Entrenamiento anterior a una cita [Privado. Gawain, Arturia y Rise]

La batalla desatada en el parque por fin había terminado, suspiré y miré a Gawain mientras este se dirigía a casa de Rise. Cerré los ojos, relajándome y tratando de borrar esas imágenes de mi mente, era por eso que odiaba la magia que tenía, podía entender de una manera distinta el sufrimiento de la gente, apreté más fuerte los ojos y los abrí de golpe – Gawain…gracias por protegerme – Susurré un poco antes de llegar.

Una vez en casa de Rise me lamente del estado en el que estaba, mi ropa estaba algo sucia, en especial del pantalón, mi cara manchada y la ropa en general impregnada ligeramente del olor a muerto, suspiré y toque el timbre de su casa, esperando que abriera. Una vez que ella apareciera en la puerta, trataría de excusarme – Lo siento, hubo una pequeña batalla en el parque y… – La abrazaría, en señal de disculpa y arrepentimiento. Después miraría a Gawain o tal vez el lugar en donde se suponía debería estar para sonreírle y nuevamente mirar a mi amada – ¿Te molestaría si descanso un poco? –

Off: Lamento lo corto u.u

Sus ojos seguían a Rise mientras la rubia se encontraba acostada en la cama, ciertamente, su mirada tenía un toque de curiosidad - ¿En serio.. - Dudó antes de continuar su pregunta -... la hace tan feliz tener una cita con el enemigo? - No pudo evitar pronunciar lo último con un enfasís, cosa de lo que se arrepintió - Master - Se sentó sobre el colchón - ¿Está segura de todo esto? ¿De estar enamorada? - Trataba de no mirarla - Si es así..¿Estaría dispuesta a renunciar a su venganza? ¿O la enfrentaría en un duelo posiblemente a muerte? - Arturia se mostraba preocupada por su master pero en el fondo también estaba feliz de que ella lo estuviera. Cerró sus ojos, esperando las respuestas de Rise - Vi lo feliz que es a su lado master e incluso ahora no puede ocultar lo feliz que esta.. - Sonrió un poco - Si gusta, las protegeré a ambas, no permitiré que nadie las toque -

En ese instante el timbre de la casa sonó - ¿La princesa azul llegó por su amor? - Rió un poco ante su broma - No, no seré el dragón o al menos no por hoy, dejaré que la princesa se escape de la torre - Sonrió y desapareció de la escena o aparentemente eso hizo pero aún seguía tras su master, protegiendola. Cuando vio a la chica peliazul se preocupo del estado en el que se encontraba pero se sintió aliviada ya que no tenía ningún rasguño y nadie los había seguido.

Corrimos por unos cuantos minutos entre callejones y calles desoladas, a pesar de que era aun temprano parecía haber poca gente en el sector. Era probable que muchos hubieran oído los rumores y hubieran decidido ir al lugar de la tragedia como espectadores de los hechos que allí sucedían así como también era posible que por la misma razón muchos decidieran esconderse por miedo a que se tratara de un ataque terrorista o algo. Me dejaba guiar por las indicaciones de mi Master, quien para hacer la situación algo jocosa, no sabía exactamente el lugar en el que se ubicaba la residencia –No se preocupe señorita Shirogane, ese es mi deber- Le dije sonriendo mientras nos acercábamos al lugar.

Una vez llegamos a la casa que marcaba “Residencia Kujikawa”, deje ir a mi Master, mientras yo me quedaba de pie un instante, sintiendo toda la fuerza que me daba el sol de medio día, sol que ahora brillaba imponente en el cielo. Sentí la presencia de una energía mágica acercándose desde la casa –Master, creo que es mejor si no me ven- Dicho esto regrese a mi forma etérea –Estoy a su lado por si algo sucede- mientras tanto buscaba rastros del otro Servant, uno que desprendía una energía muy similar a la mía, como si se tratara de un familiar o alguien a quien había conocido toda la vida…¿Sería posible tanta coincidencia?.

