al nivel superior, deteniéndome antes de cruzar aquella puerta.
-Investigaras…de eso no hay duda. Pero no crees que aun tenemos muchas cosas que tratar, Archer?...Como por ejemplo..piensas ir en esos harapos todos los días?... que harás durante el día? Danzar por las calles con ese aspecto de Vagabundo?.. Vaya, vaya..tenemos un lío aquí...Entre otras cosas…dime, donde quieres empezar?-
Suspire resignada , mas para mi que para NH. En medio de mi tragedia, pude oír a NH decir un “Veo” lo cual ocasiono que saliera de mis asuntos. Le mire confundida, y lo observe como se sentó en el suelo. –Ves que?...- Pregunte intrigada con un aire malhumorado, como era de esperarse de mi persona.
Permanecí en silencio, observándole como quien esta contemplando una especie de arte abstracta que aunque el guía del museo te explica el significado de los colores, formas y demás, y tu quedas callado por el hecho que con todo y sus argumentos no logras entender nada porque crees que eso solo es un pedazo de chatarra que hizo alguien bajo la influencia de sustancias alucinógenas.
En esos momentos de incomodidad, lo único que me atreví a hacer es tamborilear mis dedos en uno de mis antebrazos y chasquear la lengua, porque al parecer mi Servant estaba metido en sus propios asuntos.
“No puedo creerlo..”
Era lo que pensaba en ese preciso instante. Ya ni lamentarse me era bueno y la verdad, no deseaba gastas mis preciados Command Seals para algo así como cambiarle el carácter.
Archer por fin me hablo lo que hizo que entrara al ataque en la conversación. No le dedique una Mirada furiosa, es mas le sonreí encantadora mente. Me puse de pie con estilo y lleve una mano hacia mi cabello.
-Ya veo, si eso quieres hacer, esta bien. No limpies. Así lo quieres, así se hará- Respondí tranquilamente dándole la espalda dirigiéndome a la puerta.
-Supongo que te gusta vivir en basureros, allá tu. Si no deseas limpiar tu nueva habitación, por mi esta bien. No seré yo la que duerma aquí.-
Aun dándole la espalda sonreí siniestramente, relamiendome los labios por lo que acababa de hacer. Gire la perilla de la puerta y me dispuse a subir al nivel superior, deteniéndome antes de cruzar aquella puerta.
-Investigaras…de eso no hay duda. Pero no crees que aun tenemos muchas cosas que tratar, Archer?...Como por ejemplo..piensas ir en esos harapos todos los días?... que harás durante el día? Danzar por las calles con ese aspecto de Vagabundo?.. Vaya, vaya..tenemos un lío aquí...Entre otras cosas…dime, donde quieres empezar?-
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Sonreí un poco sorprendido y aquella frialdad desapareció de un segundo al otro como si acabara de despertar, con un pequeño "snap", como siempre me había enfocado demasiado en la guerra olvidando el resto de las cosas, olvidando que de cierta manera estaba vivo otra vez... podía correr, podía comer y beber cuanto quisiera y aullar bajo la luz de la luna. Lo pensé durante unos segundos, esta era, la era de las ciudades, me pareció tan fascinante por un segundo.
-- Durante los días... planeo recorrer la ciudad viendo que puedo averiguar y descubrir de todo aquello que desconozco sobre esta era... tengo mucha curiosidad sobre ... aunque aquellos días que me necesites, y los días que no haga nada... pues estaré a tu completo servicio, por lo menos hasta que se ponga el sol y pueda salir a cazar -- Mencione tranquilo comenzando a incorporarme lentamente, pensando lo tonto que yo puedo ser, a decir verdad no había pensando en nada más que las batallas, mi mente solo me había imaginado luchando y ella tenia razón no me la pasaría batallando durante todo el día -- Supongo que algo encontrare para hacer en mi tiempo libre, solo espero que este lobo viejo aprenda nuevos trucos --
La mire pensando si me hablaba en serio, "harapos", aquellas pieles de lobo estaban lejos de ser ropas de vagabundo pero aun así tenia razón, mis ropas si llamarían la atención, vestía las prendas típicas del norte salvo por el hecho de que estas estaban completamente hechas de pelajes de lobo, mi atención se fue directamente a aquella capa negra, regalo de aquel que llegue a llamar familia, el gran dios de los lobos, Fenrir -- supongo que podría usar ropas de esta época mientras no este en batalla, no quiero que todos me miren como si fuera un demente que escapo de su celda -- mencione mientras comenzaba a sacarme aquella piel de lobo brillante quedando con mi torso desnudo revelando incontables cicatrices -- pero hablando de mis harapos... esta capa es resistente al fuego y a cualquier arma de filo o flecha... ya que no la usare por ahora, me gustaría, más bien quiero, que la tengas como una defensa extra, se que te mantendrá segura -- la mire a los ojos tranquilamente mientras ponía aquella capa sobre sus hombros, para luego ver que le quedaba algo grande, mi boca hizo una mueca, casi una sonrisa de medio lado al notar que aquella actitud podía malinterpretarse o interpretarse tal cual era -- no me malinterpretes... si te matan sentiré que es mi culpa y no quiero cargar más penas -- una excusa que al mismo tiempo no lo era, no podría perdonarme que mi master, la maga que me invoco, muriera por no poder defenderla, por lo menos de esta manera, ella estaría un poco más segura.
-- Pero volviendo al tema... si pudieras darme algo de ropa seria genial, así podría recorrer la ciudad sin llamar tanto la atención... honestamente no creo pasar desapercibido usando pieles de lobo -- reí un poco cruzando la puerta que ella había abierto para explorar el resto de la casa -- aunque justo ahora solo quiero ver que tienes para comer... me mintieron con eso del Valhalla así que he pasado mucho tiempo esperando un festín digno de mi muerte -- subiendo las escaleras voltee para verla como esperándola -- que no me vas a enseñar tu casa... no me digas que esta igual de desordenada que ese cuarto -- pregunte mirándola a los ojos -- si me muestras la cocina puedo preparar algo de comer -- volví a subir las escaleras tranquilamente tratando de averiguar que había mas arriba -- este viejo lobo tiene hambre...
