¿De paso? [Libre]

Recuerdos y más recuerdos era lo que le provocaba el caminar por ese sendero, aquel que llevaría a la residencia donde habito hasta los 10 años junto a su hermana mayor, la residencia Tohsaka. Suspiró, Rin aquel día no había hecho nada, solo había susurrado un perdón ante los gritos de la pequeña que era jalada a la fuerza por los Matou.

La sonrisa de Zouken y todo se apagaba, acarició un poco su pelo, en ese entonces tenía un tono negro y unos profundos ojos azules, ahora ello se había teñido de morado, aún no sabía cuál era la razón especifica de eso y se negaba a preguntarle a su supuesto tío porque sabía que jamás le contestaría. Se detuvo frente a la mansión, por un momento, sus pies comenzaron a moverse solos hacia la entrada de la casa.

Notaba realmente la diferencia entre esa y la casa de los Matou, allí no había ni un árbol seco, todo estaba tan lleno de vida, aparte el ambiente cálido que daba (al menos para ella) pasar por ese lugar; en cambio la mansión Matou solo daba un aura de odio, había incluso algunos animales muertos. Por primera vez, Sakura tenía unas ganas estúpidas de gritar que estaba en casa, aunque sabía que esa mansión ya no era más su hogar. Tocó el timbre aún dejandose llevar por su corazón y se quedó sin respiración cuando la puerta se abrió - Hermana - Susurró y luego calló, dandose cuenta del error que había cometido

OFF: Post anterior al paseo en el parque

La mansión Tohsaka, una gran mansión con varios árboles al rededor; en ella solo habitaban Rin y el servant de esta. Rin siempre se había negado a tener sirvientas, le molestaba la compañía de otras personas, si, no se le daba muy bien socializar. La pelinegra rondaba por la casa, parecía estar buscando algo, hasta que se detuvo frente a una habitación, estaba cerrada con seguro y en el letrero ponía “Rin & Sakura”, era el cuarto que compartió en alguna ocasión con su hermana menor – ¿Kenshin? – Susurró para asegurarse si la samurái estaba a su lado.

Introdujó la llave con algo de duda, miedo y nostalgia por lo que podía estar dentro del abandonado cuarto, empujó la puerta y se quedo de pie sin decir nada, todo seguía como hace 10 años, los juguetes regados, la cama desatendida y un dibujo que habían hecho de ellas dos pegado en la pared, una sonrisa atravesó su rostro; no solía entrar al cuarto con frecuencia por la misma razón que en ese instante, le traía tristeza y recuerdos .

El timbre sonó, regresándola de golpe a la realidad, respiró hondo y sonrió para sí misma, no era una sonrisa verdadera pero era lo mejor que podía ofrecerle al invitado, después de todo, no era su culpa que ella estuviese triste pero el corazón se le vino a la garganta y se le aceleró al abrir la puerta y reconocer a la persona enfrente de ella – Hermana – Dijo después de ella sin saber que más decir – ¿O debería decir simplemente Sakura? – Cerró los ojos y se regaño por decir eso, era una imbécil, pasará lo que pasará la chica pelimorado seguía siendo su hermanita menor y era por ella que luchaba, solo por ella – O quizá...Sakura Tohsaka – Susurró y luego sonrió; se hizo a un lado – Pasa, estás en tu casa – Aquellas palabras le dolieron, a pesar de que lo decía como cortesía era verdad, Sakura estaba en casa pero no podía quedarse, era como un sueño fugaz, una ilusión, algo destinado a desaparecer cuando volviera a cruzar la puerta

Sakura no supo que decir, ni siquiera sabía que hacia en casa de Rin - Supongo que hermana menor esta bien - Sonrió un poco y paso, era la primera vez desde hacía 10 años que pisaba la entrada de esa casa, cosa que la ponía un tanto melancólica, recordando los tiempos de cuando era niña - Todo esta igual - Susurró y miró a Rin, tenía ganas de abrazar a su hermana y decirle que la extrañaba, que quería volver a la casa pero no, tragó sus impulsos e intento hacerle plática - ¿Qué tal has estado, hermana? - Le preguntó mientras se sentaba en el sofá. Realmente se sentía como en casa, no tenía nada que ver con la casa de los Matou que la hacía sentir aprisionada. Miró el techo, esperaba que su hermana mayor le hiciera plática, respiró hondo y la miró - ¿Entraste a la guerra? - Temía la respuesta y algo en su interior le decía que si, cerró los ojos con fuerza y comenzó a pensar en Medusa. No le importaba que tanto quisiera a su hermana, si era por quedarse a lado de su servant, entonces pelearía con ella, con tal de tenerla no le importaba nada más.