Después de la batalla (+18/Privado)

El camino a la casa fue largo pero por fin habían llegado, Rin se bajo de los brazos de su servant y entró sin más a su hogar, una vez dentro miró a Kenshin – ¿Gastaste mucho mana? – La chica se puso roja sin explicación, su mente divagaba sobre una magia que conocía, aunque solo superficialmente, la magia sexual, ella bien sabía que era una buena forma de recuperar la mayor parte del mana o al menos eso decía en los libros. Rin se acercó a Kenshin y la abrazó del cuello, dándole un beso y transmitiéndole el prana que le quedaba a través de el – Lo siento, yo también gaste mucho – Rió y se separó de ella, mirando hacia otro lado.

La pelinegra dudó – ¿Es suficiente? Después de todo…creo que usaste tu Reality Marble… – Abrazó a Kenshin y hundió su rostro, dudando sobre si proponérselo o no, finalmente abrió la boca – He oído algo sobre…magia sexual – Su rostro se sonrojó más – Tendríamos que hacer el amor… – No pudo decir nada más, mientras comenzaba preguntarse porque cuando estaba con su servant, dejaba salir ese lado que nadie más había visto, es lado tierno y débil – Todo sea por ganar…o quizá haya algo más… – Eso último lo susurró, en ese momento puesto que estaba demasiado apenada para confesarlo tan abiertamente, la chica se sentía por demás confundida sobre sus sentimientos, su corazón latía de manera rápido y solo pudo besar a su servant para encontrar una respuesta, la quería, después de esos momentos de apoyo que le había demostrado y el que la protegiera sobre todas las cosas, le había bastado a su corazón para cederle un lugar, quizá el más importante en su vida – La cama – Susurró cuando sus labios se despegaron

Llegamos a casa sin ninguna complicación mayor después de aquella intensa batalla en el parque. Mi Master se libero de mis brazos y entro a la casa por su cuenta, mientras yo me quedaba de pie afuera por unos momentos, solo en caso de que alguien nos hubiera seguido o hubiera algo inusual en el sector. En el momento en que entre le dirigí una cálida mirada a mi ama, para que ella pudiera comprobar por sus propios medios que todo estaba bien, realmente no había sufrido daño alguno y de haberlo tal vez había sido solo a mi orgullo, por haber luchado con un rival que obviamente estaba por debajo del nivel que yo había esperado. Me acerque a ella –Solo un poco mi señora, pero no es nada importante- Acaricie una de las mejillas de mi ama con cariño, como si quisiera trasmitirle la seguridad que ella me causaba a mí.

Me lleve una grata sorpresa al momento en que sus brazos se enredaron en mi cuerpo y nuestros labios hicieron contacto, mi corazón latió ligeramente más rápido –Perdón ama, debí haber vuelto más aprisa- En el momento en que nuestros cuerpos se alejaron una de mis manos busco su hombro, como si no quisiera que ella tomara distancia –No te preocupes por eso Master, es solo que pensé que era mejor si no te ponía en riesgo a ti ni a las demás personas en el parque…pero creo que mi esfuerzo fue en vano- Mi cara reflejo nuevamente la tristeza y la impotencia de haber visto tantas víctimas inocentes en aquel lugar. Cosa que desapareció rápidamente en el momento en que sentí el tacto de Rin nuevamente -¿Si?- Me sonroje de inmediato y los latidos de mi corazón ya parecían martillazos –Am…ama- La abrace con firmeza y acaricie con cariño su espalda como ya lo había hecho una vez en el pasado –No tiene que hacerlo si la incómoda, no me molestaría dormir unos días- Mis dudas pasaron a un segundo plano cuando me volvió a besar, esta vez el beso tenía algo especial, algo mágico. No podía negar que sentía cierta atracción por la chica de cabellos oscuros que tenia frente a mí y había algo, algo que me hacia estar segura de que yo tampoco era ajena a sus sentimientos.

