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Historia del Personaje
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Historia del Personaje
Ficha de Personaje
Espero no molestar pero me vi en la necesidad de utilizar post adicionales para mi ficha pues la historia superaba, aun por sí misma, el límite de caracteres permitidos por mensaje. La publico aquí pues no sé cuál es el protocolo en estos casos, sin embargo la moveré a donde sea necesario una vez me sea notificado.Notas:
-La historia del personaje fue traducida y adaptada en su totalidad por mí para mi uso personal, tomando como base la historia original encontrada en Le Morte d’Arthur, Capítulo 7, por Thomas Malory y apoyándome en algunas reinterpretaciones y recuentos de la leyenda como The Tale of Sir Gareth por Keith Baines, ambas obras en su idioma original.
-Debo advertir que la historia tiene una longitud considerable, por lo cual he decidido dividirla a manera de cuatro capítulos que engloben los distintos arcos que la componen, de todos modos recomiendo que en lo posible no se abra más de un spoiler al tiempo.
- Beumains:
- En un día de pentecostés mientras Arturo y su corte se encontraban reunidos en Kynke Kenadonne dos hombres y un enano se presentaron ante la corte cargando consigo a un hombre tan alto como guapo y que a duras penas conseguía ponerse en pie por sí mismo. Las manos del joven, grandes, poderosas y bien cuidadas, indicaban que el hombre era claramente de un linaje noble. Entre la corte se comentaba que nunca habían visto hombre tan apuesto y con un porte tan elegante, era como si un espíritu de paz y calma hubiera entrado con los recién llegados y se hubiera apoderado del lugar. Una vez los viajeros se acercaron al gran asiento de Arturo el misterioso hombre se puso de pie por su cuenta, estirándose con facilidad.
El joven quien se negó a revelar su identidad a pesar de la insistencia de los presentes le pidió al rey que le concediera tres favores, uno que pediría de inmediato y otros dos que pediría solo cuando hubieran pasado doce meses desde ese día. El primero de los regalos fue que se le permitiera permanecer durante un año entero en la corte del rey, recibiendo suficiente comida y bebida durante su estadía. Arturo acepto la primera petición señalando que se trataba de una petición simple y humilde pues en su corte la comida y la bebida nunca le había sido negada a hombre alguno, se tratase de un amigo o de un enemigo.
En contraste con las amables palabras de Arturo se oyeron las agrias palabras de Sir Kay, senescal del reino y un bocón por naturaleza, quien al oír la petición del joven se opuso y lo insulto, tratándolo de ser nada más que un simple pillo glotón que se aprovechaba de la bondad de los demás. Sir Kay furioso por no lograr que el apuesto joven revelara su nombre y linaje decidió apodarlo despectivamente Beumains, el de las bellas manos, pues alguien con unas manos así era probablemente un inútil que nunca las había usado para trabajo o labor alguna, igualmente le dijo que podría tener comida y bebida en cantidad pues lo enviaría a los cuarteles más pobres junto a los ayudantes de cocina, para que fuera uno más de ellos durante su estadía.
Beumains recibió su nombre y las condiciones impuestas por Sir Kay sin oponer ninguna resistencia o musitar queja alguna, hecho que solo lograba enfurecer más al amargado senescal. Sir Gawain y Sir Lancelot por otro lado se sentían avergonzados del comportamiento de su compañero, de sus constantes burlas y del trato inmerecido que el muchacho recibía. Ambos se acercaron al muchacho y entablaron una sincera amistad con él, en el caso de Lancelot debido a su comportamiento amable y sencillo mientras que en el caso de Gawain se debía a la cierta familiaridad que el chico despertaba en él, familiaridad que le hacía querer protegerle. Los dos nobles caballeros en muchas oportunidades le ofrecieron al joven aposentos más lujosos así como comida y bebida reservada para los nobles pero Beumains siempre los rechazaba de forma amable y amistosa, recibiendo en cambio solo lo que Sir Kay le daba de comer y bebe y trabajando en la cocina como un ayudante más.
Así pues pasaron los meses para el joven, meses en los que rara vez se le veía fuera del castillo más que para ver, totalmente emocionado, las justas y los ocasionales duelos entre caballeros que acontecían en los campos exteriores. Igualmente se volvió un competidor fiel a los juegos que se organizaban en ocasiones, resultando siempre ganador tanto del primer lugar como del amor del público debido a su majestuoso porte y su sencillez. Meses en los que siguió soportando con respeto y buenos modales las constantes burlas, quejas y reclamos de Sir Kay quien solo parecía acumular más rencor contra Beumains a medida que pasaba el tiempo y éste se iba ganando más y más la confianza y los corazones de la corte entera.
Durante las festividades de Whitsuntide en Carleon, una damisela llego hasta la corte con una petición. La joven mujer le conto al Rey Arturo y a sus caballeros de la Mesa Redonda que un caballero cruel, conocido como el Caballero Rojo de las Tierras Rojas, había arrebatado todas las tierras a su señora y se encontraba asediando su castillo en estos momentos para tomarla como suya. Sir Gawain se ofreció sin dudarlo, contándole a la corte como ya una vez se había enfrentado a aquel caballero que poseía la fuerza de siete hombres y como en dicha ocasión se había visto obligado a escapar para salvar su vida. Sin embargo cuando la damisela se negó a revelar su identidad, o la de la señora a quien servía, Arturo le respondió que no tenía ninguna obligación de enviar a alguno de sus caballeros a ayudarla.
Beumains quien se encontraba entre los presentes y oyó al pie de la letra el mensaje de la damisela hacia el rey habló sin vacilar. El joven señalo que ya habían pasado los doce meses desde su llegada a la corte y que era hora de revelarle al rey los dos últimos regalos que pedía de éste, dando así por cumplido el trato que habían hecho durante pentecostés. Arturo amablemente escucho las peticiones del joven dándole la libertad de que pidiera cualquier cosa que deseara. En primer lugar quería que se le permitiera partir en la aventura de rescatar a la dama como uno de sus regalos; el otro era que nadie más que Sir Lancelot del Lago le nombrara caballero. El rey acepto.
La doncella partió de inmediato totalmente llena de ira y de disgusto, creía que era una completa ofensa que enviaran a un simple ayudante de cocina, sin entrenamiento o experiencia, a la tarea de rescatar a su señora. Mientras tanto Beumains le pidió a sus dos acompañantes y a su enano que por favor le consiguieran una armadura y un caballo, lo cual hicieron con prisa, trayendo consigo una armadura majestuosa y brillante como el sol del mediodía que le daba al apuesto joven la apariencia del Caballero Blanco ideal. Sin embargo el joven partió con tanto afán por alcanzar a la damisela que olvido llevar consigo una lanza y un escudo.
Sir Kay totalmente furioso por lo que había sucedido y aun sintiendo un gran resentimiento hacia el chico se apresuró a lucir su propia armadura, tomo sus armas y cabalgo a prisa tras él, deseoso de zanjar el asunto de una vez por todas y de enseñarle al chico una lección. Una vez encontró al joven el veterano caballero cargo contra él, su lanza y su escudo listos en cada mano. Por su lado Beumains desenfundo su espada y cabalgo también a prisa contra su rival, evadiendo su ataque y realizando un corte en un costado de aquél que tanto le había atormentado durante meses, derribando a Sir Kay de su caballo y dejándolo totalmente inconsciente en el suelo. Una vez realizada la hazaña el joven descendió de su caballo y reclamo la lanza y el escudo de Sir Kay como propios.
Sir Lancelot, quien había presenciado la derrota del arrogante senescal a manos del joven ayudante de cocina, quedo totalmente impresionado. Beumains reto a Lancelot a un combate para probarle a éste su determinación y su valía, por qué merecía ser nombrado caballero. Así pues los dos lucharon ferozmente, derribándose mutuamente de sus caballos y ensalzándose en un aguerrido duelo donde ambos luchaban con la ferocidad de los cerdos salvajes, lucha que duro horas en las que ambos lograban asestar potentes golpes a su rival que le derribaban por unos pocos instantes solo para que se pusiera de pie con tan solo unos segundos y resumieran la lucha.
Lancelot se sentía asombrado y maravillado con la fuerza y la habilidad de aquel joven, sintiendo que luchaba contra un poderoso gigante y no contra un caballero ordinario. Finalmente Lancelot dándose cuenta que su fuerza no lograba igualar a la de Beumains y temiendo ser derrotado de forma deshonrosa, le dijo al joven que no había conflicto alguno entre ellos y no había ya razón para seguir luchando, Beumains estuvo de acuerdo.