-- Durante los días... planeo recorrer la ciudad viendo que puedo averiguar y descubrir de todo aquello que desconozco sobre esta era... tengo mucha curiosidad sobre ... aunque aquellos días que me necesites, y los días que no haga nada... pues estaré a tu completo servicio, por lo menos hasta que se ponga el sol y pueda salir a cazar -- Mencione tranquilo comenzando a incorporarme lentamente, pensando lo tonto que yo puedo ser, a decir verdad no había pensando en nada más que las batallas, mi mente solo me había imaginado luchando y ella tenia razón no me la pasaría batallando durante todo el día -- Supongo que algo encontrare para hacer en mi tiempo libre, solo espero que este lobo viejo aprenda nuevos trucos --
La mire pensando si me hablaba en serio, "harapos", aquellas pieles de lobo estaban lejos de ser ropas de vagabundo pero aun así tenia razón, mis ropas si llamarían la atención, vestía las prendas típicas del norte salvo por el hecho de que estas estaban completamente hechas de pelajes de lobo, mi atención se fue directamente a aquella capa negra, regalo de aquel que llegue a llamar familia, el gran dios de los lobos, Fenrir -- supongo que podría usar ropas de esta época mientras no este en batalla, no quiero que todos me miren como si fuera un demente que escapo de su celda -- mencione mientras comenzaba a sacarme aquella piel de lobo brillante quedando con mi torso desnudo revelando incontables cicatrices -- pero hablando de mis harapos... esta capa es resistente al fuego y a cualquier arma de filo o flecha... ya que no la usare por ahora, me gustaría, más bien quiero, que la tengas como una defensa extra, se que te mantendrá segura -- la mire a los ojos tranquilamente mientras ponía aquella capa sobre sus hombros, para luego ver que le quedaba algo grande, mi boca hizo una mueca, casi una sonrisa de medio lado al notar que aquella actitud podía malinterpretarse o interpretarse tal cual era -- no me malinterpretes... si te matan sentiré que es mi culpa y no quiero cargar más penas -- una excusa que al mismo tiempo no lo era, no podría perdonarme que mi master, la maga que me invoco, muriera por no poder defenderla, por lo menos de esta manera, ella estaría un poco más segura.
-- Pero volviendo al tema... si pudieras darme algo de ropa seria genial, así podría recorrer la ciudad sin llamar tanto la atención... honestamente no creo pasar desapercibido usando pieles de lobo -- reí un poco cruzando la puerta que ella había abierto para explorar el resto de la casa -- aunque justo ahora solo quiero ver que tienes para comer... me mintieron con eso del Valhalla así que he pasado mucho tiempo esperando un festín digno de mi muerte -- subiendo las escaleras voltee para verla como esperándola -- que no me vas a enseñar tu casa... no me digas que esta igual de desordenada que ese cuarto -- pregunte mirándola a los ojos -- si me muestras la cocina puedo preparar algo de comer -- volví a subir las escaleras tranquilamente tratando de averiguar que había mas arriba -- este viejo lobo tiene hambre...
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Sinceramente no me importaba que quisiera hacer durante los días, si se trataba solo de recorrer el sitio para informarse de como se manejaban las cosas en la actualidad. Para que?..Me tenia a mi en el peor de los casos. El hecho que quizás me causara interés, sin lugar a dudas seria la pausa que hizo acerca de “tengo mucha curiosidad sobre…” Daba mucho que decir, al menos para mi. Mi frente se frunció, una de mis cejas se volvió a alzar, tenia dudas y quería varias respuestas.
-Que es lo que tanta curiosidad te da, Archer?...- Pregunte de malas en un tono moderado, pero poco me falto para decírselo en gritos.
-Por mi , has lo que te parezca,mas deberás darme un reporte de la información que recojas, así como a quienes te topaste o que Servants viste. Inclusive quienes son sus Masters..claro, si llegas a dar con ellos.- Hice una pausa y continué suspirando con hastío. – Con cazar, a que te refieres? Si quieres comer..ve a la nevera y cocinarte algo…Hoy en día se ve muy mal ver vagos cazando…Por no decir que es ilegal. Te podrían confundir con alguien del mercado negro.-
Ante esa idea me reí, parecía irónicamente gracioso imaginarme a este Servant recibiendo multas o yendo a la cárcel. Seria gracioso el verle en esa situación, aunque prefería mejor no tener que vivirlo.
-si vas a tener tiempo libre, quiero que sea productivo. No te quiero merodeando por la casa de holgazán, me oíste? Y mucho menos te quiero destruyendomela. Tenlo en cuenta porque te vigilare.- Advertí a mi Servant sin ninguna traba al respecto. Me importaba poco si se enojaba, mas lo estaba yo.
Me reí otra vez con sorna por sus “supongos” mascullando un “JA” por lo bajo.
-Aqui no es de suponer. Es mas que evidente que vestirás ropa civilizada. Quien te vea pensara que eres un raro, un vago y llamaras la atención….La verdad no quiero ir destellando a nuestro caminar el mensaje de “Miren todos, soy una Master y este es mi Servant. Vengan, ataquenos”…-
Fruncí mas mi frente y rostro , por una fracción de segundo, mostró estupefacción ante la acción de NH. Pero que demonios hacia? Para eso tenia cambiadores en mi casa. Me fije en su torso desnudo y las incontables cicatrices que poseía, torciendo mi boca sin poder asimilar que sensación o sentimiento tenia en ese momento ya que estaban mezclados.
Levante una de mis manos para advertirle que fuera lo que fuera a hacer, no se le ocurriera, pero al parecer fue demasiado tarde. En menos de lo que espere, ya tenia su capa estaba sobre de mi. Me quede quieta y en silencio en lo que asimilaba la descripción y su acción. Su sonrisa me enfermo aun mas de lo que su acción me había causado antes.
-Te estas ganando una tunda Archer..y me importa una…- Bufe sin terminar lo que iba a decirle porque probablemente era un insulto.
Me contuve, me quite la capa y se la arroje a la cara molesta, acomodándome mi cabello después porque al parecer lo tenia desordenado.
-Vaya…eres un amor…que considerado eres….Tomala! cuando la adaptes a mi estatura me la das..de momento no te quiero ver descubierto…es el colmo.-
Lo mire perpleja porque ahora quería comer, y luego me explico algo del Valhalla, que técnicamente no quería saber porque ahora no me interesaba si comía o no o si espero tanto para volver a probar algún manjar. No le respondí y subí, empujándole para pasar y adelantarme hacia los pasillos.
-Me viste cara de guiá turística?...Si quieres ver la casa, recorrerla tu en tu tiempo libre.-
Aclare en voz neutral,alisandome la falda un poco. Después, asentí a lo de mostrarle la cocina, sonriendo de lado de manera siniestra. Me gire hacia para verlo de esa forma, perversa y luego , dándome una vuelta, camine hacia la cocina. Paso un poco antes de que entrara a la cocina, dirigiéndome a el nuevamente.
-Yo no cocino..lo que hay es preparado. Lo metes al horno y listo..pero si quieres cocinarme ..por mi esta bien..si haces algo mal, te lo arrojare a la cara..trato?-
Dije en serio aunque mi tono parecía juguetón, sentándome en una de las sillas del desayunador, volviéndome a cruzar de brazos y piernas como esperando que se moviera y la hiciera de mi sirviente casero.
-Cuando termines te daré algunas ropas decentes....-
-Que es lo que tanta curiosidad te da, Archer?...- Pregunte de malas en un tono moderado, pero poco me falto para decírselo en gritos.