Cedí a su petición –Entiendo Master- La cargue en mis brazos con cuidado hasta su habitación, sonriendo mientras trataba de disimular la vergüenza que sentía en ese momento, lo roja que debía encontrarse mi rostro. Una vez en su habitación la deje caer con cuidado sobre su cama mientras yo me inclinaba a su lado con algo de timidez, era la primera vez que me encontraba ante tal situación. Bese sus labios con ternura mientras una de mis manos acariciaba su pecho, aun cubierto por su ropa, haciendo principal énfasis en uno de sus senos, lo masajee suavidad. –Perdón- Dije apenada en el momento en que me percate de la situación –Master…el amor, es un arte en el que soy ignorante- Admití mientras retiraba mi mano y cerraba mis ojos, algo nerviosa por cual sería su reacción ante mi revelación.

Rin se dejó llevar por su servant hacia la cama mientras la abrazaba con cuidado del cuello, apenas sintió la cama bajo su cuerpo, con un leve pero suave golpe de está, soltó el cuello de Kenshin. El beso de la servant fue correspondido por la master quién se estremecía ante el suave toque de está, miró curiosa a su servant y le acarició la mejilla - ¿Quién dijo que yo era una maestra? - Acercó nuevamente sus labios y le dio un beso - También soy ignorante en el amor, Kenshin - Cerró sus ojos y volvió a depositar un tierno beso en los labios de la servant - Aún así estoy segura de querer hacer esto contigo - Sonrió

La pelinegra se puso de pie y comenzó a retirar la armadura de su servant, con algo de lentitud debido a la pena que sentía, su corazón latía de manera acelerada y sus mejillas estaban completamente teñidas de rojo - ¿Te sientes cómoda en hacerlo conmigo? - La cuestionó antes de intentar retirar el vestido que llevaba tras esa pesada armadura. Recostó su cabeza en el pecho de Kenshin - Te quiero - Le susurró y sus manos acariciaron con suavidad el cabello de su amor - Eres hermosa - Volvió a besar y trató de quitarle la última prenda que cubría la ropa interior.

Las palabras de mi joven maestra me dieron algo de tranquilidad –Gracias…gracias por permitirme el honor- Dije casi entre susurros después de sentir sus húmedos labios –Aun no lo entiendo bien…pero eso me hace feliz- Sonreí al tiempo. Mi cuerpo reaccionaba a su contacto, a sus suaves y delicadas manos las cuales intentaban arrancar la armadura que hasta ahora me protegía, mi corazón se acelero mientras intentaba conservar mi mirada fija en ella, temerosa de lo que pudiera pasar pero aun así estaba segura que deseaba esto. Acaricie su mejilla al escuchar la pregunta –Si no fueras tu no sería con nadie más- Trate de alcanzar su mejilla y depositar un corto pero tierno beso en ella. La abrace al momento que mi corazón parecía latir más rápido que antes, mi sonrojo y mis nervios eran ya imposibles de disimular –Y yo a ti Rin- Me estremecí de nuevo con sus caricias.

Una vez me había liberado de casi todos mis atuendos por instinto intente cubrir mi cuerpo, tapando mis senos con mis brazos –Lo..lo siento Master- Mire al piso –No sé si yo sea suficiente- Me acerque a ella y la abrace, hundiendo mi pecho ahora desnudo contra el suyo mientras besaba apasionadamente sus labios –Pero intentare hacerlo lo mejor posible- Mis manos se deslizaron por su espalda hasta su falda, la deslice en repetidas ocasiones y la empuje suavemente contra la cama, cayendo con ella mientras continuaba con las caricias.

No puedo evitar ponerse nerviosa a medida que esa prenda caía, su corazón latía con rapidez y fuerza - Kenshin - Susurró con ternura y tomo las manos de su servant, quitandolas lentamente - Eres suficiente para mí - Soltó las manos de su servant y la abrazó del cuello, sonrojandose y estremeciendose al sentir sus senos en contacto. Besó a Kenshin con pasión, usando su lengua para invadir completamente la boca de la pelinegra - Son tan...- No pudo terminar la frase gracias al contacto del servant con su parte trasera - Grandes - Posó sus manos sobre los senos de la chica y los masajeo con cariño.