Antes de que Lancelot pudiera nombrar caballero al joven era necesario que supiera su verdadero nombre. Beumains revelo que su verdadero nombre era Gareth, y que en realidad era el hijo más joven del Rey Lot de Orkney y de Morgause, la hermana de Arturo. Lo cual significaba también que Gareth era el hermano menor de Sir Gawain, aunque en estos meses Sir Gawain nunca reconoció a su propio hermano pues éste era aún un pequeño niño cuando Gawain había dejado la corte de su padre para convertirse en uno de los caballeros de Arturo, hacía ya quince años.
Sir Lancelot le prometió al joven no revelarle a nadie en la corte de Arturo su verdadera identidad y le nombro caballero. Gareth monto su caballo y cabalgo a prisa para alcanzarle el paso a la damisela mientras que el pobre Sir Kay tuvo que ser regresado sobre un escudo hasta el castillo para que recibiera atención y pasaron semanas para que calmaran las incontables burlas y chistes que todos en la corte, especialmente Sir Gawain, le dedicaban sin piedad después de que hubiera sido humillado de tal forma por el “simple ayudante de cocina” al que tanto menosprecio.
La damisela, al igual que había hecho el rudo senescal, viendo al joven que la acompañaba le insulto sin piedad, señalándole que esta era una aventura digna de un verdadero caballero y no de una simple rata de estante, de un chico de cocina sin habilidad. La damisela le ordeno a Beumains regresar a la cocina de donde no debería haber salido. Beumains apenado por sus insultos rechazaba cortésmente el ser disuadido de la peligrosa búsqueda y así fue como Sir Gareth, de forma decidida siguió a la mujer que se alejaba cada vez más del lugar.
- El Caballero Negro y la Damisela Despiada:
- Gareth viajo con la damisela quien constantemente intentaba avergonzar al héroe recién nombrado caballero, recordándole a menudo que era un simple criado de cocina, una rata de alacena y que su olor a grasa y comida era difícil de tolerar y no solo eso sino también de que ya habían llegado a sus oídos las historias de cómo de forma traicionera había logrado derrotar a un caballero ejemplar como Sir Kay.
No paso mucho desde que se habían acercado a un bosque cuando un hombre desesperado apareció ante ellos, suplicándole ayuda al joven caballero pues un grupo de seis bandidos habían tomado prisionero a su señor y ahora lo tenían atado en el interior del bosque, listos para asesinarlo en cualquier momento. Cabalgando de prisa hacia el bosque Gareth asesino a los tres primeros bandidos, con un golpe a cada uno, tan pronto les encontró. Los otros tres huyeron y se internaron en las profundidades con Gareth aun siguiéndolos de cerca, una vez se dieron la vuelta para luchar contra el joven caballero este lucho de forma feroz contra los tres y después de un rato estos yacían también muertos a sus pies.
Una vez muerto los asaltantes Gareth libero al noble prisionero, quien le ofreció al joven cualquier recompensa que pidiese pero este declino respondiéndole que en ese mismo día había sido nombrado caballero por nadie más que Sir Lancelot en persona, un honor tan grande que le bastaba para no desear nada más por el momento. El noble conmovido por la sencillez del joven le convenció de al menos aceptar su hospitalidad por esa noche, dándole asilo al caballero y la damisela en su castillo y ofreciéndole toda la comida que quisiesen. Sin embargo esto no aplaco la ira de la doncella quien continúo insultando al joven, considerándolo una sabandija y un simple criado que no era digno de comer en la mesa con ella y cuyo olor era peor que el de los cerdos. Por esta razón el noble, extrañado ante la situación, pidió que se acomodara una mesa aparte solo para Sir Gareth y excusándose con la dama prefirió también retirar su silla y comer en la mesa con el caballero y no con la damisela.
A la mañana siguiente y agradeciendo la hospitalidad del noble ambos jóvenes emprendieron su viaje nuevamente, aunque no paso mucho para que llegaran a un paraje cercano a un rio donde dos caballeros con tono desafiante aguardaban para impedir el paso a todo aquel que intentara cruzar. La damisela en un tono de desprecio le dijo al joven que era mejor que escapara, que huyera y salvara s pellejo, él por su lado respondió que aunque hubieran dos o seis caballeros no habría diferencia, de cualquier modo no huiría. El primero de los caballeros y Gareth cabalgaron a prisa el uno contra el otro, el resultado fue un impacto tal que la lanza del caballero se quebró mientras la de Gareth sufrió daños, ambos tomaron sus espadas y lucharon por un momento antes de que Gareth asestara un poderoso golpe al casco del rival, lo cual le hizo caer al agua donde, aun inconsciente por el golpe, se ahogó. Con el segundo caballero se enfrentó un poco más allá de aquel paraje, nuevamente las lanzas sufrieron daños, con la de su oponente quebrándose, y de nuevo Sir Gareth asesto un potente golpe al casco de su adversario, causándole la muerte de forma instantánea.
Sin embargo su acompañante no estuvo en absoluto contenta con lo que había acabado de presenciar, en lugar de agradecer al joven caballero por protegerle y haber habilitado el paso, le reprocho que injusta era la suerte de favorecer a un simple bandido como él en lugar de a dos caballeros nobles y justos, de que la habilidad o el valor no habían tenido nada que ver, de cómo ella había observado todo atentamente y había notado como la muerte del primer caballero se debía únicamente a que el caballo de este se había tropezado causándole que cayera al rio, sobre el segundo le acuso de asesinarle vilmente dándole un golpe mientras éste no se lo esperaba, también le advirtió que era mejor que huyera de una vez por todas pues su suerte no duraría mucho y que en la próxima oportunidad se enfrentaría contra un verdadero caballero y este le rebanaría sin esfuerzo alguno. Beumains quien escuchó cortésmente los insultos que la damisela le dedicaba solo hablo una vez esta calló, aclarándole amablemente que ninguna circunstancia le haría huir, que si lograba la victoria era gracias a la habilidad que Dios le había concedido y la confianza que tenía en su divina protección, y que si había algo que le hacía perder su coraje era únicamente el increíble abuso al que su acompañante le había sometido.
Cabalgaron juntos todo el día hasta que al llegar la noche se encontraron en las Tierras Negras. Encontraron en su camino un gran espino negro sobre el cual colgaba un escudo del mismo color y a su lado, junto a una gran y oscurecida roca estaba también un estandarte predominantemente negro. Bajo aquel árbol se encontraba un caballero que vestía una oscura armadura, era pues el Caballero Negro de las Tierras Negras. Al ver a la damisela el caballero le pregunto si había regresado ya con un campeón de la corte de Arturo pero ésta molesta le respondió que lo único que había conseguido era que un simple holgazán de la cocina del Rey le siguiera, le conto que solo por suerte había logrado derrotar a unos pocos caballeros obligándola a seguir soportando su presencia, y le rogo finalmente que la ayudara a librarse de él. El Caballero Negro acepto la petición de la dama, admitiendo que había pensado por un momento que aquel joven era algún tipo de noble pero que ya que era un simple ayudante el simple hecho de luchar contra él sería degradante, por lo que simplemente le quitaría su armadura y su caballo y le permitiría huir con su vida.
Ofendido por la actitud del caballero, y la de su acompañante, Gareth le reto a que le impidiera pasar libremente por esas tierras y a que si tanto deseaba su armadura entonces intentara probara que era capaz de derrotarlo. Los dos caballeros cabalgaron ferozmente contra él otro, ambas lanzas chocando entre ellas, pero mientras que Gareth resultó ileso la punta de su lanza se enterró profundamente en el cuerpo de su rival. Ambos desenfundaron sus espadas y por media hora más continuaron la lucha hasta que el Caballero Negro al fin cayó muerto de su caballo. El joven observando la gran calidad y belleza del equipo de su oponente le despojo de su armadura y su espada, intercambiándolas por las suyas. La damisela, sin cansarse de humillarlo, lamento que el joven no muriera, comparándole con una cucaracha, y trato de convencerle nuevamente de regresar a la cocina donde podría alardear de los valientes caballeros a los que había matado cobardemente, él joven se negó y dejo en claro que pensaba llevar su objetivo hasta el final o perecer en el intento.