-Por mi , has lo que te parezca,mas deberás darme un reporte de la información que recojas, así como a quienes te topaste o que Servants viste. Inclusive quienes son sus Masters..claro, si llegas a dar con ellos.- Hice una pausa y continué suspirando con hastío. – Con cazar, a que te refieres? Si quieres comer..ve a la nevera y cocinarte algo…Hoy en día se ve muy mal ver vagos cazando…Por no decir que es ilegal. Te podrían confundir con alguien del mercado negro.-
Ante esa idea me reí, parecía irónicamente gracioso imaginarme a este Servant recibiendo multas o yendo a la cárcel. Seria gracioso el verle en esa situación, aunque prefería mejor no tener que vivirlo.
-si vas a tener tiempo libre, quiero que sea productivo. No te quiero merodeando por la casa de holgazán, me oíste? Y mucho menos te quiero destruyendomela. Tenlo en cuenta porque te vigilare.- Advertí a mi Servant sin ninguna traba al respecto. Me importaba poco si se enojaba, mas lo estaba yo.
Me reí otra vez con sorna por sus “supongos” mascullando un “JA” por lo bajo.
-Aqui no es de suponer. Es mas que evidente que vestirás ropa civilizada. Quien te vea pensara que eres un raro, un vago y llamaras la atención….La verdad no quiero ir destellando a nuestro caminar el mensaje de “Miren todos, soy una Master y este es mi Servant. Vengan, ataquenos”…-
Fruncí mas mi frente y rostro , por una fracción de segundo, mostró estupefacción ante la acción de NH. Pero que demonios hacia? Para eso tenia cambiadores en mi casa. Me fije en su torso desnudo y las incontables cicatrices que poseía, torciendo mi boca sin poder asimilar que sensación o sentimiento tenia en ese momento ya que estaban mezclados.
Levante una de mis manos para advertirle que fuera lo que fuera a hacer, no se le ocurriera, pero al parecer fue demasiado tarde. En menos de lo que espere, ya tenia su capa estaba sobre de mi. Me quede quieta y en silencio en lo que asimilaba la descripción y su acción. Su sonrisa me enfermo aun mas de lo que su acción me había causado antes.
-Te estas ganando una tunda Archer..y me importa una…- Bufe sin terminar lo que iba a decirle porque probablemente era un insulto.
Me contuve, me quite la capa y se la arroje a la cara molesta, acomodándome mi cabello después porque al parecer lo tenia desordenado.
-Vaya…eres un amor…que considerado eres….Tomala! cuando la adaptes a mi estatura me la das..de momento no te quiero ver descubierto…es el colmo.-
Lo mire perpleja porque ahora quería comer, y luego me explico algo del Valhalla, que técnicamente no quería saber porque ahora no me interesaba si comía o no o si espero tanto para volver a probar algún manjar. No le respondí y subí, empujándole para pasar y adelantarme hacia los pasillos.
-Me viste cara de guiá turística?...Si quieres ver la casa, recorrerla tu en tu tiempo libre.-
Aclare en voz neutral,alisandome la falda un poco. Después, asentí a lo de mostrarle la cocina, sonriendo de lado de manera siniestra. Me gire hacia para verlo de esa forma, perversa y luego , dándome una vuelta, camine hacia la cocina. Paso un poco antes de que entrara a la cocina, dirigiéndome a el nuevamente.
-Yo no cocino..lo que hay es preparado. Lo metes al horno y listo..pero si quieres cocinarme ..por mi esta bien..si haces algo mal, te lo arrojare a la cara..trato?-
Dije en serio aunque mi tono parecía juguetón, sentándome en una de las sillas del desayunador, volviéndome a cruzar de brazos y piernas como esperando que se moviera y la hiciera de mi sirviente casero.
-Cuando termines te daré algunas ropas decentes....-
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Dar razones a mis deseos y reportes de mis viajes, explicar mis pensamientos y mi curiosidad, parecía que ella no entendía a quien había invocado, a que clase de "Archer" había llamado, pero desde luego como entenderme si no sabia quien soy, no sabia que para mi alma, "cazar" implicaba "asesinar" pero no animales, si no enemigos, pero pensándolo bien tampoco tenia por que saberlo, mientras menos supiera ella sobre mi verdadera identidad más libertad yo tendría y al final del día eso era lo que me importaba, ser libre.
Sonreí un poco escuchándola mas aun así no respondiendole, los humanos no merecen respuestas ya que ellos mismos se dieron el derecho de preguntar por que también habría que darle respuestas entonces?, aquellas palabras pertenecían a uno de los grandes sabios del bosque, un lobo muy antiguo llamado "Roa", la vi enfurecerse al ver que le ponía aquella capa en los hombros, la vi lanzarme la capa al rostro, divertido muy divertido, pensé mientras di un paso a un lado evitando aquel pelaje sagrado que golpeo la pared y cayo al suelo, de haber sido cualquier otra persona ya tendría una flecha cruzandole el cuello, su casa en llamas y mis lobos alimentándose de sus restos, pero ni que mierda, ella me gustaba como master, sonreí un poco, ella me devolvió la vida merecía un poco mas de mi paciencia ademas de que me caía bien, me agradaba lo fuerte que era pero comenzaba a molestarme su prepotencia.
Me encogí de hombros volviendo a subir las escaleras tranquilamente como si nada hubiera pasado dejando la capucha tirada en el suelo como si solo fuera un trapo.
Subia las escaleras a paso tranquilo -- Tu si que no eres ninguna Valquiria, preciosa -- murmure mirándola por el rabo del ojo subiendo las escaleras con una sonrisa de medio lado en el rostro, era un mujer bastante hermosa, su temperamento, pues no era exactamente lo que me habían prometido antes de morir -- así que deja de ser tan combativa y mimada... relájate que así vamos a matarnos o mejor dicho, me ordenaras que me mate-- mencione con cierto tono de condena cambiando a otro sarcástico -- o a encariñarnos -- reí un poco -- y eso no nos hará ganar ninguna guerra -- agregue esperándola ya al final de las escaleras mirándola divertido, todo acerca de este día lo había sido, tenia otra oportunidad de vivir, tenia un propósito, enemigos, un techo y una mujer hermosa aunque temperamental a mi lado, que mas podía pedir este lobo?.
-- Con respecto a la ropa, usare lo que sea que no llame la atención, no quiero nada nuevo ni ostentoso, solo dame algo gastado y viejo que ya no te haga falta prefiero pasar por un cualquiera a que puedan ligarme a ti de cualquier forma, por eso no quiero que pelees a mi lado y yo mismo encontrare un lugar donde esconderme si me siguen luego de cazar -- mencione esperándola para luego seguirla a la cocina dejándola hablar y quejarse una vez más.
Parecía muy corta de temperamento por lo que intuí que seria mejor dejarla hablar y descargarse por lo menos hasta que me mostró aquella cocina y francamente me sorprendió un poco como había cambiado tanto la era, en aquel lugar podía verlo, donde antes había solo un fuego, ahora había maquinas de metal por todos lados.
Siguiendo mi instinto abri la nevera, comida, pero nada fresco, o por lo menos nada del día, luego de vivir lo suficiente en un bosque podía saberlo solo por el color, suspire, incluso la comida era rara, Japón, no era el norte.