Estos últimos días habían sido algo agotadores y yo me sentía un poco cansada, tal vez era esa la razón por la que hoy me había despertado más tarde que de costumbre. Me cambiaba a prisa sin importar que mi Servant estuviera en la habitación –Confió en ella Saber, sé que no nos traicionara- Al momento que termine de ponerme la camisa me acerque a mi Servant y levante una de mis cejas –No lo sé, esas son cosas que solo se sienten- Deje escapar una ligera carcajada pero su pregunta la silencio –Eso…no lo sé, pero Naoto no tiene nada que ver con todo esto, ni siquiera el ganar la guerra tiene que ver…yo misma acabare a los Matou, con o sin la ayuda de un Servant- Calle por un momento en lo que fue un silencio incomodo, pero no me podía enojar ni nada, sabía que Saber estaba genuinamente preocupada por mi y lo que era mas, Naoto ya estaba tardando más de lo que debía. Le dirigí una sonrisa a Saber, intentando disimular un poco la preocupación –Lo soy, ella es especial- Tome una de sus manos con cariño –Gracias, confió en ti- En ese momento el sonido del timbre hizo que me sobresaltara.

Le dirigí una sonrisa a Saber ante su broma -¿Celosa?- Me apresure a abrir la puerta pero la impresión borro aquella sonrisa e hizo que abrazara a Nao por reflejo –Emichan…¿Qué te paso?- La abrace con fuerza y una lagrima resbalo por una de mis mejillas –Tonta, tonta…¿Por qué no me llamaste?- Hable con dificultad –Sabes que hubiera corrido a tu ayuda- Aun sin soltarme de ella la obligue a pasar y acostarse en el sofá. La mire de arriba abajo buscando signos de alguna herida que pudiera estar escondiéndome, pero para mí fortuna no había ninguna, solo lodo en su traje que parecía un poco desarreglado y un cansancio que no lograba ocultar –¿Que paso?- Dije tratando de calmarme mientras le sujetaba una mano con suavidad.

Mis brazos rodearon su cuerpo – Lo siento – Le susurré al oído mientras le di un tierno beso en la mejillas, dejándome llevar por ella para después sentarme en el sillón – Rise… no llores – Lleve mi mano hacia su mejilla y limpie la lágrima que había caído – No me paso nada – Sonreí y me puse de pie dándole un corto beso en sus labios – No quise hablarte porque no quería que nada te pasará – Acaricié su mejilla y me volví a sentar, preparándome para contarle exactamente que paso en el parque.

Suspiré – Una pequeña batalla – Trate de enfatizar pequeña, a pesar de que los recuerdos de la gente muerta aún seguían en mi mente – Iba de paso pero me llamo la atención…la curiosidad mato al gato – Agache la mirada – Pude ver como un servant trataba de matar a la master y mataba a decenas de personas que estaban en el parque – Apreté mi puño – La master está bien pero… – Callé por un momento, me dolía recordar el dolor que sintieron esas personas, esos gritos – Inmovilice al master enemigo con mi magia … hasta que llegó una supervisora – Traté de recordar el nombre de aquella pelinegra que detuvo esa matanza – Akiha Tohno – Miré a Rise y sonreí – Ahora que lo pienso… creo que esa master va en nuestra escuela – Me recargué en el respaldo del sofá y comencé a pensar – Tohsaka – Dije por fin – Si, sin duda era ella… - Sonreí un poco – Deberías estar orgullosa de tu novia, inmovilizó a alguien con su magia, quizá deberías darle un premio – Bromee tratando de olvidar todas aquellas muertes y me acerqué a ella – Te amo –

El oír la preocupación de su master y recordar la contestación anterior de está le bastó para entender que los sentimientos de ambas eran sinceros. La servant suspiró y se recargó en la pared, oyendo las palabras de Naoto. Caminó aún en su forma etérea hasta dónde recordaba haber visto un par de bokkens.

Una vez regresó, la servant no se atrevió a interrumpir el beso que seguramente habría, miró hacia el techo con seriedad, había algo en la energía del otro servant que le parecía familiar a la rubia, sus ojos verdes se cerraron y lanzó el bokken a un lado de Naoto, apareciendo en medio de la escena – ¿Te sientes orgullosa de solo paralizar al enemigo? – Arturia estaba notablemente molesta, tomó a Naoto de la blusa y gruño – ¿Qué harías si algo le pasará a Rise? ¿Simplemente paralizas al enemigo y huyes? – Soltó a Nao, dejándola caer en el sillón – Te ayudaré a dominar la espada – Dijo finalmente, a pesar de que Rise la tenía a ella y Naoto a su servant, quería que Naoto fuera fuerte y defendiese a Rise – Andando – La servant comenzó a caminar en dirección al patio, una vez allí le enseñaría lo básico a la novia de su master.