Después de un rato se cruzaron en el camino con el Caballero Verde quien al ver a Sir Gareth luciendo la negra armadura le cuestiono sobre si era su hermano, el Caballero Negro. La damisela hablo, acusando a Gareth de haber asesinado al caballero y rogando que le vengara. El Caballero Verde molesto se dispuso a vengar a su hermano, aunque Gareth le advirtió que había sido en batalla, en un combate justo, donde le había derrotado. El Caballero Verde soplo tres veces su cuerno y dos damiselas aparecieron trayendo consigo una lanza y un escudo que hacían juego con su armadura. Lucharon primero con sus lanzas y luego usando sus espadas, aun sobre sus caballos. Después de un rato el joven dio un fuerte golpe al caballo de su rival causando que se desplomara bajo él y dando un salto ambos resumieron la lucha a pie. El Caballero Verde era sin duda poderoso y ambos se causaban heridas mutuas sin que se determinara el ganador, para molestia de la damisela quien furiosa preguntaba porque era tan difícil matar a un simple sirviente. El Caballero Verde apenado profundamente redoblo sus esfuerzos y logro causar grandes daños al escudo de Sir Gareth, quien entonces ejerciendo toda su fuerza respondió ferozmente a su rival y golpeándolo en la cabeza le hizo quedar tendido en el suelo, el joven entonces le quito el casco y se preparó para decapitarle, sin embargo antes de que diera el golpe fatal el Caballero Verde suplico piedad e incluso prometió perdonar toda ofensa y daño causado por la muerte de su hermano. A pesar de la amable oferta Gareth dijo que no le perdonaría a menos que la damisela así lo quisiera, sin embargo y a pesar del gran honor que Beumains le estaba otorgando a la mujer parecía importarle poco si este le mataba o no. El Caballero Verde ofreció también su lealtad absoluta y sincera, y la de los treinta caballeros que tenía a sus órdenes, lo que hizo que la damisela reconsiderara y aceptara perdonarle la vida, aunque ofendida de que ahora un simple ayudante de cocina tuviera la lealtad e un poderoso caballero y de sus treinta seguidores.
La damisela se disculpó ante el Caballero Verde por las heridas que había recibido y por la muerte de su hermano, pidiéndole que por favor les acompañara a cruzar el extenso bosque que tenían ante ellos pues le asustaba, el caballero respondió que no había ya nada que perdonar y les invito a pasar la noche en su castillo, prometiendo guiarles por el bosque en la mañana. Los dos caballeros y la damisela cabalgaron hasta el castillo donde está de nuevo arremetió una y otra vez en contra del inocente Gareth y una vez más se rehusó a comer junto a él. El Caballero Verde, cuyo nombre era Sir Pertelope, retiro su asiento y el de Gareth a una mesa distinta donde los dos comieron alegres contando historias de increíbles aventuras. Antes de dormir Sir Pertelope se dirigió a la damisela confesándole que no entendía en absoluto porque se aferraba tanto a ridiculizar al valiente y apuesto joven, quien había demostrado ser más fuerte y digno que él y uno de los mejores combatientes que aquel caballero había visto; la damisela en lugar de tomar en cuenta aquellas palabras solo hizo un gesto de amargura, molesta de que Sir Pertelope tratara de interceder por Beumains, y se retiró a su recamara. El Caballero Verde entonces ordeno a sus treinta caballeros que protegieran a Sir Gareth mientras dormía y que estuvieran atentos por si alguien quería traicionarlo.
A la mañana siguiente después del desayuno y un corto festejo Sir Pertelope guio a sus invitaos a través del espeso bosque y antes de partir le recordó a Sir Gareth que ahora su total lealtad, y la de sus treinta caballeros, le pertenecían, éste por su parte le encomendó que cuando llegara el momento emprendiera un viaje y le jurara su lealtad al Rey Arturo. Tal vez no sea necesario aclarar que toda la escena tan solo causo repulsión en la damisela quien por variar empezó a proferir cuanto insulto se le ocurría en contra del joven. Cabalgaron por horas hasta que en la distancia se vislumbró un hermoso torreón, fue aquí cuando la mujer le advirtió al joven que empezaba la parte realmente peligrosa del transcurso y que solo un caballero de la calidad de Sir Lancelot, Sir Lamerok, Sir Gawain o Sir Tristan sería capaz conservar su vida, Beumains amablemente agradeció la advertencia pero se negó a huir. Cabalgaron hasta el torreón y allí vieron un hermoso castillo protegido por reforzadas murallas y un gran campo de duelo en el camino que conducía a la entrada, junto al campo se hacían arreglos y se levantaban quioscos para un torneo que estaba próximo y sobre las murallas se encontraban colgados cincuenta escudos cada uno con un emblema distinto.
El señor del castillo viendo a Gareth acercándose con la damisela decidió retarlo a duelo, vistiendo sobre su cuerpo una hermosa armadura color bermejo pues era él el Caballero Bermejo, tomo sus armas y su escudo del mismo color y montando en su caballo cabalgo al encuentro de los recién llegados. Tan pronto se encontraron el caballero pregunto amablemente si el caballero de armadura negra no era su hermano, el Caballero Negro, pero nuevamente la damisela se apresuró a contestar y en esta ocasión no solo acuso a Gareth ser un simple sirviente sin nombre y de asesinar tramposamente al Caballero Negro sino también de obtener la lealtad del Caballero Verde mediante artimañas y engaños, rogándole al Caballero Bermejo que la ayudara a vengarlos y que matara al joven para librarse de él de una vez por todas. Como si la historia se repitiera el Caballero Bermejo arremetió enfurecido contra Gareth y ambos lucharon hasta que ambos caballos cayeron exhaustos, entonces lucharon en pie y por dos horas continuo el encuentro hasta que la dama nuevamente, y sin poder contenerse, le gritaba al Caballero Bermejo lo humillante que era el que no pudiera darle una muerte rápida a una simple rata, el caballero apenado redoblado sus esfuerzos pero en vano pues Gareth usando solo un poco más de fuerza logro hacerle caer al suelo, totalmente indefenso y se preparó para decapitarle. Nuevamente su rival pidió clemencia y una vez más Gareth dijo que esto solo dependería de lo que la damisela quisiera, sin embargo en esta ocasión la mujer no dudo en perdonarle la vida. El Caballero Bermejo les suplico que aceptaran su hospitalidad y dedico una gran cena a ambos dentro de su castillos más al ver la forma deplorable en que la mujer continuaba tratando al joven le ordenó a sus sesenta caballeros que le protegieran mientras dormía en caso de que la mujer intentara atentar de alguna forma en su contra. A la mañana siguiente y después de un gran banquete el Caballero Bermejo, o Sir Perimones como era su nombre, despidió a sus huéspedes y juro su lealtad absoluta, y la de sus sesenta caballeros, al joven Gareth amablemente le pidió, al igual que había hecho ya con su hermano, que cuando llegara el momento también le jurara lealtad al Rey Arturo.
Continuaron los jóvenes su viaje y toda la mañana cabalgaron hasta que cerca del medio día se encontraron con una hermosa ciudad, sus muros totalmente pulidos y el pasto que crecía alrededor recién cortado y de un profundo color verde. A las afueras de la ciudad se erigían varios pabellones, y entre ellos uno magnifico de color índigo captaba la atención de forma inmediata, imponente y adornado con armaduras y escudos del mismo color, índigo como los ropajes y los adornos de las hermosas doncellas que jugueteaban alrededor. La damisela le explico a Sir Gareth que se encontraban en los terrenos de Sir Persant, el Caballero Índigo, quien era para algunos el caballero más tenaz que había sobre la tierra, no solo era un caballero noble que dedicaba todo su tiempo libre a los duelos y a la justas, organizando torneos cada que el buen clima lo permitía y retando a todo quien que quisiera pasar por sus tierras, sino que además contaba con el servicio de ciento cincuenta caballeros fuertes y leales a su disposición.
El joven respondió que si de verdad era un caballero noble entonces no enviaría a sus hombres a asesinarle sino que él mismo seria quien se presentaría para retarle a un duelo, y que si en verdad era tan gran caballero entonces sería un gran honor derrotarle, Sir Gareth también le expreso a la damisela lo injusto que era su trato, el como ella siempre distorsionaba todo lo que acontecía y lo usaba como pretexto para alimentar su ira. Sorpresivamente la dama respondió a su reclamo pero en lugar de insultos y comentarios amargos por primera vez se dirigió a él con respeto y humildad confesado que admiraba todo los actos de valor y coraje que había presenciado de su parte y que estaba convencida que Gareth debía ser alguien de cuna noble y no un simple plebeyo, pero que esta vez su advertencia era sincera, que realmente no quería que el joven enfrentara a Sir Persant pues sabía que tanto Gareth como su caballo no solo estaban cansados sino también heridos por las batallas anteriores. Le informo que el castillo de su señora estaba a siete millas de distancia pero que sería imposible derrotar a su captor en ese estado pues gozaba de la fuerza de siete hombres.