-- Parece que me tendrás que enseñar que rayos es esto y como se come -- mencione con una bandeja de comida preparada en la mano -- realmente no entiendo -- agregue comenzando a revisar la comida
Sonreí un poco escuchándola mas aun así no respondiendole, los humanos no merecen respuestas ya que ellos mismos se dieron el derecho de preguntar por que también habría que darle respuestas entonces?, aquellas palabras pertenecían a uno de los grandes sabios del bosque, un lobo muy antiguo llamado "Roa", la vi enfurecerse al ver que le ponía aquella capa en los hombros, la vi lanzarme la capa al rostro, divertido muy divertido, pensé mientras di un paso a un lado evitando aquel pelaje sagrado que golpeo la pared y cayo al suelo, de haber sido cualquier otra persona ya tendría una flecha cruzandole el cuello, su casa en llamas y mis lobos alimentándose de sus restos, pero ni que mierda, ella me gustaba como master, sonreí un poco, ella me devolvió la vida merecía un poco mas de mi paciencia ademas de que me caía bien, me agradaba lo fuerte que era pero comenzaba a molestarme su prepotencia.
Me encogí de hombros volviendo a subir las escaleras tranquilamente como si nada hubiera pasado dejando la capucha tirada en el suelo como si solo fuera un trapo.
Subia las escaleras a paso tranquilo -- Tu si que no eres ninguna Valquiria, preciosa -- murmure mirándola por el rabo del ojo subiendo las escaleras con una sonrisa de medio lado en el rostro, era un mujer bastante hermosa, su temperamento, pues no era exactamente lo que me habían prometido antes de morir -- así que deja de ser tan combativa y mimada... relájate que así vamos a matarnos o mejor dicho, me ordenaras que me mate-- mencione con cierto tono de condena cambiando a otro sarcástico -- o a encariñarnos -- reí un poco -- y eso no nos hará ganar ninguna guerra -- agregue esperándola ya al final de las escaleras mirándola divertido, todo acerca de este día lo había sido, tenia otra oportunidad de vivir, tenia un propósito, enemigos, un techo y una mujer hermosa aunque temperamental a mi lado, que mas podía pedir este lobo?.
-- Con respecto a la ropa, usare lo que sea que no llame la atención, no quiero nada nuevo ni ostentoso, solo dame algo gastado y viejo que ya no te haga falta prefiero pasar por un cualquiera a que puedan ligarme a ti de cualquier forma, por eso no quiero que pelees a mi lado y yo mismo encontrare un lugar donde esconderme si me siguen luego de cazar -- mencione esperándola para luego seguirla a la cocina dejándola hablar y quejarse una vez más.
Parecía muy corta de temperamento por lo que intuí que seria mejor dejarla hablar y descargarse por lo menos hasta que me mostró aquella cocina y francamente me sorprendió un poco como había cambiado tanto la era, en aquel lugar podía verlo, donde antes había solo un fuego, ahora había maquinas de metal por todos lados.
Siguiendo mi instinto abri la nevera, comida, pero nada fresco, o por lo menos nada del día, luego de vivir lo suficiente en un bosque podía saberlo solo por el color, suspire, incluso la comida era rara, Japón, no era el norte.
-- Parece que me tendrás que enseñar que rayos es esto y como se come -- mencione con una bandeja de comida preparada en la mano -- realmente no entiendo -- agregue comenzando a revisar la comida
Matt Ironwill- Servant - Caster
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Me enfermaba su sonrisa, era muy fastidiosa. Que se creía? Se burlaba de mi? Ya lo pagaría. Poco falto para que hiciera una prueba con su capa esa, le iba a prender en fuego. A ver quien se reía mas. Ese pensamiento estúpidamente infantil se corto al acordarme que era un espíritu heroico. Maldito! No le duraría mucho su regocijo, eso no se pondría en duda.
Por ahora, estaría tranquila y esperaría el momento para cobrármelas todas. Su actitud me sacaba alergias literalmente. Varias veces hace aquel conteo que aconsejaban que hicieran las personas cuando perdían la paciencia, creo que sumados hacia 50 de esos. Di un giro al oí su comentario, interponiendome entre la puerta y mi Servant, recargandome en el marco con la barbilla ligeramente levantada como quien esta mirando vomito en la acera. –No e atrevas a compararme con una de esas ni me pongas apodos igualado…quieres pasar una estancia tranquila en esta época? No me provoques perro.- Le advertí dejandole el paso libre.
Eso era, un perro, después de todo conseguí un catalizador que era un colmillo de un animal proveniente de la familia de los canes..Así que..no estaba tan equivocada con respecto a el.
Lo que derramo la gota del vaso fue el hecho que dijera que era mimada. Me ahorre cualquier comentario a sus estupideces, sus insinuaciones. Pero que se creía?! Y Ahora me daba ordenes!...
Así me mantuve un rato, planeando mi venganza, por donde le atacaría, ya vería…Sabría por que era peligroso meterse conmigo. Deje que abierta la nevera como si fuera el rey de la casa. Me senté arriba de la mesa y me cruce de piernas observándole un rato, fulminandole con la mirada. Mis dedos de una mano se enredaron en algunos mechones de mi cabello. Sonreí de lado acordándome de aquella clase donde decían que a los pelirrojos se les tenia como personas de cuidado y por eso o las quemaban o exiliaban de algunos sitios..Pues conmigo..no se habían equivocado.
Me levante con estilo y camine hacia el con tranquilidad escuchando sus molestas preguntas.- Para eso existen las instrucciones..genio..- Murmure empujándolo para pasar yo sacando un envase de helado de chocolate, lo destape y le sonreí tranquilamente y le acaricie el mentón a mi servant mirándole dulcemente.
-Tienes que ser cuidadoso..podrías…-Sin esperar mas y con lapides le vacié el helado que no estaba en el congelador y por tanto estaría un poco “liquido” en la entrepierna, esa zona que no me falto poco para meterle un rodillazo, estapandole el envase ahí para mancharlo y lastimarlo quizás.-oh, mira..paso justo lo que te iba a decir…- disimulo sorpresa y me separe encaminándome a una de las esquinas de la cocina.-bien, parece que ahí tienes tu ropa vieja y poco llamativa..sin contar la mancha..esa costara trabajo quitarla y parecerá otra cosa..bueno, eso sera lo único que resalte de tu persona.- Alce los hombros en lo que le decía eso dando el a entender que así eran las cosas y no se podía hacer mucho.
Una vez en esa esquina tome una bolsa de comprar y se la arroje, en su interior llevaba ropa y sonriendole de forma maquiavelica agregue con una vocecilla que fingía inocencia.