Entre junto a mi Master intentando no llamar mucho la atención, pero tampoco es que fuera necesario. Con solo verla la joven maga abrazo a mi Master, la preocupación era evidente en mi rostro, una sonrisa se dibujo en mi mente al darme cuenta de que mi joven maestra no estaba sola. Las seguí hasta la estancia y me mantuve de pie junto al sofá, aun en forma etérea para no ser un estorbo o algún tipo de impedimento en aquella romántica escena.

Una voz ligeramente hostil pero inconfundible para mi resonó en la habitación, sorprendido mire a la fuente y vaya sorpresa la que me lleve cuando vi a aquella mujer rubia de ojos verdes, aquella cuyo rostro había estado grabado en mi memoria desde mi niñez. A pesar de conocerla a la perfección pose mi mano en la empuñadura de Excalibur Galatine, no permitiría que nadie ni siquiera ella hiriera a mi Master. Una vez sus amenazas se cesaron y tomaron un tono más amigable la mujer se retiro, la seguí con mi mirada mientras tomaba el bokken que había dejado en la habitación.

Una vez en el patio me acerque a ella y me hice visible, en esta ocasión un casco blanco cubría totalmente mi rostro -¿Es así como se comporta el más famoso de los caballeros?- Moví ligeramente mi cabeza mientras una vez más sentía como el sol me renovaba -¿Atacando a una indefensa joven cuando ella solo quería proteger a los inocentes?- Di un ligero golpe al suelo, indicándole que no la atacaría hasta que ella estuviera lista –En guardia, Rey Arturo- Espere a que diera el primer movimiento.

Acariciaba su mano con suavidad mientras escuchaba atentamente su historia -¿Qué mas paso?- Aunque realmente estaba preocupada por Naoto sentía que al preguntarle eso solo lograba hacerla revivir aquel momento, aquel que parecía haber sido un poco traumático para ella –Esta bien amor, me basta con que estés bien- Bese su cuello con cariño mientras trataba de alegrarla -¿Tohsaka?- Dude por un momento –Supongo que era obvio que fuera una Master, siempre ha emanado una gran cantidad de poder mágico- Acaricie sus labios con cuidado para luego depositar un largo beso en ella –Por supuesto que estoy orgullosa- La abrace del cuello –También te amo Emi chan, puedes pedirme lo que desees- La bese una vez más –Para mí el premio más valioso me lo diste tu al salir con vida de ese lugar, pero la próxima vez por favor llámame- Intente hacer un gesto de enojo pero era imposible molestarme con ella, con esa chica que hacía que mi corazón latiera acelerado.

Una voz con una clara molestia interrumpió la escena, a pesar de que creía conocer ya a Saber su comportamiento me sorprendió –Saber… no es necesario- Calle un momento sin saber que hacer –Se que tú me protegerás no importa que pase Saber- Pero la Servant simplemente ignoro mis palabras mientras se retiraba al patio, esperando que su “rival” fuera tras ella. Me sobresalte al ver al Servant de Naoto aparecer ante mis ojos, aunque recordaba haberlo visto anteriormente en casa de Naoto en aquella ocasión no le había dado mayor importancia –Amor…creo que es mejor que los sigamos- Me puse de pie y le extendí mi mano a Naoto –No quiero que mi casa se convierta en un campo de batalla- Camine hasta el patio y me detuve en la puerta, observando aquella escena entre los dos caballeros de brillante armadura –Chicos… no tienen que hacer esto ¿Saben?- Sabia que probablemente no me harían caso, pero al menos debía intentarlo