Conmovido por la sinceridad que la mujer por fin demostraba Gareth prometió salir victorioso contra el Caballero Índigo y que no pasaría mucho antes de que pudieran continuar el viaje, ella notablemente arrepentida le agradeció el haber soportado tan amablemente la forma tan vil en que le había tratado y el joven la tranquilizo diciéndole que no había nada que perdonar pues no sería digno de un caballero ser incapaz de tolerar los reclamos de una dama, también le explico que la razón por la que trabajaba en la cocina era solo para poder descubrir quiénes eran sus verdaderos amigos y quienes sus enemigos y que aunque pronto se revelaría la verdad de su origen por ahora prefería probarse a si mismo solo por sus hazañas y no por su sangre. La mujer pidió perdón por todo daño hecho en su contra, por todo lo que sus palabras y sus calumnias hubieran provocado y él explico que sus palabras solo habían servido como combustible para su ira la cual en cada ocasión había desahogado contra sus oponentes permitiéndole salir victorioso, finalmente sonriente exclamo que si en el pasado la ira lo había hecho fuerte ahora la alegría lo haría invencible.
El Caballero Índigo quien había observado a Gareth y a la damisela desde la distancia envió a uno de sus mensajeros a consultar si estos habían venido en paz o con ánimos de guerra, el joven por su parte respondió que venía a ofrecer un reto al Caballero Índigo pero solo si éste deseaba aceptarlo. Sir Persant acepto y prometiendo luchar con toda su fuerza cabalgo al encuentro del caballero de negra armadura. Cargaron con igual determinación el uno contra el otro y en el primer impacto ambas lanzas se partieron en tres pedazos y los caballos tropezaron, quedando tendidos en sobre la hierba, llevando la pelea al nivel del suelo. El choque de espadas se prolongó durante dos horas y durante este transcurso Sir Gareth logro asestar un profundo golpe en uno de los costados de Sir Persant pero esto no le impidió al caballero seguir luchando valientemente. Finalmente, y con algo de pena por la determinación que había mostrado el caballero, el Caballero Índigo fue enviado directamente al suelo de un potente golpe que había alcanzado a destrozar su casco. Una vez más Sir Gareth se preparó a decapitarle y su oponente se rindió, la dama por su lado le ordeno a Gareth perdonarle la vida y éste gustoso obedeció. Fue en este momento cuando el Caballero Índigo confeso saber que Gareth había dado muerte a su hermano Sir Perarde, el Caballero Negro, y que había ganado la lealtad de sus otros dos hermanos, Sir Pertelope el Caballero Verde y Sir Perimones el Caballero Bermejo, entendiendo muy bien que se debía a su valor, su humildad y su indiscutible habilidad en el campo de batalla.
Sir Persant condujo a los jóvenes hacia su fortaleza donde les honro con vinos y especias y donde insistió que Gareth tomara una siesta antes y después de su baño. Durante la noche Sir Persant envió a su hija, la más hermosa de esas tierras, a que durmiera con el joven y le complaciera totalmente, la joven cumpliendo los deseos de su padre se acostó junto al caballero mientras este descansaba y le lleno de caricias pero cuando Sir Gareth se dio cuenta de que se trataba de la hija de su anfitrión y que la muchacha aún era virgen la envió de vuelta con su padre pues no quería deshonrarla, esta a su vez le conto al veterano caballero lo acontecido y éste quedo gratamente impresionado ante los modales de aquel joven y sin duda alguna que aquel caballero al que le brindaba hospedaje era bueno y puro de corazón.
A la mañana siguiente los dos caballeros y la damisela se sentaron a conversar y tan pronto Sir Persant supo que se dirigían hacia el Castillo Peligroso pudo adivinar que la mujer que tenía enfrente era en realidad Lynet, la hermana de la dama que tenía residencia en dicho, y que se disponían a enfrentar al Caballero Rojo para liberar a Lady Lyoness, el nombre al que respondía dicha dama, Lynet asintió. Aunque el Caballero Índigo ya había sido testigo del vigor y la fortaleza de Sir Gareth le aconsejo prepararse para la prueba final pues era bien sabido que el Caballero Rojo gozaba la fuerza y resistencia de siete hombres, pero también le exalto a continuar con su aventura contándole que habían pasado dos años desde que el asalto al Castillo Peligroso había comenzado y aunque el poderoso caballero hubiera ya podido penetrar en el castillo y tomar como mujer a Lady Lyoness no lo había hecho pues aguardaba a que llegaran al rescate uno de dos de los caballeros de la corte del Rey Arturo: Sir Lancelot o Sir Gawain y que a pesar de que muchos otros caballeros como Sir Bors, Sir Kay, Sir Héctor o Sir Percival eran igualmente conocidos en esas tierras era solo con alguno de esos dos con quien realmente deseaba batirse, cualquier otro caballero que había intentado la hazaña había terminado muerto por su espada o su lanza, dicho esto el caballero le deseo a Gareth fortaleza y fuerza para la pelea. Antes de despedirse Lynet le pidió a Sir Persant que nombrara a Gareth caballero y éste replico que sería un honor ordenar a tan valiente guerrero más sin embargo Beumains rechazo tan generosa apuesta revelando que ya había sido ordenado caballero por nadie más que el mismísimo Sir Lancelot, el más grande de todos los caballeros, y haciéndoles jurar que guardarían su secreto también les revelo su verdadera identidad, es decir que era Gareth hijo del Rey Lot y la Reina Morgause, hermana de Arturo, y príncipe de Orkney, pero aclaro que nadie en la corte de Arturo, ni su propio tío o su hermano, nadie excepto Sir Lancelot conocían aun su verdadero nombre y prefería que por ahora siguiera siendo así. Anfitrión y huéspedes se despidieron cordialmente no sin que el Caballero Índigo, al igual que sus dos hermanos antes que él, jurara total obediencia y lealtad a Sir Gareth, y también la de los ciento cincuenta caballeros a los cuales comandaba.
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Re: Historia del Personaje
- El Caballero Rojo de las Tierras Rojas:
- Mientras los dos jóvenes cabalgaban hacia el Castillo Peligroso el enano de Sir Gareth, quien los había seguido desde el inicio y que con una lealtad incondicional siempre había estado seguro que el joven saldría victorioso en cada uno de sus encuentros, se había apresurado en la mañana para llegar antes hasta su destino, una vez allí se infiltro en el castillo y colándose en la recamara de la hermosa Lyoness se apresuró a contarle las aventuras de su hermana y las hazañas logradas por el campeón que ella había traído para rescatarle y quien ahora lucia la afamada armadura del Caballero Negro, todo le conto excepto su nombre aunque le aseguro que se trataba del más valiente de los hijos del Rey Lot. La dama le encomendó al enano tomar abundante comida, los vinos más finos, dos copas de plata e incluso un cáliz de oro incrustado en joyas y que los llevara a una cabaña cercana tras lo cual debía buscar a Lynet y a su campeón para guiarlos hasta ese lugar, también pidió que le diera a su hermana su más profundo agradecimiento y que les contara que aunque el Caballero Rojo era en realidad un guerrero valiente y poderoso, su personalidad violenta y su sangrienta reputación le impedían amarlo o rendirse ante él. El enano así lo hizo y aunque en una de sus muchas idas y venidas entre el castillo y la cabaña se cruzó con el Caballero Rojo este solo mostro decepción al enterarse que el caballero que se aproximaba no era ni Sir Lancelot ni Sir Gawain, asegurando que en vano sería el esfuerzo del joven Beumains a quien le daría el mismo destino que todo aquel que había osado a retarle.
A la mañana siguiente después del desayuno Gareth y Lynet cabalgaron por el bosque y después por una ancha planicie hasta que finalmente llegaron a su destino: El Castillo Peligroso, un majestuoso y enorme castillo que se erigía imponente junto al mar. Las carpas del Caballero Rojo se encontraban dispuestas a lo largo de una de las murallas y no paso mucho para que Gareth horrorizado contemplara como de un gran árbol cercano colgaban del cuello cuarenta caballeros de las distintas ramas, todos con su armadura puesta y con sus armas y escudos atados a sus cuerpos, en lugar de terror la vista produjo en el joven una profunda indignación. Lynet explico que todos eran caballeros que en el pasado habían intentado rescatar a Lyoness y que aunque el Caballero Rojo era un guerrero formidable, y señor de muchos caballeros, cada vez que vencía a un rival en combate le daba una muerte deshonrosa y sin oportunidad de piedad, razón por la que ninguna mujer era capaz de amarle.