-ahí tienes..según mis cálculos con el uso que le darás terminara justo como la deseas…el hecho que seas un perro no quiere decir que te permitiré andar como tal mientras seas mi servant..sabes? tengo una reputación que conservar…-
Por ahora, estaría tranquila y esperaría el momento para cobrármelas todas. Su actitud me sacaba alergias literalmente. Varias veces hace aquel conteo que aconsejaban que hicieran las personas cuando perdían la paciencia, creo que sumados hacia 50 de esos. Di un giro al oí su comentario, interponiendome entre la puerta y mi Servant, recargandome en el marco con la barbilla ligeramente levantada como quien esta mirando vomito en la acera. –No e atrevas a compararme con una de esas ni me pongas apodos igualado…quieres pasar una estancia tranquila en esta época? No me provoques perro.- Le advertí dejandole el paso libre.
Eso era, un perro, después de todo conseguí un catalizador que era un colmillo de un animal proveniente de la familia de los canes..Así que..no estaba tan equivocada con respecto a el.
Lo que derramo la gota del vaso fue el hecho que dijera que era mimada. Me ahorre cualquier comentario a sus estupideces, sus insinuaciones. Pero que se creía?! Y Ahora me daba ordenes!...
Así me mantuve un rato, planeando mi venganza, por donde le atacaría, ya vería…Sabría por que era peligroso meterse conmigo. Deje que abierta la nevera como si fuera el rey de la casa. Me senté arriba de la mesa y me cruce de piernas observándole un rato, fulminandole con la mirada. Mis dedos de una mano se enredaron en algunos mechones de mi cabello. Sonreí de lado acordándome de aquella clase donde decían que a los pelirrojos se les tenia como personas de cuidado y por eso o las quemaban o exiliaban de algunos sitios..Pues conmigo..no se habían equivocado.
Me levante con estilo y camine hacia el con tranquilidad escuchando sus molestas preguntas.- Para eso existen las instrucciones..genio..- Murmure empujándolo para pasar yo sacando un envase de helado de chocolate, lo destape y le sonreí tranquilamente y le acaricie el mentón a mi servant mirándole dulcemente.
-Tienes que ser cuidadoso..podrías…-Sin esperar mas y con lapides le vacié el helado que no estaba en el congelador y por tanto estaría un poco “liquido” en la entrepierna, esa zona que no me falto poco para meterle un rodillazo, estapandole el envase ahí para mancharlo y lastimarlo quizás.-oh, mira..paso justo lo que te iba a decir…- disimulo sorpresa y me separe encaminándome a una de las esquinas de la cocina.-bien, parece que ahí tienes tu ropa vieja y poco llamativa..sin contar la mancha..esa costara trabajo quitarla y parecerá otra cosa..bueno, eso sera lo único que resalte de tu persona.- Alce los hombros en lo que le decía eso dando el a entender que así eran las cosas y no se podía hacer mucho.
Una vez en esa esquina tome una bolsa de comprar y se la arroje, en su interior llevaba ropa y sonriendole de forma maquiavelica agregue con una vocecilla que fingía inocencia.
-ahí tienes..según mis cálculos con el uso que le darás terminara justo como la deseas…el hecho que seas un perro no quiere decir que te permitiré andar como tal mientras seas mi servant..sabes? tengo una reputación que conservar…-
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Fue un golpe de frió súbito y brutal que me llevo al norte, a los bosques, a la eterna nieve... me llevo a estar sentado en la nieve, aquel frió brutal calándose por mi piel, un paisaje en blanco y rojo, sangre caliente, manchando mis manos y la fría nieve, sangre recién derramada. Sensaciones que como un gatillo nos llevan a recuerdos, de eso estaba llena la vida, de recuerdos que podían expresarse en pequeños estímulos trayendo consigo tantas cosas, pensamientos, imágenes. Cuando desperté de aquella ligera y corta ensoñación mire mis manos para asegurarme de que no estaban manchadas de tibia carmesí. Con un dedo recogí algo de helado que luego lleve a mi boca, dulce, frió, sabia bastante bien, mas aun así, era un desperdicio.
Esta mujer, parecía disfrutar tanteando a donde estaba el limite de mi paciencia, no la encontraría muy lejos ya que mi paciencia siempre fue muy corta, tal como lo descubrieron aquellos vikingos horas les di, solo horas. Pero no podía dar horas ahora, no cuando nuestras actitudes parecían estar chocando y minando lo que seria nuestra "relación".
Esta mujer era realmente... una molestia, mire mi ropa manchada y subí la mirada a sus ojos, con dos carbones en mis ojos, una intensidad y un cierto nivel de enojo que tal vez era explosivo, común en mi, aunque aveces trataba de esconder aquello pero ahora, tal vez era necesario que ella viera que clase de sirviente había invocado. Con mi mirada aun en ella interpuse mi garra izquierda entre mi mirada y ella, aquel metal brillante, navajas, sonreí un poco mirándola a través de los espacios entre las cuchillas que bailaban en el aire.
-- Alguna vez has visto o experimentado lo débil que es la carne humana, lo fácil que es cortar a través de esta, por más que fuera un accidente, es tan fácil -- pregunte en un tono frió que contrastaba con aquella mirada -- con estas garras he cortado a muertos, a vivos, bestias, monstruos incluso aunque fue un error, tal vez el más grande -- hable hasta que mi voz se corto con mis ojos enfocados en las 5 dagas para luego volver a ella -- es tan raro que recuerde esto justo ahora, supongo que el frió me recordó a mis tierras y todo lo que paso allá, supongo que me hiciste acordar a Hela y a mi ex mujer y eso me hizo pensar en estas garras y de lo que son capaces... -- agregue con un tono sarcástico y hasta bromista o amenazador, dependiendo de como se lo tomara, si se lo tomaba desde su angustia o desde su ira -- de lo que un accidente, de lo que un error, de lo que la furia es capaz de hacer --
Ataje aquella bolsa de ropa dejándola a un lado, sin darle mucha importancia por el momento, no era mi principal pensamiento ahora, comencé a calmarme tranquilo mientras me sacaba aquellos guantes dejándolos en la mesa, mis manos también cargadas de cicatrices eran solo más evidencia de una vida demasiado cargada de violencia.
Volví a probar un poco de ese helado, sonreí un poco, tanto que volví a abrir la heladera para buscar un poco más sin éxito alguno, suspire con mi cabeza casi adentro de aquel aparato, se sentía frió, eso me gusto ver mi aliento.
-- Supongo que tendremos que hablar sobre nuestra relación, querida mía -- mencione retirando mi cabeza de la maquina y cerrándola -- tenemos que poner bien en claro que queremos aquí -- sonreí mientras tomaba aquella bolsa de ropa rasgándola con mis garras para revisar el contenido para luego mirarla asintiendo mientras seguía revisando -- por que como las cosas van terminaras matándome o yo terminare obligandote a usar tus tres ordenes -- agregue mientras caminaba hacia la mesa dejando la ropa tirada sobre esta para continuar hacia ella tranquilamente -- dime que quieres de mi, yo te diré que quiero de ti y empezamos de nuevo, quieres --
Esta mujer, parecía disfrutar tanteando a donde estaba el limite de mi paciencia, no la encontraría muy lejos ya que mi paciencia siempre fue muy corta, tal como lo descubrieron aquellos vikingos horas les di, solo horas. Pero no podía dar horas ahora, no cuando nuestras actitudes parecían estar chocando y minando lo que seria nuestra "relación".