Me sorprendí al escuchar la voz del servant de Rise, si bien no la conocía, entendía perfectamente sus palabras y la razón de su regaño y era porque yo también tenía ese sentimiento de protección hacia Rise. Finalmente caí nuevamente en el sillón de manera poco amigable y mi mano trató de tomar el bokken pero alguien me lo había ganado, mi sorpresa fue notable cuando me percate que era Gawain, quien estaba notablemente molesto por la actitud del otro servant. Miré a Rise sin saber que hacer y tomé su mano para después ir tras el otro saber y Gawain - ¡Esperen! - Mi voz sonó por todo el patio y me puse en medio de los dos, sorprendiéndome ante el nombre que mencionaba Gawain, cosa que bastó para no moverme de ese lugar - No tienen porque hacer esto - Mi voz sonaba clara, trataba de evitar aquella pelea a todo costa

Me quede un momento callada, si ellos se movían, aún así seguiría en medio de los dos, estaba decidida a no dejar que pelearán - No pueden pelear por una tontería así - Mi voz se relajó un poco - Saber, Arturo... no hay una razón - Mire a Gawain - Entiendo que te preocupes pero también comprendo los sentimientos del Rey - Si aún así seguían tan decididos a iniciar una batalla me vería obligada a decir - Entonces, tendré que usar un Command Spell para detener esta estúpida pelea -

Arturia miró un sorprendida a la persona que apareció tras de ella con el bokken en la mano, no porque fuera el servant de la novia de su master, si no por el hecho de que conociera quien era ella, sonrió y se puso en guardia - Solo quería ayudarla a no ser tan indefensa - Observó al servant de pies a cabeza, tenía la impresión de haberlo visto antes - Comencemos - La voz de Rise y Naoto interrumpieron su pelea en especial cuando la segunda se interpuso en medio de ellos. La rubia miró a su oponente y bajó la guardia - No lo tomes como una pelea - Su voz había dejado el rastro hostil de hace unos momentos, ciertamente las palabras de la chica la habían tocado y se había dado cuenta que el servant enfrente de ella tenía razón, era una buena persona que solo deseaba proteger, aunque fuera débil y por eso deseaba ayudarla pero en vista de los sucesos, eso no le sería posible. Aclaró su voz - Tomalo como un entrenamiento para estar mejor prevenidos - Sonrió un poco - ¿No es así, Saber? - Miró de reojo a Rise, su master - ¿Por qué no entrenas con Rise? - Sus ojos verdes se centraron nuevamente en el servant - ¿Por qué no retiras tu casco? - Dudo si ponerse en guardia o no - Conoces mi nombre a pesar de solo ver mi apariencia, eso quiere decir que eres un caballero de mi época aproximadamente - Finalmente alzó el bokken en posición - Comencemos esto de una vez por todas - Diría si Naoto accedía a retirarse del lugar.

Mire a mi oponente de abajo a arriba, era tal como la recordaba –Para eso me tiene a mi…¿no crees?- Deje escapar una leve carcajada –Es el deber de un caballero proteger al señor a quien sirve- A pesar de la impresión que podría provocar no había hostilidad alguna en mis palabras –Si necesita quien la defienda me tendrá a mí como su escudo, si necesita avanzar para alcanzar su destino yo seré la espada que limpie el camino- Calle por un momento mientras seguía en posición de combate –Si necesita entrenamiento seré yo quien le enseñe lo necesario- Sonreí aunque sabía que mi expresión era anulada por aquel casco.

Me llene de orgullo en el momento en que mi Master se paro en medio de la escena con tanta valentía y determinación, sin duda a pesar de su edad era una chica digna de todo mi respeto –No te preocupes señorita Shirogane- Hable con un tono amigable –Seria buena idea que entrenaras con ella, así podrían pasar el rato y podrías demostrarle a la señorita Kujikawa lo fuerte que eres- Volví a fijar la vista en mi oponente –No se trata más de un combate amistoso entre dos caballeros de épocas pasadas, cuando el mundo era un lugar violento y agitado- Volví a soltar una ligera carcajada ante la petición de mi adversario –No quiero que me consideres un rival tramposo o que trato de jugar sucio, pero preferiría no cumplir esa petición por ahora- Aliste mi Bokken mientras esperaba que mi Master se hiciera a un lado.