Varios barcos se encontraban atrancados en los muelles a las afueras del castillo y en todos lados habían señales de gran actividad, el murmullo de los habitantes se escuchaba desde dentro del lugar y era posible ver señores y damas caminando a las afueras o en las cercanías de las murallas y aun lado del sendero que conducía a las hermosas puertas había un árbol del que colgaba un cuerno de marfil, dejado allí para que fuera soplado por todo aquel que hubiera venido a retar al Caballero Rojo. Sin embargo antes de que Gareth pudiera soplar el cuerno su acompañante trato de impedirlo, pidiéndole que esperara hasta la noche pues a medida que llegaba el mediodía, hora que estaba ya lejana solo por minutos, la fuerza del hombre incrementaba hasta igualar la de siete hombres combinados pero a medida que avanzaba la tarde disminuía hasta regresar a la normalidad, un atributo mágico similar al que sir Gawain, hermano mayor de Gareth, poseía. Sin embargo la advertencia no logro intimidar al joven, quien sonriente respondió a la preocupada Lynet que sería solo sentiría deshonra y vergüenza al retar a alguien que no encontrara al pleno de sus capacidades, dicho esto dio un tremendo soplo al cuerno. No tardo en oírse el estruendo causado por el cuerno cuando plebeyos y nobles se agolpaban en las murallas y ventanas, así mismo caballeros y marinos descendencia de los barcos para contemplar el encuentro que estaba por suceder, todo esto mientras en una de las carpas los sirvientes del Caballero Rojo se apresuraban a prepararlo: uno ataba firmemente el yelmo en su cabeza, el otro compraba su armadura y un tercero se apresuraba a darle una lanza y un escudo, ambos color rojo sangre.
El Caballero Rojo monto su corcel y cabalgo hasta un claro cercano que podía ser observado a la perfección desde el castillo y espero a que su adversario hiciera lo mismo. Tan pronto estuvo en posición Gareth le pidió a Lynet que señalara donde se encontraba su hermana y esta así lo hizo, apuntando su dedo hacia una damisela que resaltaba por su enorme belleza en una de las ventanas y que con sus manos saludaba al joven para luego dedicarle gestos de súplica, éste al verle sintió que su corazón se embriagaba de total alegría, era pues amor a primera vista, y no dudo en exclamar que nada había sido en vano pues la mujer a la que veía debía ser la dama más hermosa que existía sobre la tierra. El Caballero Rojo amargamente respondió a la exclamación de su rival, pidiéndole que dejara de ver a la dama y se concentrara en las armas pues aquella mujer no era suya ni nunca lo seria, ya que él se encargaría que fuera uno más de sus predecesores y que yaciera muerto también en aquel árbol. El joven replico que la dama tampoco pertenecía al Caballero Rojo y que ahora que estaba seguro de amarla, y que no le era indiferente a la hermosa Lyoness, la gracia de Dios le protegería y le haría triunfar, el joven Beumains también comento a su rival que la desgracia a la que había sometido a los demás caballeros solo lograban causarle ira y repulsión, la misma repulsión que causaba que ninguna mujer le amara, y que estaba dispuesto a luchar a muerte y con todas sus fuerzas para detenerle pues en esta ocasión no sentía el remordimiento que en el pasado le había atormentado por vencer a caballeros honorables.
Ambos cargaron contra su oponente, ira en los ojos de ambos, y tan fuerte fue el impacto, tan violento fue aquel choque y tan tremenda fue la caída de los dos que al yacer ambos en el suelo inmóviles por un rato los espectadores se preguntaban si habían terminado con el cuello roto. Sin embargo después de un momento ambos se pusieron en pie y armados con espada y escudo se arrojaron violentamente contra el uno contra el otro, como temibles animales salvajes que no darían tregua hasta que uno de los dos cayera muerto. Golpes rápidos y potentes iban y venían, causando ocasionalmente que uno de los dos quedara momentáneamente aturdido antes de responder aun con más fuerza. Y así lucharon hasta mucho después del mediodía, cuando pausaron por un momento para recuperar el aliento, ambos con sangre derramándose producto de sus heridas, ambos jadeando y momentáneamente exhaustos mientras usaban sus escudos como apoyo para seguir en pie. Los escudos se encontraban ya agujereados y maltrechos ante la incansable lluvia de golpes y ambas armaduras habían cedido ya en distintos lugares, revelando la piel de cada uno y las múltiples heridas que habían recibido. Paso un rato para que Sir Gareth aprendiera a defenderse de la multitud de golpes de su oponente, no sin recibir más heridas en el intento y en varias ocasiones el uno o el otro caía al piso parcialmente aturdido por un golpe mientras el otro saltaba rápido a finalizarlo más solo surgía en cada ocasión un nuevo intercambio de golpes en el que en varias oportunidades los combatientes terminaban usando la espada de su rival.
Al llegar la noche ambos caballeros acordaron descansar, sentándose en colinas cercanas mientras removían sus cascos para refrescarse con la fría brisa nocturna. Sir Gareth dirigiendo la vista hacia la ventana desde donde Lyoness aún le contemplaba se sintió inspirado, con su fuerza y valor totalmente renovados. Una vez más los caballeros prosiguieron la lucha y a pesar de las muchas heridas parecía que gozaban de un vigor sin límites, sin embargo llego el momento en que con dos hábiles golpes la batalla parecía decidirse, con el primero el Caballero Rojo había logrado desarmar a Gareth, con el segundo le había arrojado directo al suelo donde todo parecía terminar. El Caballero Rojo se apresuró a saltar sobre él y remover su casco más un amargo grito lleno el ambiente, se trataba de Lynet quien gritaba a un derrotado Gareth que Lyoness lloraba inconsolable presa de una gran tristeza y que ella misma sentía su corazón pesado y afligido ante lo que veía. La respuesta del joven fue inmediata pues uso su cuerpo para embestir con sorpréndete fuerza a su oponente y obligarlo a tomar distancia, entonces corrió a prisa hasta su espada y le enfrento una vez más, era una batalla desesperada en la que cada uno usaba todo lo que conservaba de fuerza para derrotar al rival. Paso un rato para que la escena de invirtiera y esta vez fuera Gareth quien hacia volar la espada de su rival y siguiendo con una serie de golpes a su armadura y a su casco le hacía caer inmóvil e indefenso al suelo, el joven salto sobre su feroz adversario y removiendo el casco se preparó a decapitarle, al parecer el combate había concluido de una vez por todas.
Justo antes de que asestara aquel golpe fatal, y de forma sorpresiva para Gareth, su rival le rogo piedad pero el joven caballero rechazo las suplicas, argumentando que en el pasado valientes caballeros habían rogado también por la piedad del Caballero Rojo pero este se las había negado, dándoles muertes deshonrosas como aquellas reservadas exclusivamente para criminales, sin embargo el derrotado guerrero suplico que al menos le permitiera explicar los motivos que lo habían empujado a cometer tales actos de crueldad, Gareth accedió a oírlo. Así pues el Caballero Rojo explicó que en días de antaño había amado ciegamente una mujer, mujer cuyos hermanos habían perecido bajo la de espada de Sir Lancelot y de Sir Gawain, y que atado a un juramento con ella se había visto obligado a luchar contra todo caballero de la corte del Rey Arturo y a darles tan cruel trato después de derrotarlos, la razón de estos crímenes era que esperaba que las noticias llegaran hasta la corte del rey y atrajeran así a Sir Lancelot o a Sir Gawain para poder cumplir los deseos de venganza a los que su dama lo había encadenado; confesó también que para lograr tal propósito había sido presa de un potente encantamiento y era éste la razón por la que su fuerza alcanzaba la de siete hombres durante el mediodía tras lo cual iba decreciendo con la tarde hasta volver a la normalidad en la noche. Mientras el hombre concluía su historia varios de sus caballeros, de sus sirvientes y de los mismos nobles del castillo se acercaron corriendo hasta el lugar y arrojándose de rodillas a los pies de Gareth le suplicaron que aceptara la piedad que el guerrero caído pedía y supiera encontrar perdón en su corazón pues si matar al Caballero Rojo no reviviría a todos los caballeros a los que había asesinado, el dejarlo vivir si le daría la oportunidad de redimirse por sus crímenes y de servir al joven príncipe con honor y lealtad. Gareth acepto las suplicas y expreso que a pesar de sus atroces actos le era posible encontrar algo de perdón, pues entendía que todo lo hecho se debía al juramento del caballero hacia una dama, sin embargo exigió que cumpliera dos condiciones: En primer lugar que se rindiera ante Lady Lyoness y así mismo que reparara y restituyera cuánto daño y perdida la dama hubiera perdido, la segunda condición era que marchara hasta la corte del Rey Arturo y una vez allí se rindiera ante Sir Lancelot y Sir Gawain, pidiendo perdón a ambos y confesando el daño que pensaba hacerles, así como las razones que lo obligaban. Sir Ironside, como se llamaba el Caballero Rojo, acepto.