Esta mujer era realmente... una molestia, mire mi ropa manchada y subí la mirada a sus ojos, con dos carbones en mis ojos, una intensidad y un cierto nivel de enojo que tal vez era explosivo, común en mi, aunque aveces trataba de esconder aquello pero ahora, tal vez era necesario que ella viera que clase de sirviente había invocado. Con mi mirada aun en ella interpuse mi garra izquierda entre mi mirada y ella, aquel metal brillante, navajas, sonreí un poco mirándola a través de los espacios entre las cuchillas que bailaban en el aire.
-- Alguna vez has visto o experimentado lo débil que es la carne humana, lo fácil que es cortar a través de esta, por más que fuera un accidente, es tan fácil -- pregunte en un tono frió que contrastaba con aquella mirada -- con estas garras he cortado a muertos, a vivos, bestias, monstruos incluso aunque fue un error, tal vez el más grande -- hable hasta que mi voz se corto con mis ojos enfocados en las 5 dagas para luego volver a ella -- es tan raro que recuerde esto justo ahora, supongo que el frió me recordó a mis tierras y todo lo que paso allá, supongo que me hiciste acordar a Hela y a mi ex mujer y eso me hizo pensar en estas garras y de lo que son capaces... -- agregue con un tono sarcástico y hasta bromista o amenazador, dependiendo de como se lo tomara, si se lo tomaba desde su angustia o desde su ira -- de lo que un accidente, de lo que un error, de lo que la furia es capaz de hacer --
Ataje aquella bolsa de ropa dejándola a un lado, sin darle mucha importancia por el momento, no era mi principal pensamiento ahora, comencé a calmarme tranquilo mientras me sacaba aquellos guantes dejándolos en la mesa, mis manos también cargadas de cicatrices eran solo más evidencia de una vida demasiado cargada de violencia.
Volví a probar un poco de ese helado, sonreí un poco, tanto que volví a abrir la heladera para buscar un poco más sin éxito alguno, suspire con mi cabeza casi adentro de aquel aparato, se sentía frió, eso me gusto ver mi aliento.
-- Supongo que tendremos que hablar sobre nuestra relación, querida mía -- mencione retirando mi cabeza de la maquina y cerrándola -- tenemos que poner bien en claro que queremos aquí -- sonreí mientras tomaba aquella bolsa de ropa rasgándola con mis garras para revisar el contenido para luego mirarla asintiendo mientras seguía revisando -- por que como las cosas van terminaras matándome o yo terminare obligandote a usar tus tres ordenes -- agregue mientras caminaba hacia la mesa dejando la ropa tirada sobre esta para continuar hacia ella tranquilamente -- dime que quieres de mi, yo te diré que quiero de ti y empezamos de nuevo, quieres --
Matt Ironwill- Servant - Caster
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Esperaba ver que se enojara o algo entretenido porque en esa zona según yo lo pasaría mal. Sin embargo el ver lo que hizo, su reacción me hizo desear darle un rodillazo. Abrí la boca por unos instantes totalmente perpleja por la …barbaridad que acababa de hacer soltando un grito.
-Que asco!! Eres un animal!- Chille cogiendo las toallas para secar los platos, lanzandole unas tres como loca, encaminándome para arrojarle quizás hasta las compras del día.
-Pero de donde has salido? En que mente cabe eso!- Le reclamo queriendo estrangularlo si no me diera tanto asco acercarme a el intentando borrar la imagen de mis recuerdos porque la verdad, no es nada grata.
Intente contenerme del escándalo que estaba armando en esos instantes, parando de golpe al oírle hablar. Mis ojos se enfocaron en sus garras mientras el hablaba, creyendo saber a donde iba. Que se creía? Que me intimidaría con eso?..Había funcionado mas sus modales en la mesa que eso.
-No soy una asesina..pero si quieres experimentar algo así…tengo una habilitación con mi colección personal de torturas…que me dices, te animas?- Le respondí para que viera que conmigo no servían esas insinuaciones.-tendrás que hacer algo mas perrito para intimidarme…Te conté que hace tiempo tuve al príncipe empalador de servant?..que en cuanto lo invoque fue mas bravo que tu y no tardo en atacarme?..Créeme he visto cosas peores y tu no eres la novedad…-
Alce una ceja y me cruce de brazos, fijándome en esas garras que parecían peligrosas,delineándose una sonrisa irónica.- Así que te las das del interesante, eh?...dejame decirte niño bonito que a esas tipas las pudiste haber intimidado..quizás terminar con sus vidas..pero conmigo…-Mostré la mano donde tenia los command seal sonriendo triunfante.-Te tengo en la palma de mi mano quieras o no…así que ve a espantar a otra idiota… y como dices…la ira puede causar muchas cosas…y créeme yo no seré la que salga herida..-
Era ilógico que dijera eso, técnicamente el al ser un Servant tenia la ventaja sobre mi, me haría polvo sin lugar a dudas, pero mientras tuviera esas tres marcas, esas tres ordenes, podría ejercer algo de influencia en el.
Me aparte de el en lo que esculcaba la bolsa que le había y luego, si no me fallaba mi vista a hacer la misma asquerosidad de antes, por lo que aparte mi vista, escuchando los ruidos de el abriendo la nevera otra vez. Mire atentamente hacia la puerta de la cocina, pareciendo estar muy de malas con toda esta fricción. No cambie mi posición pero mis ojos se giraron a verlo de manera fría cuando volvió hablar mientras me cruzaba de brazos. No dije nada, solo le escuche.
Ahora el era el de la razón? Quien empezó esta pelea? El! Este sujeto inicio el primer problema soltando esa tontería de que me espetaba pero no me daría su lealtad, ademas que intento cambiar los papeles.
Le observe en todo momento incluso mas cuando avanzaba hacia mi a lo que yo reaccione, girándome hacia el, acercándome. Mantuve mis brazos en la misma posición que antes sin apartar la vista de el y ahora yo era la que se acercaba a el de forma rápida al punto que le estaba casi pisando sus pies. Era alto pero aun así creo que podía ser intimidarte. Levante mi rostro haciendo lo que algunos intimidadores se hacen cuando se encuentran con alguien igual a ellos que es pegar su frente al rostro del otro aunque mi efecto era diferente por la estatura. Le mire de forma retante y cuando creí conveniente le respondí.
-Las damas primero Archer…adelante, habla niñita…expone tus quejas y demandame con el grial..pero habla ya…-
Lo fulmine con la mirada y tras esto continuo. -Que no se te olvide quien saco de la basura a quien..Tu no estas aquí por tu cara bonita ni por ser el favorito del grial..estas aquí por mi. No se te olvide tu lugar...entiendes?-
-Que asco!! Eres un animal!- Chille cogiendo las toallas para secar los platos, lanzandole unas tres como loca, encaminándome para arrojarle quizás hasta las compras del día.