Me lance sobre mi oponente en un ataque frontal pero sin descuidar mi guardia, listo para simplemente dar un salto atrás en el momento en que intentara interceptarme –¿Lo recuerdas aun Rey Arturo?- Trataba de imitar sus movimientos y bloquear sus ataques –Aquella época donde la lealtad y la valentía eran los valores más importantes en un caballero- Sin mayor esfuerzo me mantenía al ritmo de sus ataques, sin ser agresivo en mis movimientos pero bloqueando todo los ataques que dirigía hacia mi –El mundo se ha vuelto un lugar corrupto, pero aún quedan cosas dignas de proteger…es por eso que sin importar quien lo intente, no le permitiré herir a mi Master- Me lance a ella a gran velocidad para derribarla.

Los nervios se apoderaron de mi cuando vi que Nao ya no estaba a mi lado sino en medio de aquella escena, si bien sabía que Saber no sería capaz de atacarla directamente si sentía miedo que pudiera salir herida en el enfrentamiento de aquellos dos Servants. Corrí preocupada hasta donde estaba, dispuesta a usar un CS de ser necesario, y la jale suavemente –Amor, es mejor que ellos arreglen sus problemas solos, se que todo estará bien- La lleve de nuevo hasta la puerta –Ehh chicos, estaremos adentro un rato…traten de no llamar mucho la atención- Entrelace los dedos de mi mano con las de Nao y la obligue a entrar a la casa.

La di un pequeño recorrido por el primer piso de la casa para finalmente llevarla hasta el dojo -¿Quieres entrenar o algo?- Le pregunte con una sonrisa mientras la empujaba contra la pared, presionándola con mi cuerpo, y le daba un largo beso en los labios –Te amo demasiado Emichan- Mordí sus labios con ternura e intentando no hacerle daño –Bueno creo que es hora de iniciar o luego nadie los soportara- Acaricie una de sus mejillas y di media vuelta hasta el estante cercano. Tome un bokken y se lo arroje mientras tomaba otro para mí y me paraba en la mitad de la habitación –Te advierto que no soy una experta, pero no te dejare ganar- Sonreí traviesamente –Quien gane puede pedirle lo que desee a la perdedora, lo que sea- Recalque. a pesar de la distancia entre las dos hice un gesto como si intentara enviarle un beso desde mi posición –Esta será mi venganza por haberme preocupado así- Solté una pequeña carcajada para luego verla con dulzura.

Accedí a retirarme del lugar, confiaba en que Gawain no permitiría que algo pasará. Me relajé y miré a Rise, sintiendo como nuestros dedos se entrelazaban, sonreí un poco sonrojada. Entramos a la casa y ella me mostró su hogar o al menos el primer piso, mi sonrisa y mi sonrojo era inocultables, me sentía bien estando a su lado aunque por una parte me preocupaba el enfrentamiento fuera de la casa.

Mi sonrisa se borró al llegar al dojo - ¿Entrenar? - La miré curiosa - Eh.. - Cualquier palabra que pudiera salir de mi boca fue cortada por su beso, lleve mis manos a su cuello y lo rodee, volviendo a unir nuestros labios con ternura - Yo también te amo - Lamí sus labios y reí aunque nuevamente fui silenciada, no deseaba mucho entrenar. Tomé el bokken con resignación y la miré, en realidad no sabía mucho de kendo, sonreí un poco y agradecí que Gawain se metiera o si no el Rey Arturo me hubiera ganado sin siquiera hacer el esfuerzo. Respiré hondo, no era tiempo para dudar, tenía que demostrarle ahora que era fuerte, aún con lo poco que sabía - Lo que sea - Repetí y sonreí, hice el gesto de atrapar el beso y ponermelo en los labios, reí un poco.

Mantuve mi sonrisa - ¿Me pegarás como venganza? - Reí y la miré con ternura - Si yo gano, tendrás que quedarte conmigo por siempre, esa será mi petición - Di el primer golpe a su bokken, indicando que la pelea había empezado. Mis movimientos eran precavidos, tenía miedo de lastimarla pero a la vez eran un tanto torpes, aún así trataba de seguirle el paso y bloquear sus ataques. Si lograba parar una vez el bokken con la mano, la jalaría y uniría nuestros labios en un beso para después soltarla y seguir prácticando.