Por diez días Sir Ironside dio hospedaje en su cabaña a Sir Gareth y a Lynet, donde la dama se dedicó de tiempo completo a cuidarle y curar sus heridas y celebro festines y bailes en honor a los dos jóvenes. Durante este tiempo, y siendo fiel a su palabra, el Caballero Rojo se rindió ante Lyoness y dedico todo su esfuerzo, y el de sus sirvientes, en reparar los daños y restaurar las tierras hasta que la muerte estuvo totalmente complacida, una vez hecho esto se despidió de los jóvenes y marcho a cumplir con la segunda parte del pacto. Así pues cabalgo hasta que llego a la Corte del Rey Arturo y una vez allí, y delante de una gran multitud, pidió perdón a los dos famosos caballeros y relato las aventuras del joven desde el momento en que había abandonado ese lugar, la multitud se sorprendía al escuchar cada hazaña pues era sorpresivo que quien por un año fuera un ayudante de cocina fuera en realidad un caballero ejemplar, era por esto que no era extrañamente que el mismo rey fuera gratamente sorprendido y una vez tras otra resaltara la nobleza del joven pues siendo tan valiente y feroz caballero había decidido humildemente vivir en su castillo como un siervo más en lugar de pedir grandes dones y favores. Ante los comentarios del rey era Lancelot sonriente quien le aseguraba que el joven no solo era noble de corazón sino de cuna más sin embargo una promesa le impedía revelar la verdad sobre su origen. Todo fue alegría en la corte y desde allí celebraban las hazañas de Beumains, para molestia de un cierto senescal amargado.
- Lyoness y otras aventuras:
- Pasados varios días desde la derrota del Caballero Rojo y ya recuperado de la mayoría de sus heridas Gareth pidió permiso a Lynet para ir por fin a visitar a la dama que se había arrobado su corazón, Lynet asintió y ambos cabalgaron hasta el castillo pero cuál sería la sorpresa del joven cuando las puertas del castillo se cerraron frente a él y el puente era elevado, impidiéndole totalmente el acceso al lugar. Tanto Gareth como Lynet se cuestionaron sobre la razón de tal suceso pero la respuesta no tardó en llegar cuando Lyoness desde lo alto de una ventana le hablo a quien había sido su salvador pidiéndole que por favor se marchara pues no podría tenerla hasta que no hubiera conseguido más fama y que para ello le pedía que partiera a mas aventuras por un año más entonces en ese momento podría regresar para obtener una respuesta definitiva. El pobre Gareth visiblemente afectado por la respuesta de la dama se negaba a creer lo que oía comentando que nunca hubiera esperado ese trato de alguien por quien ya se había esforzado tanto y por quien estaba dispuesto a derramar hasta su última gota de sangre, más la dama replico que no debía preocuparse pues ya había demostrado ser un caballero digno y que sus heroicos actos lo habían hecho merecedor de su corazón, así pues le pidió que marchara pensado que los doce meses pasarían a prisa y que mientras tanto ella se mantendría totalmente fiel a su recuerdo. Gareth devastado por lo que acababa de suceder se dirigió al bosque con una expresión amarga en su rostro, totalmente decepcionado y sin importarte la dirección que tomaba, con solo su fiel enano como compañero. Durante la noche se hospedaron en una humilde e improvisada cabaña en bosque aunque le fue imposible dormir y al siguiente día continuo su viaje embargado de una gran tristeza y sin rumbo fijo, pasando la noche en un pantano y descansando sobre su escudo mientras su enano le protegía.
Por otro lado tan pronto Gareth se había internado en el bosque la dama del castillo había permitido la entrada a su hermana y pedido también la presencia de su hermano, Sir Gryngamore. Una vez estuvieron reunidos confeso que aunque amaba a Sir Gareth y no tenía duda de que era un hombre valiente y digno le ira imposible comprometerse y entregarse a él sin saber su nombre y la verdad sobre su origen, por ello le pidió a su hermano que cabalgara tras el joven y cuando tuviera oportunidad secuestrara a su enano para que este le contestara todo lo que ella deseaba saber. Sir Gryngamore se alisto para cumplir la petición de su querida hermana luciendo una armadura negra y cabalgando sobre un caballo igualmente negro siguió al caballero y a su enano desde la distancia esperando el momento oportuno para llevar a cabo su tarea. Cuando estos se encontraban descansando en el pantano y aprovechando que Gareth dormía se apresuró a sujetar al enano y cargarlo entre uno de sus brazos, sin embargo los rugidos y gritos del enano despertaron a Beumains a tiempo para ver a su fiel compañero desaparecer en la distancia en los brazos de un caballero negro. Armándose a prisa Sir Gareth cabalgo y les persiguió tan rápido como pudo aunque con gran dificultad debido a que desconocía totalmente el lugar, así pues cabalgo toda la noche por las estepas, las colinas y atravesó un denso bosque, durante la persecución su caballo tropezaba constantemente y en varias ocasiones estuvo a punto de caerse de él. Al alba el joven llego hasta la cabaña de un leñador y al preguntarle si este había visto a otro caballero negro pasar por el lugar con un enano el hombre asintió advirtiéndole que se trataba de Sir Gryngamore, un poderoso caballero que tenía su castillo a dos millas de distancia y quien era un temible enemigo si se le provocaba.
Mientras tanto Sir Gryngamore había llevado al enano ya hasta su castillo donde Lyoness le interrogaba e intentaba intimidarle para que le confesara todo sobre el campeón, su nombre, el de sus padres y el de la tierra de la que procedía, más el enano en lugar de sentirse intimidado respondía con serenidad a la mujer y revelando que el joven era Sir Gareth, el hijo del Rey Lot de Orkney y de la Reina Morgause, hermana de Arturo, procedió a advertirle que su amo era un caballero tal que pronto destruiría los muros del castillo y arrasaría las tierras cercanas si no le liberaban. La dama se sintió satisfecha y no viendo necesidad de hacer más grande el problema le invito a cenar. Por su parte y en honor de la visita de sus hermanas Sir Gryngamore ordeno un espléndido banquete así que todos se sentaron en la mesa y comieron alegres. Fue mientras comían que Lynet quien en otras horas había sido injusta y despiadada hacia Beumains ahora intercedía por él asegurándole a su hermana que las palabras del enano era cierta pues ella en el pasado le había insultado y ofendido sin piedad creyéndolo un simple plebeyo más el nunca había respondido de forma irrespetuosa o intentando hacerle mal a su agresora, y recordándole a Lyoness que ya ella misma había atestiguado su destreza con las armas. Se encontraban los hermanos discutiendo el asunto cuando desde afuera se oyó de forma estruendosa el grito furioso de Gareth que exigía que se le devolviera a su enano más al recibir una respuesta negativa por parte de Sir Gryngamore el joven le acusó de ser un vil cobarde y le reto a un duelo.
El señor del castillo se vistió nuevamente en sus negras armaduras y se dispuso a salir para luchar contra Beumains mas su hermana Lyoness le detuvo y le pidió que no combatiera contra el desdichado joven pues no era justo causarle más tormento por lo que era justo también devolverle a su enano, la muchacha confeso también que ahora que conocía que el joven no escondía un pasado turbio era capaz de amarlo con libertad además de siempre estar en deuda con él por liberarle del Caballero Rojo, así pues le pidió a su hermano que le invitara al castillo y se asegurara de entretenerlo y compensarle por los agravios más que por ahora ella se disfrazaría porque aún no estaba lista para que el joven supiera que se trataba de la misma mujer que le había ordenado marcharse y regresar en doce meses. Así lo hizo su hermano y disculpándose con Gareth le invito a aceptar su hospitalidad en el castillo prometiendo también devolverle a su enano sano y salvo, dicho esto busco al enano y junto a él fue hasta las puertas del castillo donde tomando de la mano al joven Beumains le jalo hacia el vestíbulo donde la esposa de Gryngamore le dio una cordial bienvenida. Estaban las doncellas organizando todo para celebrar un gran festejo cuando Lynet apareció junto a su hermana, quien ahora lucia hermosas y elegantes ropas, destilando una enorme sensualidad y disfrazada como si fuera una mismísima princesa.