-Pero de donde has salido? En que mente cabe eso!- Le reclamo queriendo estrangularlo si no me diera tanto asco acercarme a el intentando borrar la imagen de mis recuerdos porque la verdad, no es nada grata.
Intente contenerme del escándalo que estaba armando en esos instantes, parando de golpe al oírle hablar. Mis ojos se enfocaron en sus garras mientras el hablaba, creyendo saber a donde iba. Que se creía? Que me intimidaría con eso?..Había funcionado mas sus modales en la mesa que eso.
-No soy una asesina..pero si quieres experimentar algo así…tengo una habilitación con mi colección personal de torturas…que me dices, te animas?- Le respondí para que viera que conmigo no servían esas insinuaciones.-tendrás que hacer algo mas perrito para intimidarme…Te conté que hace tiempo tuve al príncipe empalador de servant?..que en cuanto lo invoque fue mas bravo que tu y no tardo en atacarme?..Créeme he visto cosas peores y tu no eres la novedad…-
Alce una ceja y me cruce de brazos, fijándome en esas garras que parecían peligrosas,delineándose una sonrisa irónica.- Así que te las das del interesante, eh?...dejame decirte niño bonito que a esas tipas las pudiste haber intimidado..quizás terminar con sus vidas..pero conmigo…-Mostré la mano donde tenia los command seal sonriendo triunfante.-Te tengo en la palma de mi mano quieras o no…así que ve a espantar a otra idiota… y como dices…la ira puede causar muchas cosas…y créeme yo no seré la que salga herida..-
Era ilógico que dijera eso, técnicamente el al ser un Servant tenia la ventaja sobre mi, me haría polvo sin lugar a dudas, pero mientras tuviera esas tres marcas, esas tres ordenes, podría ejercer algo de influencia en el.
Me aparte de el en lo que esculcaba la bolsa que le había y luego, si no me fallaba mi vista a hacer la misma asquerosidad de antes, por lo que aparte mi vista, escuchando los ruidos de el abriendo la nevera otra vez. Mire atentamente hacia la puerta de la cocina, pareciendo estar muy de malas con toda esta fricción. No cambie mi posición pero mis ojos se giraron a verlo de manera fría cuando volvió hablar mientras me cruzaba de brazos. No dije nada, solo le escuche.
Ahora el era el de la razón? Quien empezó esta pelea? El! Este sujeto inicio el primer problema soltando esa tontería de que me espetaba pero no me daría su lealtad, ademas que intento cambiar los papeles.
Le observe en todo momento incluso mas cuando avanzaba hacia mi a lo que yo reaccione, girándome hacia el, acercándome. Mantuve mis brazos en la misma posición que antes sin apartar la vista de el y ahora yo era la que se acercaba a el de forma rápida al punto que le estaba casi pisando sus pies. Era alto pero aun así creo que podía ser intimidarte. Levante mi rostro haciendo lo que algunos intimidadores se hacen cuando se encuentran con alguien igual a ellos que es pegar su frente al rostro del otro aunque mi efecto era diferente por la estatura. Le mire de forma retante y cuando creí conveniente le respondí.
-Las damas primero Archer…adelante, habla niñita…expone tus quejas y demandame con el grial..pero habla ya…-
Lo fulmine con la mirada y tras esto continuo. -Que no se te olvide quien saco de la basura a quien..Tu no estas aquí por tu cara bonita ni por ser el favorito del grial..estas aquí por mi. No se te olvide tu lugar...entiendes?-
Mitsumona- Mensajes : 301
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
Aquella mujer parecía creerme más humano, más o demasiado civilizado de lo que en realidad era, el hijo de los lobos, el campeón de estos, comí carne cruda durante una gran parte de mi vida,durante mi vida renuncie a aquello que ata al ser humano, su moral y su cobardía su sentido de lo que estaba bien o estaba mal, incluso de su decencia. Sonreí de medio lado ante su acción, que más podía hacer que encontrarlo cómico mientras tomaba aquellos trapos y los dejaba a un lado.
Amenazas, parecía ser que mis palabras fueron tomadas por el lado negro, en vez de lo que en realidad eran, solo pensamientos y recuerdos que asediaron mi mente, "para que me pide saber mis deseos y pensamientos cuando parece que ella no quiere saber que pienso", repase por un segundo en mi mente oyéndola sin inmutarme ni sorprenderme, admirando como me comparaba con su antiguo servant, me comparaba con un "ex", pero lo más gracioso, el hecho de que ella participara otra vez significaba que había fallado así que, me comparaba con un fracaso, me parecía ver algo de razón en aquello, le daba mucho sentido a su forma de ser, tan creída e inmadura. Torturas, esa palabra me trajo recuerdos esta mujer parecía ser una llave a mi pasado, pero mencionar que yo la había matado, fue como un golpe bajo, fue un golpe en el rostro que me dejo un feo sabor en la boca, después de todo en parte, era verdad, en parte aquellas garras la habían matado. Actué como si nada seguí haciendo pero eso no significaba que aquella imagen abandonara mi mente.
Senti su frente en mi mentón y sus palabras tan cargadas de prepotencia, rei un poco y algo bajo ya que era simplemente demasiado, niña, me había llamado niña, dios era solo demasiado épico, realmente pensaba que ella era mi dueña, cuando en realidad la que debería estar agradecida de mi presencia, era ella, tenia un poco de razón, gracias a ella yo tenia un propósito, pero tenia que lamerle las botas cuando ella era quien me necesitaba?. Di un par de pasos atrás mirando el techo simplemente preguntándole al tuerto que había hecho yo para merecer eso, cierto, ser el campeón de Fenrir, pero aun así, todo esto era simple y llanamente demasiado castigo -- Odin faen du, knulle deg tispe av en enkelt øye-- exclame con cierto sarcasmo recordando que toda la culpa siempre se le puede echar al tuerto, después de todo para algo es el jefe, antes de reír un poco y mirarla ya más tranquilo para ordenar las cosas que tenia que decirlo.