Se dejó caer en la cama, apartando a su servant de su cuerpo, solo para retirar aquella estorbosa blusa roja que evitaba ese contacto que tanto deseaba. Tomo las manos de su servant y las puso en el broche de su sostenedor - Quiero que tu des ese paso - Sonrió y volvió a unir sus labios, segura de lo que hacía - Me gustas - Confesó y acarició su mejilla, una vez que sus senos estuvieran al aire, los volvería a juntar con los de Kenshin - Quiero ser tuya - Susurró bastante apenada y con la cara completamente roja - Solo tuya - Cerró sus ojos y la besó, al momento en que sus pezones se rozaron, haciendola soltar un pequeño gemido.

Me sonroje ante su comentario y un pequeño gemido fue a parar directo a uno de sus oídos –Son tuyos- Di un rápido vistazo a mis senos para que entendiera a que me refería. Mire maravillada aquel cuerpo tan delicado y hermoso que se encontraba oculto bajo la camisa. Con nervios y unas manos bastantes temblorosas desabroche su sostenedor –Te amo Rin…es más que solo gusto- Sonreí. Nuestros cuerpos hicieron contacto mientras mi piel parecía sentirse cada vez más sensible –Que así sea mi señora- Mi respiración se hacía algo pesada –Porque yo ya soy toda tuya, en corazón y mente- La sensación que producía aquel roce era increíble, provocando que la cantidad de gemidos que salían de mi boca fueran en aumento.

–Te amo- repetí luego de unos momentos, nuestros cuerpos ya se humedecían un poco con el sudor. Mientras una de mis manos recorría la figura de su cuerpo, mis labios fueron descendiendo hasta su cuello el cual bese en repetidas ocasiones. Me pose sobre su pecho y lo bese solo para después jalar uno de sus pezones con mis dientes, envolví el otro seno con una de mis manos y lo moví de forma circular mientras lo apretaba sin aplicar mucha fuerza –Mi señora, en serio eres perfecta- Finalmente baje lo suficiente para encontrarme frente a su falda la cual alce después de pensarlo un rato –Perdón- Susurre sonrojada y di varios besos sobre su panty –¿Me estoy excediendo?- Una sonrisa nerviosa se hizo visible.

La pequeña capa de sudor comenzaba a aparecer en sus cuerpos – Kenshin – Gimió Rin, juntando aún más sus senos, se estremeció al sentir los labios de Kenshin sobre su cuerpo, era increíble como cada toque de esa mujer la hacía sentir increíble, como si estuviera en el paraíso. Beso con ternura el hombro de su servant mientras ella besa su cuello – Dejará marca – Susurró, aunque eso le daba igual, quería que todos supieran que tenía una dueña.

Gimió más fuerte, casi fue un grito al sentir su pezón jalado, no fue uno de dolor, si no de puro placer, la pelinegra ya no podía pensar con claridad debido al placer que estaba sintiendo en ese momento, solo quería más. Acarició el cabello de Kenshin con ternura – No dudes amor – Sonrió, tomando su panty del elástico y bajándolo lentamente, avergonzada y sonrojada. Beso con ternura los labios de Kenshi para después alejarla por un momento, solo para abrir un poco más las piernas y que ella viera bien – T-te amo, Kenshin – Murmuró sonrojada. Tomo con cierta delicadeza la mano de la arquera, lamiendola con lujuria y después llevandola a la entrada de la vagina, cerró los ojos, lista para dar ese paso y movió sus caderas hacia abajo, soltando un gemido y sintiendo su vagina abrazar los dedos de Kenshin - A-amor - Susurró tratando de hablar con coherencia - ¿P-puedo lamer? - El sonrojo en sus mejillas aumento. Apretó más sus piernas, en señal de que no era a los dedos lo que quería tener en su boca.