Los trovadores asistieron al lugar y entre los cantos y el baile Lyoness se fijó la tarea de ganar el amor de Sir Gareth y no tardo en tener éxito, sintiéndose al tiempo totalmente enganchada y enamorada del apuesto joven, por lo que al cabo de solo un rato los dos compartían largas y ardientes miradas así como tiernas y cariñosas palabras. El joven secretamente deseaba que la mujer a la que había rescatado en el Castillo Peligroso no solo hubiera sido tan hermosa como la que ahora tenía en frente sino con la misma gracia y calidez. Sucedió que aun durante el banquete los jóvenes enamorados solo se sentían hambrientos por las miradas y las palabras del otro y Sir Gryngamore notando esto pidió prestada a su hermana por un momento y llevándola a un lado le comento que era visible que evidente que amaba al joven Gareth y que teniendo en cuenta su sangre noble y sus hazañas heroicas no se le ocurría nadie más digno para que la desposara por lo que le persuadiría para que se quedara en el castillo un tiempo más, por su lado la joven sonriendo le confeso que no solo era cierto eso sino que también podía afirmar que sus sentimientos por Gareth eran más fuertes que los que había sentido nunca por cualquier otro hombre. Luego de esto Gryngamore hizo lo mismo con Gareth y llamándole a un lado le comento que había observado las señales de amor entre él y su hermosa hermana por lo que si sus sentimientos eran reales y sinceros, como si lo eran los de su hermana, entonces le invitaba a vivir en el castillo por cuanto tiempo quisiera, prometiéndole que la joven permanecería a su lado dispuesta a entretenerle noche y día; el joven expreso que tal propuesta le hacia el hombre más feliz sobre la faz de la tierra y que ya que había jurado pasar doce meses en esa área el castillo de su anfitrión tenía la ventaja de estar lo suficientemente cerca en caso de que el Rey Arturo solicitara sus servicios. Cuando el joven regreso con Lyoness ésta se arrojó a sus brazos y le confeso su verdadera identidad, declarándole su total e incondicional amor y confesando que había sido ella la responsable del secuestro de su enano, con el fin de conocer su verdadera identidad y para reunir el valor de declarar su amor, el joven notablemente feliz correspondió a sus caricias y ambos se comprometieron.
Sucedió que durante la noche en lugar de dormir en una de las habitaciones, aconsejado por su amada Lyoness, el joven Gareth decidió dormir en el gran salón. Sin embargo Lynet, sabiendo que el plan de su hermana era visitar al caballero para entregarse a él en una noche de pasión y lujuria en lugar de esperar al matrimonio y la noche de bodas, decidió enviar un misterioso caballero armado con un hacha para que lo impidiera. Mientras Gareth y Lyoness se abrazaban y acariciaban el cuerpo del otro en un intenso beso el misterioso caballero apareció y separando a la pareja asesto un poderoso golpe hiriendo a Gareth en un muslo, éste en un movimiento desesperado alcanzo su espada y decapito al atacante antes de caer inconsciente por la pérdida de sangre y la profunda herida. Ante los gritos de Lyoness su hermano no tardó en aparecer en el salón y entre ambos llevaron al joven a una de las habitaciones donde trataron sus heridas, Gryngamore sintiéndose totalmente apenado de que su huésped hubiera sido herido mientras se encontraba bajo su protección, mientras tanto Lynet apareció en el gran salón y tomando la cabeza aplico un mágico ungüento en el cuerpo del caballero que hizo que cabeza y cuerpo se unieran una vez más y que el caballero cobra vida, ocultándose en una de las recamaras del castillo. Durante la noche Lyoness visito a su prometido una vez más y de nuevo la dulce pareja fue interrumpida por el misterioso caballero que hirió a Gareth una vez más en el mismo lugar, mas éste lleno de ira y preparado de antemano no solo corto la cabeza del atacante sino que también la corto en varios pedazos para después arrojar tanto el cuerpo como los múltiples restos por una ventana para que se esparcieran por los campos del castillo, todo esto antes de que nuevamente colapsara pues la vieja herida se había abierto y tuvo que ser tratado una vez más. Lynet nuevamente uso su mágica medicina y encontrando todas las piezas se apresuró a dar vida nuevamente al caballero caído aunque éste en esta ocasión simplemente huyo hasta internarse en el bosque donde nunca más se le volvió a ver. A la noche que siguió estos hechos fue Lynet quien visito a Gareth y apenada le confeso que era la responsable de los misteriosos sucesos que habían ocurrido en el lugar, para decepción y molestia de Gareth, pero cuando la damisela le explico que lo hacía por el bien de ambos pues su hermana Lyoness aún era virgen y Lynet deseaba que se conservara así hasta el matrimonio Gareth le perdono con sinceridad y riendo pasaron el resto de la noche contando historias.
Mientras esto acontecía los tres hermanos habían llegado a la corte de Arturo en Caerleon y se rindieron ante Arturo como Gareth les había ordenado, contándole al héroe con extremo detalle la forma en que el héroe había derrotado a cada uno y que ahora le servían con total lealtad, corroborando así la historia que Sir Ironside había contado días atrás e impresionando aún más a los presentes.
Sucedió que durante la fiesta de Pentecostés y mientras el Rey Arturo aguardaba la acostumbrada visita de los viajeros que venían a pedir sus favores en esta fecha recibió la inesperada visita de Morgause, Reina de Orkney y su propia hermana, quien molesta demandaba saber dónde se encontraba su amado Gareth. La Reina había oído las noticias de que el joven fue nombrado asistente de cocina y que por doce meses vivió como tal, exigiendo también por esto explicación del abuso y al maltrato al que había sido sometido por algunos durante este tiempo y reprochando la actitud de su hermano y sus demás hijos hacia el joven. Arturo y su sobrino Gawain se disculparon ante la enojada Reina y confesaron que durante ese tiempo no lograron reconocer al joven y que él tampoco había dado su nombre o algún indicio sobre su procedencia. Le revelaron a la Reina que Gareth había sido nombrado caballero por Sir Lancelot y que había emprendido en una aventura para rescatar a Lady Lyoness contándole emocionados los detalles de la aventura y prometiendo encontrar al joven, aunque Sir Gawain aconsejo a su tío que solicitara primero la presencia de Lyoness.
Cuando un mensaje llego al Castillo Peligroso, donde la joven pareja ahora residía, solicitando la presencia de Lyoness ante el Rey Arturo, el joven expreso que por el momento prefería que su ubicación exacta continuara siendo un misterio para los demás. Así pues Lyoness cabalgo hasta Caerleon, donde estaban apostados Arturo y sus caballeros, y una vez allí le aseguro que no sabía en qué lugar se encontraba Gareth en ese momento pero que le invitaba a él y a sus caballeros a un torneo que tendría lugar en el Castillo Peligroso durante el día de la Asunción de la Virgen y donde era seguro que tendría noticias de Gareth, Arturo acepto. Una vez la dama hubo regresado a su castillo el joven Gareth se alegró de verla y de oír las noticias que traía consigo aunque sintió preocupación pues su herida no le permitirá participar en el torneo. Lynet le dio ánimo al joven y buscando un poco de su milagroso ungüento se lo aplico en el cuerpo con ayuda de su hermana, en cuestión de un solo momento la herida de Gareth no solo se había curado por completo sino que todas las cicatrices que tenía por sus anteriores encuentros también habían desaparecido totalmente. Una vez el caballero se encontró listo para el torneo su amada le aconsejo que ya que Arturo traería a sus más valientes y fuertes caballeros él debía hacer lo mismo y llamar a los caballeros que ahora le servían para que fueran sus compañeros durante el evento, Gareth así lo hizo y los caballeros sintiéndose honrados acudieron de inmediato a la presencia de su señor.
Sucedió que justo antes del torneo Gareth pidió una vez más permanecer de incognito durante el evento, la verdad es que no quería recibir un trato preferencial por parte de su tío o de los demás caballeros que ahora conocían de su identidad, por este mismo motivo Sir Gryngamore le proveyó con un nuevo juego de armadura, dorada y resistente, así como de un nuevo corcel. Mientras tanto y por la misma razón Lyoness le dio al joven su anillo mágico. Un poderoso anillo sin nombre que poseía varias propiedades mágicas: En primer lugar exaltaba enormemente la belleza de las mujeres, aunque la explicación causo sonrojo en la joven cuando Gareth confeso que no notaba diferencia alguna al ella remover el anillo de sus dedos, algo que era más que palabras dulces pues la belleza de Lyoness era indiscutible con o sin anillo; la segunda propiedad del anillo era la de permitir a su usuario ocultar su identidad por completo, haciéndole totalmente irreconocible, y con este fin el anillo mágicamente cambiaba de forma o color los objetos que el usuario trajera consigo, sin importar si se trataba de ropa, armadura o incluso las armas que portaba en sus manos, finalmente el anillo contaba con una potente habilidad defensiva que impedía que su portador derramara cualquier gota de sangre mientras lo trajera puesto y se encargaba asimismo de sanar rápidamente cualquier herida que se le hubiera causado.