Arturia alzó una ceja, mirando el apretón de manos entre las magas. En su vida como caballero jamás se había sentido así y ahora le era difícil descifrar ese sentimiento, sacudió ligeramente la cabeza, ella no era una mujer, era una guerrera, le era imposible sentir celos por Naoto - ¿Verdad? - Pensó. Cerró los ojos, Naoto era una master enemiga, lo que sentía en ese momento era el deseo de proteger a Rise de cualquier daño por su deseo de ganar el Grial, si, eso era todo.

La chica volvió a fijar su mirada en el servant de brillante armadura, sonrió y un simple salto hacia atrás basto para evadir el primer ataque, sus ataques eran rápidos, dignos de un caballero de su clase, no le sorprendió ver ese servant podía seguirle, volvió a dar un salto hacia atrás - ¿Un caballero de la mesa redonda? - Sonrió - ¿Lancelot? - Su mente descarto en seguida a ese caballero, ya le había visto antes, su armadura no era precisamente blanca - No...el fue corrompido - Murmuró más para sí misma, aunque la rubia estaba segura que su enemigo podía oírla con total nitidez - Es cierto que tu master parece ser digna de tal honor - Dejaría que el servant fuera contra ella, poniendo el bokken a la altura del casco, la velocidad con la que iba y si lo hacia en el momento adecuado, sin importar que su arma se rompiera, posiblemente le tumbaría el casco y luego, si lograba hacer eso solamente sonreiría al ver quien estaba debajo y lo saludaría como el viejo amigo que era pero si llegaba a fallar, tendría que ponerse de pie de alguna forma, pasará lo que pasará, seguramente su bokken se rompería y si el servant deseaba seguir, Excalibur debería aparecer en escena.

Por alguna extraña razón frene mi ataque y solté una carcajada al oír aquel nombre -¿Lancelot?- Mi risa tenia un toque tanto burlón como de nostalgia –Me confundes por el caballero que portaba negra armadura, Arturia- Aunque no me moví mientras hablaba tampoco dejaba puntos débiles visibles en mi postura –El blasón que me representa es el de sol, brillante y con una luz purificadora pero capaz de cegarte si te acercas demasiado- Reí una vez mas –Mi armadura blanca ha sido siempre de este color aunque no siempre lo haya merecido, así que te ruego no me confundas con un caballero de tan oscuras vestiduras- Una llama en mi interior parecía arder con mas pasión ahora que había escuchado ese nombre una vez mas, en especial viniendo de ella –Si lo es, y como un caballero que ha jurado proteger a su rey y su amada patria yo he jurado protegerla a ella con mi espada, armadura y vida si es necesario- Terminadas mis palabras y pudiendo leer sutilmente las intenciones de su postura, de un salto subí a la rama de un árbol, lo suficientemente espeso para que ella no pudiera ver el lugar exacto en el que me había escondido –Por el honor de un caballero, por el espíritu de un caballero- Hice énfasis en aquellas palabras y de repente una armadura resplandeciente saltaba desde el árbol con bokken en mano en dirección a la Saber. El bokken de aquel guerrero de blanca armadura golpeo en el pecho de Arturia desestabilizándola pero sin hacerle daño, a cambio su casco había volado por los aires dejando visible solo una armadura vacía que parecía moverse por cuenta propia.

La armadura se puso de pie y extendió la mano a su oponente -¿Me recuerdas ahora?- Mi voz pudo oírse desde detrás de la escena, había aprovechado el ataque de la armadura y el momento de golpe para ubicarme tras ella pero ahora ya no habían armas en mi manos ni casco en mi cabeza, tan solo estaba yo recostando contra uno de los muros que separaban esta propiedad de la de los vecinos, mi cabello dorado parecía resplandecer levemente a la luz del sol de la tarde -¿Recuerdas al caballero que partió al encuentro de su propia muerte?- Sonreí -¿El que por su sed de aventura protegió a su pueblo sin dudarlo ni un instante aunque eso le hubiera podido costar la cabeza un año después de eso?- Me acerque a ella y me arrodille –Sir Gawain caballero del sol a tu servicio, Arturia- La mire a los ojos y sonreí –Tu leal caballero eternamente, aunque ahora debo proteger a un nuevo amo- Me puse de pie y ahora era yo quien extendía mi mano -¿Deseas continuar o has perdido ya las ganas de luchar?- La armadura hacia tambien una reverencia y desaparecia.

