Visitas extrañas [Privado]

¿Cuanto tiempo había pasado ya desde que había hecho un movimiento? ¿Días, acaso? ¿O era ya mas factible contar los meses que estuvo encerrado en su casa, seguro y sin tareas por realizar? La vida de un hechicero podía ser aburrida si estaba enfrascado en sus tareas de investigación, ciertamente, y eso no era diferente para alguien como yo, que decidí olvidarme de todo el asunto de la Guerra para involucrarme en el fortalecimiento de mi sangre y mi herencia, que un día dejaría a mis hijos, y ellos a su vez lo harían con los propios.

Encerrado era la palabra adecuada para describir como es que me sentía en estos momentos. No por el hecho de que alguien me impide salir, o porque colocaron una magia muy fuerte como para que yo pueda superarla. Era una especie de decisión personal, pero ya estaba agotado de estar siempre en lo mismo, siempre con la mente ocupada por maneras y planes de mejorar la taumaturgia familiar.

Pero ahora quería respirar aire fresco. Y por eso, solo por eso, dí unos pasos fuera de la puerta principal de la casa. Esta estaba ubicada en una buena posición, podría decirse, puesto que es un lugar bastante alejado de las zonas comúnmente habitadas por la población civil de Fuyuki. Eso, ciertamente, es conveniente para mí, que quiero paz y tranquilidad, además de un punto seguro en el cual llevar a cabo tanto mis investigaciones como mis planes. No estoy ocultándome por el mero hecho de que estoy en esta estúpida Guerra, o porque colocaron una Designación sobre mi cabeza, pero sino porque quiero estar solo.

Si quería ver a alguien, cosa que no pensaba hacer, tendría que caminar un buen trecho. Y, tal vez, por eso y solo por eso es que me sorprendía la visión que se presentaba ante mis ojos, posiblemente una alucinación producida por estar tanto tiempo solo y en algo peligroso.

-Interesante... ¿Y tu quien podrías ser?-Pregunté, apoyado contra el marco de la puerta viendo a la persona que, increíblemente, parecía haber burlado mi sistema de seguridad mágico-Claro, porque supongo que eres una persona de verdad y no un producto de mi imaginación sobredesarrollada.

Sinceramente, en estos momentos me parecía hasta bueno que ella se revele como una persona de verdad, de carne y hueso, porque así al menos tendría la oportunidad de hablar con alguien inteligente antes de tener que recurrir a sacarla de mi propiedad. Por más que me lleve bien con alguien, un intruso es un intruso, y por eso habría que patearlo sin dilación alguna.