Me sorprendí un poco al ver lo que mi Master hacia, aun así debía confesar que tanto me gustaba como me alagaba. Una vez termino de correr su panty acaricie su vagina con delicadeza usando dos dedos –Me encanta- Confesé sonrojada mientras parecía hipnotizada o encantada ante tan maravillosa vista –También te amo- Me deje llevar, permitiéndole que tomara mi mano y la moviera a su voluntad, mi mano tembló ligeramente en el momento en que mis dedos fueron entrando en su húmeda vagina, la cual parecía estarme invitando a entrar, los moví lentamente y con suavidad en su interior, buscando darle el mayor placer posible mientras yo cerraba los ojos y me dejaba llevar por sus gemidos. Sus palabras me tomaron desprevenida –Si eso quieres mi señora- Acto seguido mi pecho se inclinaba sobre su cara, haciendo que uno de mis pezones rozara sus rosados y carnosos labios. Con mi mano disponible apreté ligeramente mi seno y termine de introducirlo en su boca, nerviosa sin saber si lo estaba haciendo bien o no, el movimiento de mis dedos parecía acelerar ligeramente cada cierto tiempo –Te amo- Repetí.

Después de un rato yo me encontraba sentada sobre una de sus piernas, moviendo mis caderas y rozando mi vagina contra su piel mientras mis dedos seguían entrando y saliendo aprisa de su vagina. Mi pezón ya no se encontraba en su boca y era ahora yo quien jalaba uno de sus pezones con mis dientes -¿Cómo…como vas?- Pregunte aun nerviosa -¿Qué tal lo he estado haciendo?- Mi vagina humedecía su pierna con cada movimiento que daba sobre ella, mis pezones se encontraban tan rígidos que sentía placer al mas mínimo toque que sufrían, me deje caer del todo sobre su cuerpo y saque los dedos de su vagina, recorriendo su cuerpo con ellos mientras dejaba un pequeño camino hecho con sus propios fluidos, mi respiración se había tornado demasiado pesada -¿Qué quieres hacer ahora?- Pregunte.

Rin abrió su boca, esperando que Kenshin introdujera su seno en ella, comenzó a succionarlo, como si se tratara de un bebé siento amamantado por su madre. La pelinegra parecía encantada por el tamaño de los senos de su servant, eran bastante grandes y suaves, en algunas ocasiones, abría la boca para soltar ruidosos gemidos producidos por el placer que estaba sintiendo por su vagina con cada pequeña embestida de los dedos de Kenshin - También te amo - Sonrió un poco, aunque sus palabras fueran poco entendibles por el seno que tenía en su boca.


Tras un rato de estar siendo masturbada por Kenshin, Rin se sorprendió de la acción de su servant, lo mojada que estaba la vagina de está y los rápidos movimientos de cadera que hacia, como si estuviera bastante excitada y deseará sentir un increíble placer. Su respiración ya estaba bastante pesada y sus gemidos llenaban la habitación, sus pezones disfrutaban al menor contacto que tenían con la húmeda boca de Kenshin; los dedos de está seguían entrando con fuerza y Rin comenzaba a preguntarse si está había alcanzado su punto G ante el enorme placer que sentía - No quiero llegar al orgasmo - Cerró los ojos, limitandose a gozar - Excelente, amor - Las manos de Rin tomaron los pezones de Kenshin y los jalaron con fuerza, esperando que gimiera de placer.

Momentos después, apoyo las manos en el abdomen de Kenshin y la empujo suavemente para retirarla de su pierna. Movió su cuerpo de manera que Kenshin pudiera estar con ella en cama, alzó una pierna - E-entrelaza la tuya - De obedecer, ambas quedarían en posición de tijeras, de forma que sus vaginas se frotarían mutuamente y luego de un tiempo, Rin comenzaría a gemir constantemente el nombre de su servant y después por fin llegaría al orgasmo, soltando un fuerte grito con el nombre de su servant impreso en el.