-- Primero que todo, señorita máster que piensa tenerme en su mano, no quiero que te tomes lo que diré para enojo ni rabietas ya que esto que te diré lo haré simple y llanamente para que entiendas la realidad, tu me invocaste por necesidad o deseo, yo no te pedí que lo hicieras así que tranquilízate que tu no eres mi dueña de ninguna forma, quieres un "perro" ve a la calle y busca uno, una "niñita" estoy seguro que hay orfanatos esperándote con los brazos abiertos, pero si quieres un espíritu heroico, un alma que fue considerada perfecta, un héroe cuyos actos lo hicieron merecedor de leyendas y estatuas, que a propósito es mucho más de que posiblemente tu obtendrás en tu vida, empieza a tratarme con el respeto que merezco ya que si me invocaste es porque me necesitas o algo deseas y yo atendí a tu llamado para ayudarte a cumplirlo... pero francamente tu actitud no lleva a nada bueno -- sonreí de lado algo sarcásticamente mientras la miraba a los ojos acercándome acortando aquella corta distancia prácticamente en fracciones de segundo gracias a mi velocidad para tomarla con cierta suavidad del mentón y acercarme para mirar a sus ojos rojos de cerca, tan cerca que mi respiración choco con la de ella -- si tu anterior servant no pudo sorprenderte con su ataque, si fue muy lento para hacerlo bien, si fue muy torpe para golpearte, eso es problema tuyo y de el, no trates de impresionarme con anécdotas de un príncipe... esa palabra siempre fue sinónimo de inútil en un trono para mi..-- le sonrei aun manteniendo aquella distancia tan corta para luego soltar su mentón suavemente y separarme de ella dándole la espalda -- y si bien si tienes mi vida en tus manos, quiero que sepas que yo nunca me tome algo tan burdo como las ordenes muy en serio, sin contar el hecho que soy mucho más rápido de lo que tu puedes llegar a imaginar y que tu mano es lo que te da el poder sobre mi y no puedes llegar a saber si seras lo suficientemente rápida como para jugar esa carta.
Comencé a caminar alejándome de ella caminando para tomar mi bolsa de ropa y luego seguir a "mi cuarto", francamente la dejaría pensando muy bien si quería seguir con esto de tener un servant o si me enviaría al trono, cualquiera de las dos opciones estaban bien. Tome la ropa, camine hacia la escalera y antes de comenzar a bajarla voltee mirandola, le sonreí un poco, con cierta angustia y tristeza -- a ella la violaron y torturaron, luego de dios sabe cuanto tiempo le dieron el don de la muerte y quemaron su cuerpo -- mis palabras fueron frías y aquella sonrisa de medio lado triste -- no vuelvas a hablar de ella, o te arrancare la mano y cortare tu garganta, tal como hice con las familias de quienes le hicieron eso -- mencione antes de comenzar a bajar para cambiarme.
Amenazas, parecía ser que mis palabras fueron tomadas por el lado negro, en vez de lo que en realidad eran, solo pensamientos y recuerdos que asediaron mi mente, "para que me pide saber mis deseos y pensamientos cuando parece que ella no quiere saber que pienso", repase por un segundo en mi mente oyéndola sin inmutarme ni sorprenderme, admirando como me comparaba con su antiguo servant, me comparaba con un "ex", pero lo más gracioso, el hecho de que ella participara otra vez significaba que había fallado así que, me comparaba con un fracaso, me parecía ver algo de razón en aquello, le daba mucho sentido a su forma de ser, tan creída e inmadura. Torturas, esa palabra me trajo recuerdos esta mujer parecía ser una llave a mi pasado, pero mencionar que yo la había matado, fue como un golpe bajo, fue un golpe en el rostro que me dejo un feo sabor en la boca, después de todo en parte, era verdad, en parte aquellas garras la habían matado. Actué como si nada seguí haciendo pero eso no significaba que aquella imagen abandonara mi mente.
Senti su frente en mi mentón y sus palabras tan cargadas de prepotencia, rei un poco y algo bajo ya que era simplemente demasiado, niña, me había llamado niña, dios era solo demasiado épico, realmente pensaba que ella era mi dueña, cuando en realidad la que debería estar agradecida de mi presencia, era ella, tenia un poco de razón, gracias a ella yo tenia un propósito, pero tenia que lamerle las botas cuando ella era quien me necesitaba?. Di un par de pasos atrás mirando el techo simplemente preguntándole al tuerto que había hecho yo para merecer eso, cierto, ser el campeón de Fenrir, pero aun así, todo esto era simple y llanamente demasiado castigo -- Odin faen du, knulle deg tispe av en enkelt øye-- exclame con cierto sarcasmo recordando que toda la culpa siempre se le puede echar al tuerto, después de todo para algo es el jefe, antes de reír un poco y mirarla ya más tranquilo para ordenar las cosas que tenia que decirlo.
-- Primero que todo, señorita máster que piensa tenerme en su mano, no quiero que te tomes lo que diré para enojo ni rabietas ya que esto que te diré lo haré simple y llanamente para que entiendas la realidad, tu me invocaste por necesidad o deseo, yo no te pedí que lo hicieras así que tranquilízate que tu no eres mi dueña de ninguna forma, quieres un "perro" ve a la calle y busca uno, una "niñita" estoy seguro que hay orfanatos esperándote con los brazos abiertos, pero si quieres un espíritu heroico, un alma que fue considerada perfecta, un héroe cuyos actos lo hicieron merecedor de leyendas y estatuas, que a propósito es mucho más de que posiblemente tu obtendrás en tu vida, empieza a tratarme con el respeto que merezco ya que si me invocaste es porque me necesitas o algo deseas y yo atendí a tu llamado para ayudarte a cumplirlo... pero francamente tu actitud no lleva a nada bueno -- sonreí de lado algo sarcásticamente mientras la miraba a los ojos acercándome acortando aquella corta distancia prácticamente en fracciones de segundo gracias a mi velocidad para tomarla con cierta suavidad del mentón y acercarme para mirar a sus ojos rojos de cerca, tan cerca que mi respiración choco con la de ella -- si tu anterior servant no pudo sorprenderte con su ataque, si fue muy lento para hacerlo bien, si fue muy torpe para golpearte, eso es problema tuyo y de el, no trates de impresionarme con anécdotas de un príncipe... esa palabra siempre fue sinónimo de inútil en un trono para mi..-- le sonrei aun manteniendo aquella distancia tan corta para luego soltar su mentón suavemente y separarme de ella dándole la espalda -- y si bien si tienes mi vida en tus manos, quiero que sepas que yo nunca me tome algo tan burdo como las ordenes muy en serio, sin contar el hecho que soy mucho más rápido de lo que tu puedes llegar a imaginar y que tu mano es lo que te da el poder sobre mi y no puedes llegar a saber si seras lo suficientemente rápida como para jugar esa carta.
Comencé a caminar alejándome de ella caminando para tomar mi bolsa de ropa y luego seguir a "mi cuarto", francamente la dejaría pensando muy bien si quería seguir con esto de tener un servant o si me enviaría al trono, cualquiera de las dos opciones estaban bien. Tome la ropa, camine hacia la escalera y antes de comenzar a bajarla voltee mirandola, le sonreí un poco, con cierta angustia y tristeza -- a ella la violaron y torturaron, luego de dios sabe cuanto tiempo le dieron el don de la muerte y quemaron su cuerpo -- mis palabras fueron frías y aquella sonrisa de medio lado triste -- no vuelvas a hablar de ella, o te arrancare la mano y cortare tu garganta, tal como hice con las familias de quienes le hicieron eso -- mencione antes de comenzar a bajar para cambiarme.
Matt Ironwill- Servant - Caster
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Re: La invocacion de la Canela [Privado/Sexta Guerra]
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