Durante el torneo los espectadores fueron testigos de combates excepcionales y de cómo Gareth derrotaba con habilidad a muchos famosos caballeros durante las justas, incluyendo a su propio hermano Sir Gawain, y entre los caballeros de Arturo solo se avivan las ganas de seguir combatiendo con cada nuevo encuentro, salvo por Sir Lancelot quien sospechando que el poderoso caballero era Sir Gareth había tomado la decisión de no participar y permitir así que el joven se bañara en la gloria de la victoria total. Con cada combate, y cada caballero que era desmontado de su corcel, la armadura y las armas del joven cambiaban de forma y color haciendo creer a los espectadores que se trataba de distintas personas y haciendo imposible reconocerle. Sin embargo la duda de los presentes fue resuelta cuando el enano de Gareth, pensando que era justo su amo disfrutara ya de su merecida fama y admiración, le convenció de quitarse por un momento el anillo y no había éste terminado de removerlo totalmente de su dedo cuando su armadura volvió a su tono dorado y su nombre aparecía grabado en su casco para sorpresa de todos los que observaban. A pesar de esto el joven aun deseaba partir en una última aventura por lo cual se puso nuevamente su anillo y enviándole un mensaje a su amada de que por favor le esperara por un corto tiempo más, se internó en el bosque cercano esperando que nadie le siguiera.
Después de algunos días de cabalgar Gareth llego hasta el castillo del Duque de la Rosa donde fue recibido por la esposa del duque en ausencia de éste; allí la mujer le dio hospedaje y comida más le advirtió que tuviera cuidado pues su esposo detestaba profundamente a los Caballeros de la Mesa Redonda. A la mañana siguiente el caballero partió y pronto se encontró en una montaña donde un caballero llamado Sir Bendelaine bloqueaba totalmente el paso e impedía el cruce a cualquier viajero hasta que algún caballero errante le retara a un duelo y le derrotara. Así pues Gareth y Bendelaine se enfrentaron y el caballero negro atravesó un costado de su rival con su lanza, hiriéndole mortalmente y causando que huyera a un refugio cercano solo para morir al poco tiempo. Veinte hombres armados estallaron en furia al ver que su amo había muerto y corrieron al encuentro del joven Gareth para cobrar venganza más al ver que no podían derrotar al caballero montado decidieron atacar y matar a su caballo; sin embargo incluso esto fue en vano pues aun a pie los veinte no fueron rivales para el héroe quien empezó a matarlos uno por uno hasta que solo quedaron cuatro, los cuales presa del pánico arrojaron sus armas y corrieron en distintas direcciones para salvar sus vidas. Gareth tomo el caballo de uno de sus atacantes y nuevamente resumió su viaje, llevando consigo la gratitud de los viajeros que ahora eran libres de cruzar la montaña. Gareth cabalgo y pronto llego a un castillo donde encontró a treinta damas sollozando, allí las damas le dieron la bienvenida y le explicaron que todas eran viudas pues un hombre conocido como el Caballero Marrón sin Piedad había matado a todos sus esposos y que anhelaban que algún noble caballero les vengara y las librara de aquel que seguía atormentándolas. Gareth busco y reto al Caballero Marrón y después de un corto combate le dio muerte, atravesándolo con su lanza, cumpliendo así la petición de venganza de las damas.
A la mañana siguiente el héroe se despidió de las damas y les pidió viajar hasta la corte de Arturo para que éste les diera protección, dicho esto emprendió camino en dirección contraria. El joven llego después de unas horas a otra montaña donde encontró al Duque de la Rosa, en cuyo castillo se había hospedado noches atrás, y quien al verle le reto a un combate. Durante el encuentro inicial Gareth derribo rápidamente a su rival y bajo de su caballo para luchar en el suelo, una vez allí y aunque el Duque de la Rosa demostró ser un fuerte y aguerrido combatiente, no paso mucho para que se viera derrotado por la espada de Gareth y se pusiera de rodillas pidiéndole clemencia y jurándole lealtad ahora que sabía lo que un verdadero Caballero de la Mesa Redonda era capaz de lograr con su férrea determinación. Gareth le perdono y le envío a la corte de Arturo para que le jurara también lealtad al rey y se disculpara por cualquier inconveniente que le hubiera ocasionado a sus caballeros, el duque agradecido por la piedad del joven marcho para cumplir su palabra. Sucedió que al mediodía, cuando no había pasado mucho desde que el duque había abandonado el lugar, un misterioso caballero que también vagaba por el lugar en busca de aventuras apareció en escena y sin ninguna palabra de reto o advertencia de alguno de los lados ambos se enfrentaron sobre sus caballos hasta que el misterioso caballero hirió a Gareth en un costado y este hizo lo mismo a su adversario, llevando el combate al suelo. Por dos horas lucharon ferozmente en las que en ocasiones uno mostraba tener ventaja pero después de un momento era el contrario quien tomaba la delantera, más el duelo se detuvo cuando Lynet, el antiguo tormento de Gareth y ahora su fiel amiga, que pasaba por el área al regreso de uno de sus viajes le grito al misterioso caballero, que en realidad era Sir Gawain, que por favor dejara de luchar contra su propio hermano, Gareth. Al oír el nombre de su hermano y sin pensarlo dos veces Gawain arrojo sus armas a un lado y se puso de rodillas frente al joven, rindiéndose ante él, Gareth por su parte al darse cuenta de que su oponente era su propio hermano arrojo sus armas y arrodillándose también se rindió, ambos hermanos se dieron en un fraternal abrazo y derramaron lágrimas de felicidad por el reencuentro, ahora no solo eran hermanos sino también iguales. Lynet se encargó de cuidar a los dos caballeros y de sanar sus heridas, entonces Gawain le pidió a la muchacha que fuera hasta la corte de su tío y trajera a su Arturo con ella, pues no solo estaban cansados sino que sus caballos también estaban exhaustos. Lynet se apresuró a cumplir la petición y no solo trajo consigo al rey sino también a Morgause y al resto de la corte, todos ansiosos por fin de poder reunirse y compartir un agradable momento con el noble Gareth.
Arturo se encargó personalmente de los arreglos de la boda entre su sobrino Gareth y la hermosa Lyoness, matrimonio que se llevó a cabo durante las festividades de San Miguel Arcángel y que tuvo lugar en el Castillo Peligroso. Dos de los hermanos de Gareth se casaron el mismo día: Gaheris con la joven Lynet y Agravain con Laurel, una sobrina de las hermanas. Los caballeros a quien Gareth había derrotado, incluyendo a Sir Ironside, los tres hermanos y el Duque de la Rosa, no solo fueron leales vasallos al servicio de Gareth sino que a todos se les ofreció también un lugar en la mesa redonda como caballeros del Rey Arturo. Después de sus hazañas Gareth sirvió como leal caballero y fue tomado como modelo e inspiración entre los jóvenes, debiendo gran parte de su fama a su falta de interés en la genealogía y las clases mientras prefería dar importancia a la generosidad y buenos modales de los que un verdadero caballero debía hacer gala. Uno de los hechos acontecidos después de su boda fue la trágica muerte de su padre y la traición de su madre, quien se había entregado como amante a Sir Lamorak, hijo del asesino de su padre, sin embargo por el respeto y amor que Gareth aun sentía por su madre y por el respeto que sentía hacia Sir Lamorak, a quien consideraba un caballero honorable y ejemplar, el joven se negó a participar en la venganza del resto de los hermanos y mientras estos mancharon sus manos con sangre, llenos de ira y deseosos de saldar cuentas, Gareth solo tomo distancia de ellos considerándole ya poco dignos del título de caballeros y lamentando no haber estado en ese momento para haber impedido el injusto crimen. Por otro lado el joven entablo una sincera y profunda amistad con Sir Lancelot, a quien admiraba como el mejor caballero que hubiera existido jamás, desafortunadamente llegaría el día cuando el Caballero del Lago le daría muerte a Gareth por accidente, destruyendo así, y de una vez por todas, la unidad de la Mesa Redonda.
Nameless Knight- Servant - Saber
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