Lamí los fluidos que había esparcido con mis dedos de una forma un poco traviesa, aun así por dentro seguía nerviosa de no poder complacer a mi Master como ella lo merecía. De manera automática deje escapar un grito de placer cuando sus manos atraparon mis senos de aquel modo, me encantaba esa sensación que sentía en ese momento, mis manos se posaron sobre las suyas guiándolas, como si quisiera mostrarle de que manera me podía dar más placer. Jadeaba constante y mi vagina humedeció su pierna aun más que antes, sus manos se aferraban con suavidad a mis senos y los movían de forma circulas, solo para después jalar mis pezones con sus uñas –Me gusta, me gusta esto- Confesé bastante excitada mientras seguía sosteniendo sus manos, no deseaba que me soltara aunque tampoco era justo que solo yo estuviera recibiendo placer. Deslice una de mis manos y la pose nuevamente sobre su vagina, la acaricie lentamente para finalmente juguetear con su clítoris. Cerré mis ojos y aumente la velocidad a la que mi cuerpo se movía, jadeando y dejando escapar gemidos de forma intermitente –Te amo, te amo demasiado Rin- El placer ya se había apoderado de mi cuerpo y me era difícil pensar con aquella calma con la que acostumbraba a hacerlo.

Su empujón me separo de ella y corto momentáneamente nuestro contacto, solo para que me tomara de otro modo –Entiendo- Respondí dudando, bastante apenada a pesar de todo lo que ya había pasado. Entrelace mis piernas con las suyas y nuestras piernas quedaron juntas, me aferre a una de sus piernas y la bese mientras me sentía llena de una gran placer, uno que ni siquiera se comparaba al que había sentido hace unos minutos. Los gritos de mi Master no solo me halagaban sino que al tiempo también provocaban un efecto en mí, hacían que me excitara aun más y que deseara imitarla, intentando desahogarme de todo aquel placer que sentía. Mi cuerpo se estremeció y una gran cantidad de fluidos empezaron a salir de mi vagina. Me detuve un momento con cierta dificultad para respirar, mi Master hacia lo mismo. Me separe de ella por un momento solo para acostarme a su lado. La abrace con ternura e hice que apoyara su rostro en mi pecho –Te amo- Bese su frente y me aferre mas a ella –Descansa Master, yo te protegeré- Sonreí y cerré mis ojos.

Rin sonrió al sentir el abrazo de su servant, cerró los ojos, con una gran sonrisa grabada en su cara, sus manos rodearon a Kenshin y la abrazaron - Te amo, demasiado - Y antes de dormir, pudo sentir los húmedos labios de Kenshin sobre su frente - Descansa - Murmuró.


Cuando la pelinegra abrió los ojos, el Sol se encontraba en lo alto del cielo, resplandeciendo con fuerza - ¿Kenshin? - La chica logro visualizar a su compañera aún dormida a su lado, sonrió maravillada por lo hermosa que se veía, se inclinó para besar los labios de su amada y después se levanto de la cama. Dónde comenzó a hacer algunos cambios, si bien, no estaba en la actitud de la pelinegra ser cariñosa, ni tierna, ni algo parecido. Kenshin la incitaba a hacerlo, por amor.

Había tomado un lipstick de color rojo fuerte y había escrito en el espejo unas palabras: Se que tu no eres de aquí, sé que probablemente todo acabe si perdemos pero, mi corazón me dice que aunque esta fuera tu era, yo estaría enamorada de ti. No vayamos en contra del destino...¿Serías mi pareja?

Rin estaba en la puerta de la habitación, viendo el mensaje y preguntandose, si se veía como una adolescente enamorada o si se notaba que Kenshin era la primera persona en gustarle. Ambas opciones la sonrojaban y la irritaban un poco, no quería ser tan obvia pero no era algo que pudiese evitar.

Al despertar sentí una extraña calidez en mi cuerpo, me sentía tanto renovada como feliz. Una sonrisa se dibujo en mi rostro antes de que si quiera abriera mis ojos, busque a ciegas a mi acompañante pero no la encontré en la cama, a pesar de que sus circuitos mágicos se sentían demasiado cerca. Abrí mis ojos y me senté sobre la cama, enfocando mis alrededores cuando me encontré con aquel llamativo mensaje en el espejo. Mi corazón palpito fuerte y mis mejillas tomaron de forma instantánea un color rojizo, me halagaba demasiado aquel acto de mi Master. Pude ver Rin de pie junto a la puerta, obviamente estaba nerviosa ante la situación.