Reí con ella –Jamás haría algo como eso tontita, solo quería asustarte- Hice un gesto con mi mano disponible –O al menos eso intentaba hacer, realmente todo lo que se es lo que me ha enseñado Saber en estos pocos días- Hice una postura tonta y por poco me resbalo aunque todo era parte de la broma. Luego de ponerme firme nuevamente tome una postura un poco más correcta –En guardia dije en voz baja-Si es que realmente deseas que tu deseo se cumpla- Bloquee su golpe sin mucha dificultad y contraataque con cuidado. Debía confesar que le había mentido a Naoto en algo pues aunque no se lo hubiera dicho el Kendo era algo que siempre me había gustado practicar, tal vez era por ello que intentaba ser lo más suave en mis movimientos pues un bokken era mucho más peligroso que un shinai un golpe con un exceso de fuerza podría provocar fácilmente una fractura, era por eso que el control era básico. Sonreía mientras atacaba y contraatacaba, analizando los movimientos de mi oponente pero sin tratar de buscar una apertura en su defensa, simplemente deseaba prolongar el momento, estar con ella tanto como me fuera posible.

Después de un rato mis movimientos habían empezado a hacerse mas y mas lento, como si quisiera que ella me ganara, en uno de los golpes algo paso, su mano sujeto el bokken de forma peligrosa y sus labios se unieron a los míos –No hagas cosas tan peligrosas- Esta vez fui yo quien tomo la iniciativa para un nuevo beso –Nunca quisiera enfrentarte en un combate real, aunque eso significara retirarme de la guerra- Mi corazón se acelero, Naoto y yo no éramos tan diferentes pues después de todo yo tampoco tenía ningún deseo para pedirle al grial, la única razón por la que había entrado a la guerra era para poder enfrentar a los Matoh pero nunca me había sentado a pensar que pasaría si ninguno de ellos fuera un participante, en ese caso ser una competidora del Grial no me servía para mucho. Solté mi bokken y la abrace –Prométeme que cuando esto acabe te quedaras a mi lado- La mire con un poco de tristeza –Es por eso que no quiero que pongas tu vida en riesgo, no quiero perderte a ti también- Mi abrazo se hizo más fuerte y pocas lagrimas se derramaron por mis mejillas –Si quieres dejamos el entrenamiento aquí, podemos continuarlo luego si lo deseas- Escondí mi rostro en su pecho.

Recibí su beso con ternura y sonreí al escuchar sus palabras - Amor, tranquila - Correspondí su abrazo con fuerza, no quería separarme de ella - Tonta, tonta - Bese su mejilla con ternura varias veces y luego busque sus labios para también besarlos - Nunca me apartaría de tu lado, jamás en esta vida ni en las siguientes - Deshice nuestros abraza, solo para limpiar sus lágrimas con mis dedos, acariciando sus mejillas tiernamente - No me gusta verte llorar - Uní nuestros labios una vez más - Eres el amor de mi vida, no me apartaría de ti - Busque sus manos y entrelace nuestros dedos, apretando suavemente sus manos - Descansemos, amor, ya podremos entrenar luego - Sonreí y la bese con ternura.

La abrace por la espalda con fuerza pero no demasiada para evitar que se lastimara, me senté en el piso, jalandola conmigo, sin importar que el peso nos empujara para atrás. Reí y bese su cuello - Señorita Shirogane, prometo amarla, respetarla, apoyarla y estar con usted hasta que el destino nos separe - Busque su mano para entrelazarla nuevamente con la mía - Se que no es mucho, pero ¿Aceptaría eso a cambio de que usted se quede conmigo para siempre? - Reí tiernamente en su oreja y luego bese su mejilla - Te amo, Rise, con toda mi alma - Volví a reír - Amor, creo que..deberíamos bañarnos - Me sonrojé al darme cuenta de mis palabras, recordando lo que había pasado en la tienda departamental - S-solo si quieres, d-digo, n-no tiene porque ser juntas - Cerré mis ojos y volví a besar su cuello - Te amo, te amo -

Off: Disculpen la tardanza u_U!