Cubrí mi cuerpo con una sabana y camine hasta ella, dándole un cálido abrazo mientras besaba su cuello –Eres un amor, ¿Lo sabías?- Mis labios recorrieron un trayecto desde su cuello hasta uno de sus hombros, besándola lentamente y con cariño –Seria tu pareja ahora y siempre- Sonreí y la lleve cargada hasta la cama, la bese en repetidas ocasiones mientras nuestros cuerpos se acariciaban mutuamente –Ya no tengo tierras ni tesoros para ofrecerte, pero estaría dispuesta a protegerte toda la vida, a darte todo mi amor- La mire con ternura y acaricie una de sus mejillas –Aunque para eso debemos ganar esta guerra, pero sé que a tu lado lo conseguiremos- En un abrazo nuestros cuerpos se juntaron tanto como fue posible –No hubiera podido pedir una mejor Master, una mejor pareja- La bese una vez más –Pero por ahora descansa, aun es temprano- Reí con dulzura, sintiéndome realmente feliz.

Rin sonrió al ver a su pareja caminar hacia ella, sintió más nervios de golpe ante la posible respuesta de Kenshin. Correspondió el abrazo suavemente, estremeciendose ante el contacto de los labios de su amor - No tanto como tú - Rió. Momentos después busco los labios de Kenshin, encontrandolos y dandole un suave beso, algo mucho más tierno que los de ayer. Sonrió al tiempo que ella, dejandose cargar por Kenshin, algo a lo que estaba ya acostumbrada.

La chica dejo salir una risa tierna - No me importa que no tengas nada, incluso en el pasado, no te hubiera amado por tus tierras o por tus tesoros - Abrazo a Kenshin con fuerza, sintiendo la calidez de está - Ganaremos - Le susurró con dulzura al oído - Y yo no hubiera podido invocar a alguien mejor que tú - Cerró los ojos, recibiendo el beso - ¿Dormir? Creo que deberíamos bañarnos - Rió, haciendo con ternura a su servant a un lado - Ven - Sonrió y la agarró de la mano, jalando a Kenshin con ella hacia el baño.

Una vez en el baño, abrió el agua caliente de golpe y jaló a Kenshin dentro, abrazandola con fuerza y cerrando los ojos - Kenshin - Susurró - Eres mi primer amor - Imprimió más fuerza en su abrazo - Te amo - Calló a su servant con un beso, empujandola contra la pared de su baño, tenía vergüenza de oír la respuesta. Miró hacia otro lado bastante sonrojada, aún así, deseaba oírla.

Aunque sorprendida me deje llevar por mi Master. Aunque corto, el tiempo que habíamos compartido junto había sido digno de recordar por toda la eternidad, incluso en los momentos difíciles había sentido su apoyo y su confianza, las dos cosas que a mi parecer eran indispensables para poder llevar una buena relación. En el momento en que me puso de pie mi improvisado ropaje cayó al suelo, dejando al descubierto mi cuerpo una vez más –Supongo que no hay nada que no hallas visto ya- Reí con dulzura y deposite un tierno beso en su cuello antes de que llegáramos a nuestro destino. Me sonroje un poco al ver aquella ducha, al igual que lo que había sucedido la noche anterior, esto era algo nuevo para mí. Nunca había compartido un baño con alguien y por supuesto mi cuerpo desnudo nunca había estado tan expuesto al ojo de alguien más, pero el que fuera Rin me hacía sentir una gran tranquilidad.

Una vez adentro me deje llevar de nuevo y correspondí a su abrazo –Tú también eres mi primer amor, aunque sea difícil de creer- Acaricie su espalda con suavidad –También te amo, y sé que ahora puedo decir con seguridad que todos los años han valido la pena, que a pesar de ser otro tiempo por fin pude hallar a la persona destinada para mí- Ahora era yo quien la besaba –Te protegeré de todo daño Rin, no importa lo que deba hacer para lograrlo- Recordé las palabras de la joven el día en que nos conocíamos, no había pasado mucho tiempo desde eso y lo que me dijo aun seguía fresco en mi memoria –Recuperaremos a tu hermana y entonces yo veré cumplido mi deseo- Solté una carcajada –En ese entonces te dije que no deseaba nada en particular, pero ahora si sé que es lo que realmente anhelo…que vivas una vida larga y feliz- Cerré mis ojos mientras continuaba sintiendo la calidez de su abrazo, humedecido por las gotas de aquella ducha que para mí se sentía como una lluvia refrescante en pleno verano. Sin duda era un recuerdo que me hubiera gustado guardar para toda la eternidad.

Una vez salimos de la ducha nos habíamos secado mutuamente. Ahora yo lucia una de sus camisas como única prenda, aunque no podía quejar pues era bastante cómoda y refrescante –Hay algo que quiero darte- Dije de repente y sin previo aviso, como si justo recordara algo de suma importancia. Camine hasta mi armadura y de uno de los protectores que normalmente ubicaba en mis hombros desprendí un pequeño blasón. Me acerque a ella y lo puse en sus manos –Este emblema me representa a mí, mi pasado y mi presente- Reí –Al entregártelo te doy todo lo que alguna vez fui, ahora eres tú la dueña de mi destino- Le dedique una mirada algo nerviosa y proseguí –Al entregártelo eres parte de mi clan, eres una Uesugi- Pose mi mano sobre el artículo, el cual brillo con suavidad. Me desvanecí de forma repentina, regresando a mi forma etérea pero el blasón seguía intacto en las manos de Rin. Aparecía una vez más con una sonrisa de satisfacción en mi rostro –Esta hecho, este emblema te acompañara no importa lo que suceda, será un vinculo que nos una a través del tiempo- La cubrí con mis brazos y bese su frente –Te amo- Pronuncie aquellas palabras que no me cansaba de repetir, que seguían conservando aquel hermoso significado –Rin, podríamos descansar este día- Sonreí –Me gustaría que este fuera un día tranquilo- La mire directo a los ojos, no importaba cual fuera su respuesta yo estaría feliz, en aquel instante solo deseaba estar a su lado sin importar lo demás.

La respuesta de Kenshin pareció alegrarla, demasiado, su abrazo incremento su fuerza, podía sentir la calidez de su servant; algo que no cambiaría por nada en el mundo. Mientras sentía las gotas de frías caer sobre su piel caliente, cerró los ojos, deseando que no hubiera más un guerra de grial, sin importale su deseo. Cuando Rin estaba con Kenshin, el mundo podía destruirse si quería, ella solo quería seguir sintiendo esa calidez que la Archer provocaba - Sé que me protegerás, confió plenamente en ti - La mención de Sakura tomó por sorpresa a Rin pero aún más, el que Kenshin mencionara un deseo - ¿Deseo? - Miró sorprendida a la Archer. El deseo la tomo aún más desprevenida, causando un sonrojo inmediato por parte de la joven - Tonta...- Rió con dulzura - Te amo - Volvió a cerrar los ojos, quedándose un rato abrazada de Kenshin.

Una vez fuera de la ducha, la joven Tohsaka se ofreció a secar el cuerpo de su servant, lo hizo con delicadeza, con cuidado y cierta emoción. No podía negar que adoraba tocar el cuerpo de Kenshin. Como un detalle, tierno pero sencillo, Rin tendió una de sus prendas hacia Kenshin - Pontela - Dijo animada, depositandola en las manos de la joven servant. Después, ya vestidas la mayor pareció acordarse de algo, fue bastante repentino; siguió con la mirada a su servant, viendo curiosa que iba a hacer.

Extendió las manos al percatarse de lo que Kenshin le ofrecía, un pequeño blasón con el emblema de su clan - Kenshin - La miró a los ojos, con sorpresa, ternura, amor y una mezcla de emociones románticas. Dejo hablar a la mujer, hasta que de sus labios salió una risa tonta - ¿La mejor forma de pedirme matrimonio? - Rió avergonzada, mirando el precioso blasón en sus manos - Lo guardaré con mi vida - Abrazó a Kenshin con fuerza - También te amo - Bostezó, dandose cuenta de lo cansada que estaba aún - Bien, vamos a dormir un rato - Sonrió y jaló a Kenshin hacia la cama, abrazandola y quedandose dormida en sus brazos, sin importarle nada más que ella y la Archer.

Off: Tema finalizado.